Un camping en el parque de Doñana, en las Rías de Galícia o en Lanzarote para una escapada de verano
En parajes naturales
Alojamientos repartidos por la geografía española que, por el enclave donde se encuentran, en parajes naturales excepcionales, merecen la peregrinación
En el parque de Doñana se instala el camping Huttopia, que cuenta tanto con parcelas para campistas como con cabañas de madera con muchas comodidades
En los últimos años, más aún después de la reclusión que supuso la pandemia, la opción de escapar de la cotidianidad pasando unos días en un camping ha cobrado fuerza. No es algo innovador irse de acampada o viajar en familia con caravana, pero este modo de disfrutar de las vacaciones está en auge. Entre otras razones por la evolución de esta tendencia vacacional, que cuenta cada vez con una oferta mayor, tanto en cantidad como en calidad.
No obstante, la esencia sigue siendo la misma. Se duerma en la modestia de una tienda de campaña o en las modernas propuestas de los glampings, se trata de pasar unos días en comunión con la naturaleza. Esto puede acontecer en cualquier tipo de camping. En los que extienden sus parcelas cerca del mar y en los aterrazados de paisajes montañosos. También en los que se hallan a un paso de grandes ciudades, aunque paradójicamente la tranquilidad que los envuelve parece alejarlos kilómetros y kilómetros del asfalto.
En plena naturaleza
De un camping en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido a otro en el parque de Doñana
Así pues, las opciones son infinitas. Desde los alojamientos más sencillos hasta los más glamurosos, el valor añadido recae en la sensación de libertad y desconexión del trajín diario. Sin ataduras de tiempos, ni imponderables. Los biorritmos bajan y los sentidos se agudizan para disfrutar del entorno y el momento. Puede ocurrir en cualquier camping, si bien es innegable que en algunos, por el enclave donde se encuentran, es mucho más fácil que surja la magia.
En estas líneas recogemos seis propuestas de campings repartidos por la geografía española que bien merecen un desplazamiento. Dependiendo del tipo de establecimiento que se elija habrá que echar más o menos cosas al maletero del coche, pero, en cualquier caso, lo que no debe faltar en el equipaje son las ganas de desconexión y el espíritu abierto para empaparse de nuevos paisajes.
El Camping Pineta, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, se ubica a 1.250 metros de altura
El primero de ellos se integra en una maravilla de la naturaleza como el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, en la provincia de Huesca. Es el camping Pineta y se ubica ni más ni menos que a 1.250 metros de altura, rodeado por cimas del Pirineo Central y espesos bosques de hayas y abetos. Un rincón privilegiado para albergar una zona de acampada a la vieja usanza. Los amantes de la acampada y el senderismo tienen que descubrir este camping oscense. También deben apuntar este destino aquellos que siempre llevan en sus furgos y autocaravanas las botas de montaña. E igualmente es perfecto para introducirse en el mundo campista alojándose en sus bungalows.
Y de un parque nacional al norte, a otro al sur. Ahí, el camping Huttopia Parque de Doñana propone una inmersión en un paisaje completamente diferente. Pero la sensación de gozar de un ambiente natural excepcional es idéntica. También aquí espera un alojamiento sencillo, con todos los servicios necesarios, pero sin alharacas. El paraje de pinar a un paso de las marismas, el mar o la aldea de El Rocío aportan todo lo que se necesita. Y para alojarse, además de las parcelas para campistas, también posee una amplia oferta de cabañas de madera, algunas de ellas con formas tan sugerentes como la de una tienda canadiense o la de una caravana del viejo oeste, cuyo aspecto la convierte en una opción estupenda para quienes viajan con niños.
En Miñortos, Amaraxe Ecoglamping se asienta frente a la ría de Muros y Noya
No obstante, este tipo de campings de aires clásicos no solo se encuentran es espacios protegidos. También se pueden hallar en parajes menos renombrados y desconocidos pero que supongan un descubrimiento para el espíritu y los sentidos. Un ejemplo es el camping Colombres, en el este de la costa de Asturias. Situado en el municipio de Ribadedeva, es perfecto para envolverse del más típico paisaje astur, en esa singular mezcla de playas cantábricas, acantilados, prados y montañas siempre verdes. Por cierto, aquí no hace falta siquiera llevarse la caravana o la furgo camperizada. Además de ofrecer las habituales parcelas y bungalows, entre las posibilidades de alojamiento cuentan con acogedoras tiendas safari y caravanas de estilo vintage que proponen el ensueño de viajar a otros tiempos y latitudes.
Dormir en los árboles
En una finca boscosa de Villasbuenas de Gata es posible dormir en una cabaña instalada en la copa de un árbol
Aunque para pasar unas vacaciones como si fuera un viaje en el tiempo, la propuesta de Dormir en los Árboles en Extremadura y sus cabañas desperdigadas en las copas de los robles de la Sierra de Gata. ¿Quién no ha soñado de niño con tener una guarida en un árbol? Pues en esta finca boscosa de Villasbuenas de Gata se torna en realidad. Se trata de hacer una acampada en las alturas y literalmente embebidos por la naturaleza. Qué nadie se olvide el abrigo para las noches serranas, el calzado apropiado para pasear por el campo, la crema solar y los prismáticos para ver en la lontananza. Además de muchas ganas de sentir el paisaje. Se trata de una propuesta perfecta para parejas.
En Lanzarote se ubica Eco Dome Experience, un conjunto de burbujas que permiten avistar desde la cama las estrellas
Otro refugio perfecto para una escapada romántica es Amaraxe Ecoglamping, situado en la parroquia coruñesa de Miñortos, junto a la ría de Muros y Noya. Enclave de naturaleza atlántica donde los haya, ideal para alejarse de lo cotidiano, en el que los alojamientos se mimetizan con el bosque y las tiendas ya forman parte del lugar. Se trata de zambullirse en el entorno, conectar con él y también con uno mismo. A lo cual ayudan las sesiones de yoga y meditación que propone el establecimiento en un escenario natural que une el color verde del bosque con el azul del mar.
En Galícia
Un refugio perfecto para una escapada romántica es Amaraxe Ecoglamping, junto a la ría de Muros y Noya
Y la última propuesta es irse de camping en avión. ¿Extraño? Quizás para quién piense en un campismo clásico. Pero no tanto si se desea conocer y disfrutar con toda intensidad del concepto glamping. A eso aspira Eco Dome Experience en la isla canaria de Lanzarote, donde aguarda toda la magia lanzaroteña y sus insólitos paisajes volcánicos. Un lugar absolutamente cautivador de día, pero de otro mundo cuando cae la noche y el firmamento queda horadado por millones de estrellas. Un espectáculo natural único que se disfruta con todo el confort posible en las cúpulas que sirven de alojamiento. Una propuesta que es la versión más evolucionada del camping, pero que sigue transmitiendo similares sensaciones de libertad y de conexión con la naturaleza.