'Furia', la mejor serie española de lo que llevamos de año
En HBO Max
Ninguna propuesta había destacado en este 2025 hasta que Félix Sabroso ha presentado estas mujeres al borde de un ataque de furia

El dúo cómico de Candela Peña y Ana Torrent es extraordinario.

Marga (Carmen Machi) es una esnob. Se pasa los días encerrada en su casa de diseño, rodeada de metros y metros de jardín, creando esculturas con una constante: el contraste entre bebés y armas. ¿Tiene éxito por pertenecer a la clase alta y tener tiempo y recursos para crear, o la crítica ve algo en su arte?
Delante de sus narices, su marido Roberto (Alberto San Juan) se acuesta con Tina (Claudia Salas), la asistenta y tercera habitante de este entorno tan controlado. Antes de terminar el primer episodio de Furia, disponible a partir de este viernes en HBO Max, la inquietante armonía habrá saltado por los aires. El cómo y el cuándo no se pueden revelar. Y, entrega a entrega, la serie ofrecerá un retrato tras otro de mujeres al borde de un ataque de furia.

La clave de esta comedia es la tensión implícita en cada escenario. La música de Aitor Etxebarria mantiene el cinismo y la rareza en el ambiente. El diseño de producción es inteligente y elegante, a ratos transmitiendo una atmósfera irreal, absurda o también costumbrista, sin que estas ideas sean excluyentes. A sabiendas que puede confiar en sus actrices, Félix Sabroso enmarca a los personajes y los envuelve de ironía, entendiendo los delicados tiempos que le pide la historia.
Y, al ver cómo la tensión hierve hasta desembocar en un estallido de furia cada treinta minutos, se comprueba la genialidad y el acierto de la propuesta: el equipo apunta alto (en temáticas, en tono, en estética, en dramatismo) y, como el personaje de Carmen Machi con su escopeta, tiene un disparo preciso.
Al ver cómo la tensión hierve hasta desembocar en un estallido de furia cada treinta minutos, se comprueba la genialidad y el acierto de la propuesta
La galería de mujeres la completan Pilar Castro como Vera, una cocinera vegana cuya carrera se ha hundido por culpa de un crítico corrosivo; Candela Peña como Nat, una dependienta de una tienda de alta costura que entiende la moda como una religión; está Nathalie Poza como Adela, que está a punto de ser desahuciada junto a una madre con demencia senil; y también Cecilia Roth como Victoria, una antigua estrella del destape. No son historias del todo independientes: hay nexos de unión entre ellas y hasta se cruzan sus caminos.
Mientras la furia femenina está en el centro, Sabroso utiliza cada vida para plantear y profundizar tesis distintas. Está la tensión entre el arte y el consumismo o hasta qué punto la ropa es una herramienta de expresión personal o simple presión estética.

Lo destructiva que es la industria del cine con las actrices a medida que envejecen, en este caso a partir de una mujer explotada por su físico en su juventud (y con una denuncia explícita que mira directamente a los productores). Como Furia tampoco se quiere distanciar de la clase trabajadora, también hace un retrato de la precariedad y de la deshumanización del individuo a partir de la crisis de la vivienda.
Todos estos puntos, además, están atravesados por una mirada femenina: no se pueden comprender los conflictos de los personajes sin entender antes hasta qué punto los sufren precisamente por ser mujeres. En un 2025 que hasta ahora no había tenido ninguna serie española de alta calidad, aquí la tenemos.