La fortuna no siempre se encuentra al final del arcoíris como dice la leyenda; a veces se esconde en un rasca de lotería comprado con una tarjeta robada. Porque la suerte, al fin y al cabo, no llega sola: hay que ir a buscarla, incluso si el plan es tan descabellado como el de dos hombres sin hogar en Toulouse.
Nadie imaginaba que, al deslizar esa tarjeta bancaria ajena en una tienda de barrio, el destino les guiñaría el ojo con un premio de 500.000 euros. Pero, como la suerte es caprichosa, lo que comenzó con una posible fortuna se acabó convirtiendo en uno de los casos que más intriga a Francia.
Oferta de paz
Millonarios buscados por la justicia
Jean-David E., el dueño legítimo de la tarjeta, no tardó en descubrir que su mochila había desaparecido de su coche. El robo, ocurrido a principios de mes, le dejó sin tarjetas bancarias y sin documentos importantes.
Al contactar con su banco para bloquear la tarjeta, descubrió que ya había sido utilizada. Una compra pequeña, insignificante, pero con un derrotero de consecuencias insospechadas: un simple rasca de lotería que cambiaría el rumbo de varios destinos.

En Toulouse, dos hombres sin hogar se toparon con una oportunidad que cambiaría sus vidas gracias a un rasca y gana
En una tienda local, el abogado de Jean-David, Pierre Debuisson, encontró el primer hilo de esta enrevesada madeja. El vendedor del establecimiento le habló de dos hombres, con aspecto de vivir en la calle, que se presentaron con la tarjeta robada. “Estaban tan felices al comprobar que les había tocado, que se olvidaron de sus cigarrillos y de sus pertenencias y salieron como locos”, explicó Debuisson a la agencia AP.
Desde entonces, los ganadores se han desvanecido en el aire. Ni rastro de ellos en los puntos de cobro de La Française des Jeux, la lotería estatal francesa. Mientras tanto, Jean-David se mantiene firme en su oferta: retirar la denuncia que les ha interpuesto y compartir el dinero si los hombres aparecen. “Sin ellos, nadie habría ganado”, afirmó en la emisora pública France2, mostrando una gran actitud conciliadora.
Con un aviso publicado a nivel nacional, el abogado de Jean-David espera que la tentación de medio millón de euros sea suficiente para hacer volver a los prófugos. Mientras tanto, en algún rincón de Francia, dos hombres viven una realidad entre la miseria y la oportunidad de su vida.