Celebrar un cumpleaños siempre es especial, pero para algunos, es la excusa perfecta para hacer algo completamente fuera de lo común. Mientras unos prefieren un viaje soñado, un salto en paracaídas o ir a ese restaurante que se escapa de precio, otros buscan experiencias que rompan por completo con lo habitual. Incluso si eso implica pasar el día entre rejas.
En el condado de Livingston, en Nueva York, una mujer llamada Loretta decidió que su 104º cumpleaños debía ser diferente. Mientras otros a su edad podrían conformarse con una tarta y una reunión familiar, ella tenía en mente algo más singular: visitar una prisión local.
Un deseo peculiar
Loretta fue a la cárcel por petición propia
La idea no surgió de un capricho reciente, sino que llevaba tiempo en su lista de deseos porque nunca había estado en una. El personal del Hogar de Ancianos Avon, donde reside, transmitió su petición a la Oficina del Sheriff, y para sorpresa de todos, se aprobó sin inconvenientes.
Antes del recorrido, la celebración tuvo un inicio más tradicional. Con café y tarta, los asistentes compartieron anécdotas sobre el duro trabajo en la prisión. Fue en ese contexto cuando Loretta reveló su secreto para la longevidad: “¡Ocuparse de sus propios asuntos!”. Así lo compartió la Oficina del Sheriff en su perfil de Instagram, donde también dejaron constancia de la visita.
El paseo por las instalaciones penitenciarias fue, según describieron, un auténtico disfrute para la cumpleañera. Le mostraron diversas áreas de la cárcel, respondieron a sus preguntas y le permitieron conocer más sobre el día a día tras los barrotes. “Estamos muy contentos de haber podido cumplir sus deseos de cumpleaños”, mencionaron los funcionarios en su publicación.
Pocos pueden presumir de celebrar más de un siglo de vida con una anécdota tan singular. Loretta no solo consiguió cumplir su deseo, sino que, además, logró convertirse en sheriff por un día, tal y como se afirma en la publicación.

