Hay un episodio de la serie juvenil Riverdale donde se descubre que uno de los sospechosos de asesinato, Clifford Blossom, tiene un arsenal de pelucas pelirrojas. Se vende como una revelación de que no es trigo limpio, que tiene algo que ocultar, pero esas matas de pelo son el pan de cada día en los sets de rodaje. Son recursos para la creación de personajes y en algunos casos hasta pueden marcar la conversación social de una serie.
Los nuevos proyectos de Nicole Kidman y Edie Fal co son el claro ejemplo de ello. Cuando esta semana se anunció que Falco protagonizaría Law and Order: True crime, sólo se habló de los pelos de la ganadora de cuatro premios Emmy (Los Soprano, Nurse Jackie), que se mete en la piel y en los rizos de Leslie Abramson, la abogada defensora de los tres hermanos Menendez, condenados por el asesinato de sus padres en 1994.
Edie Falco es Leslie Abramson en Law and Order: True crime.
Mientras que ese cambio de look distrae en una primera toma de contacto, también es la forma que tienen los productores de ser fieles a la realidad y asentar rápidamente la ficción a principios de los noventa. Era el mismo recurso que había utilizado Ryan Murphy con Sarah Paulson en American crime story: The people vs O.J. Simpson con el añadido que la fiscal Marcia Clark había sido socialmente juzgada por su peinado.
”Su estilo era icónico: ese pelo, esa imagen, ese lunar”, decía Paulson antes de hacerse con el Emmy y el Globo de Oro por el papel de la fiscal, que pasó por un cambio de peinado durante el juicio de O.J. Simpson para gustar más al público y al jurado. Paulson, que mantiene una gran relación con Clark, se quedó la peluca de recuerdo, después de tener que hablar de esa permanente en todas las revistas promocionales de la serie.
Sarah Paulson como Marcia Clark.
La próxima peluca que generará conversación, sin embargo, es la de Nicole Kidman en Top of the lake, la segunda temporada de la serie de Jane Campion, que ya la dirigió en Retrato de una dama. Esa cabellera larguísima, canosa y rizada posiblemente sea lo más parecido al aspecto que tendría Kidman si no se hubiera destrozado el pelo con tantas sesiones de peluquería, que ella misma reconoce que destruyó sus rizos naturales.
Por ejemplo, ningún espectador de The good wife puede ver la serie de la misma forma después de descubrir que Julianna Margulies llevaba una peluca de 10.000 dólares en todos los episodios, cambiando de modelo de una temporada a la otra, y con personas en la sala de montaje encargadas de asegurarse que no se notase que las raíces no eran naturales, sobre todo en esta era actual en alta definición.
Julianna Margulies llevaba 10.000 dólares encima de la cabeza en The good wife.
¿El motivo de la peluca de Alicia Florrick? Evitar maltratar el pelo y darle una estética más WASP al personaje, una expresión que se utiliza para describir las personas blancas, protestantes, anglosajonas y acomodadas porque Margulies es “una judía con pelo rizado” como dijo en un programa de televisión.
También hay debates menos superficiales como el de Viola Davis en Cómo defender un asesino. Era 2014 cuando la ahora ganadora de un Oscar fue aplaudida por desmaquillarse y quitarse la peluca delante de las cámaras. “Quería representar las mujeres reales tal y como son”, dijo. De repente una peluca hizo que se hablara de belleza real y de una realidad social (las pelucas entre la comunidad afroamericana) más allá de las tramas de la propia serie.
El momentazo de Viola Davis en 'Cómo defender un asesino'.
Con las pelucas no suele haber un término medio. Ahora asumimos la melena rubia de Emilia Clarke como si fuera suya y aplaudimos la mayoría de los estilismos de Juego de tronos, de Evan Rachel Wood en Westworld, de Herizen Guardiola en The get down o de Tatiana Maslany en Orphan black, que sirven para identificar los múltiples clones de una misma mujer. Pero también hay pelucas desastrosas.
Cuando Corey Stoll se puso en el primer plano de la televisión con The Strain, una serie de terror de Guillermo Del Toro, nadie entendía por qué no lucía esa calva tan atractiva de House of cards y, en cambio, lucía un felpudo en la cabeza. El propio Del Toro tuvo que dar explicaciones: “Necesitábamos que tuviera un look que pudiéramos alterar”. Prefería ponerle pelo (y quitárselo más tarde) que tener que ponerle “un parche en el ojo”.
A Megan Boone no le acertaron la peluca en 'The blacklist'.
Menos explicaciones dieron los productores de The Blacklist sobre el aspecto de la actriz Meegan Boone, que distraía los críticos. ¿Por qué hicieron que Boone llevase una melena y no dejaban que llevase el pelo corto como en la vida real que tan bien le quedaba? ¿Y por qué llevaba siempre una peluca tan y tan mal colocada? Ese era el error.
Otras pelucas que brillan porque son horribles son las de Arrow, Once upon a time, The originals o The vampire diaries cada vez que se introduce un flashback o viajan al mundo de cuento de hadas. Y, en una serie donde existe una serie como The americans, donde los Jennings fascinan al público cambiándose la peluca constantemente porque son espías rusos, no pueden existir las pelucas mal hechas y mal colocadas. El público es experto en la materia y la alta definición no pasa ni una.
Pelucas como esta de Ginnifer Goodwin en 'Once upon a time' son inaceptables.
