Gósol, la cuna inesperada del Picasso moderno

Cultura

La estancia en el pueblo del Berguedà que transformó la historia del arte occidental y abrió el camino al cubismo

Las 302 obras que Picasso produjo en Gósol son la semilla de lo que, poco después, culminaría en el nacimiento del arte moderno

Las 302 obras que Picasso produjo en Gósol son la semilla de lo que, poco después, culminaría en el nacimiento del arte moderno

Centre Picasso de Gósol

En 1906, un joven Pablo Picasso de apenas 24 años dejó atrás París y Barcelona para buscar aire fresco y nuevas ideas en el corazón del Pirineo. En aquellos meses arrastraba un bloqueo artístico: había comenzado el retrato de la escritora Gertrude Stein, pero después de más de ochenta sesiones no conseguía pintar su rostro. Guiado por amigos, decidió escapar de las grandes ciudades y se dirigió hacia Gósol, un pequeño pueblo del Berguedà rodeado de prados y bosques, presidido por el imponente Pedraforca. Lo que debía ser una breve estancia de evasión se alargó más de lo previsto: casi dos meses y medio que transformarían para siempre su trayectoria.

Centre Picasso de Gósol

Centre Picasso de Gósol

Durante aquel verano, Picasso experimentó un auténtico renacimiento creativo. Alejado del ruido urbano, redescubrió el placer de pintar en contacto con la naturaleza y comenzó a simplificar las formas, a buscar la esencia de las figuras y del paisaje. Las 302 obras que produjo en Gósol —entre dibujos, pinturas y esbozos— son la semilla de lo que, poco después, culminaría en “Les Demoiselles d’Avignon”  y en el nacimiento del arte moderno.

Durante su estancia en Gósol, Picasso experimentó un auténtico renacimiento creativo y comenzó a simplificar las formas, a buscar la esencia de las figuras y del paisaje

Hoy, el Centre Picasso de Gósol rinde homenaje a aquel momento fundacional con su nueva exposición permanente, “Picasso, Gósol 1906”, renovada con la colaboración del Museo Picasso de Barcelona. El recorrido invita a seguir los pasos del pintor a través de su famoso “Carnet Catalán”, las cartas a los amigos Guillaume Apollinaire y Enric Casanovas, o los recuerdos literarios de Fernande Olivier y Gertrude Stein. También destacan fotografías antiguas del pueblo y reproducciones de piezas emblemáticas, como La mujer de los panes, inmortalizada hoy en forma de estatua en la plaza.

La visita se puede completar con la Ruta Picasso, un itinerario por las calles y los paisajes que lo inspiraron, enriquecido con un teatro sonoro que ayuda a revivir aquella estancia de hace más de un siglo. El centro, además, acoge exposiciones temporales y actividades culturales diversas: conciertos, presentaciones de libros, talleres o conferencias, que mantienen viva la relación entre arte y territorio.

Centre Picasso de Gósol

Centre Picasso de Gósol

Cuando volvió a París, Picasso retomó el retrato de Gertrude Stein y, gracias a lo que había aprendido en Gósol, encontró la solución: el rostro de la escritora se convirtió en una síntesis magistral de todo aquello que lo había fascinado en el pueblo —el románico de la Virgen de Gósol, las máscaras que había visto en los museos, e incluso los rasgos de Josep Fondevila, el hostelero con quien había hecho amistad en la fonda de Cal Tampanada. Aquel verano había abierto la puerta a una nueva manera de mirar y de pintar.

Gósol continúa siendo, más de un siglo después, un lugar donde confluyen creatividad y naturaleza. Pasearlo es entender por qué aquel verano transformó a un joven pintor en el genio que conocemos. Una escapada al Berguedà que invita a mirar con ojos nuevos la obra de Picasso... y el mundo.

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