Las tendencias en la decoración de casa, así como en los colores de la pintura de las viviendas, han cambiado de forma notable en los últimos años. Los colores neutros y universales han dado paso a tonos más cálidos, naturales y personalizados, que buscan reflejar la identidad de quienes viven en su interior. Las combinaciones atrevidas y el uso de un color diferente para resaltar una zona de la estancia también han cobrado gran protagonismo.
Pintar nuestra casa es una de las formas más sencillas y económicas de cambiar un espacio sin la necesidad de hacer grandes reformas. Un cambio de color puede aportar luz y amplitud a una estancia. Esta actividad se ha convertido cada vez en más accesible, ya que los materiales son fáciles de encontrar y hay muchas formas de poder experimentar. Sin embargo, pintar de forma correcta no es tan fácil como parece y a veces lo que parece una sencilla tarea se puede complicar más de lo esperado. Uno de los problemas más comunes para los pintores aficionados son las antiestéticas marcas del rodillo. Cuando la pintura se seca, estas marcas pueden arruinar por completo el acabado. Además de ensuciar el trabajo, estas marcas suelen obligar a repetir el trabajo, lo que supone más tiempo y más gasto en pintura.
Pintar una pared con rodillo
La presencia de estas marcas en las paredes suele ser por cargar demasiado el rodillo, pasar varias veces por la misma zona cuando está medio seca o no mantener un ritmo constante de aplicación de la pintura. Otra de las cosas que hay que tener en cuenta es la iluminación del espacio, que permite que los defectos sean más visibles.
No presionar el rodillo contra la pared: la clave del éxito para pintar
Armando Santana, pintor de profesión en Vizcaya, cuenta algunos de los trucos más prácticos para evitar este error. Conocido en redes como @decora_exotic, muestra la mejor técnica para pintar las paredes, que es realizar diversas líneas rectas de arriba a abajo y extendiendo bien la pintura para evitar que “queden excesos y diferentes dibujos de textura”. Y apunta que lo más importante para evitar estas marcas es “no apretar el rodillo contra la pared y simplemente estirarla cuando el rodillo está seco y no tiene exceso de pintura”.
Así pues, la clave está en extender la pintura de forma uniforme “pero sin apretar”. Santana indica que otro factor a tener en cuenta es que el rodillo sea paralelo y que la pintura esté diluida tal y como indica el fabricante. En el bote de pintura aparece el porcentaje de agua que es necesario echar para que la pintura quede de forma correcta.
Un bote de pintura y un rodillo de pared
Otro de los trucos que da Santana “para rodillar” de forma correcta y que no se vean sobresaltos de pintura, un aspecto “que se ve muy feo y después hay que lijarlo” es empezar más allá del punto donde lo hemos dejado anteriormente para ir difuminándolo y evitar los sobresaltos. “Se empieza desde el medio y así puedes descargar el rodillo hacia las dos partes” —la que ya estaba pintada y la que todavía hay que pintar— y señala la importancia de difuminar bien los laterales. El profesional asegura que es muy importante que cuando el rodillo ya esté seco “hay que peinar bien la superficie que se va pintando para dejar el menos dibujo posible del rodillo, que siempre deja un poco de dibujo, pero si lo peinamos bien, queda muy bonito”. Y advierte que si el rodillo no se peina “es casi un gotelé.
Los techos también es un elemento de la casa que es importante pintar cada cierto tiempo y el que más complicaciones trae. Santana señala que es importante que la última mano de pintura hay que darla a contraluz. “La primera capa sí es importante darla a favor de la luz, pero, en cambio, la última será en contra de la luz natural”, revela.
La importancia de pintar con un buen rodillo
La preparación de un rodillo nuevo antes de usar también es determinante. Santana explica que antes de utilizarlo por primera vez, lo cubre con cinta de carrocero, que posteriormente retira. ¿Cuál es el objetivo de este movimiento? Que se queden pegados los pelos que pueden salir del rodillo y evitar así que estas impurezas se impregnen en la pared dejando un resultado poco satisfactorio. Pero eso no es todo, el paso final es mojar el rodillo. Una vez bien mojado, se seca dándole vueltas para evitar que se queden gotas y ya está todo preparado para pintar las paredes.
