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El verano en que nos enamoramos locamente de una serie de adolescentes

Fenómeno

En agosto apareció un mensaje en el chat con las amigas: “Hola. ¿Quién ve la serie 'El verano en que me enamoré'? Necesito comentar el capítulo de ayer”

Esta escena causó una conmoción entre el público de 'El verano en que me enamoré'.

Esta escena causó una conmoción entre el público de 'El verano en que me enamoré'.

Prime Video

Este mes de agosto apareció un mensaje en el chat con las amigas: “Hola. ¿Quién ve la serie El verano en que me enamoré? Necesito comentar el capítulo de ayer. Ya lo he visto dos veces”. De vez en cuando nos recomendamos libros o películas, pero nunca solemos hacer un seguimiento intensivo y colectivo de ninguna obra. Pero quien hizo la consulta inicial, al ver que solo otra estaba al día, hizo una sugerencia: “Está pensada para que las millennials nos enganchemos. Chicas, poneos al día porque en septiembre termina la temporada y la serie, y así podemos comentar los capítulos cada semana, que la cosa está fire fire”.

Al día siguiente, obedientes, ya había primeras reacciones a pesar de que todas estaban de vacaciones con las parejas y/o los hijos. “Uy, yo no puedo ver estas cosas porque luego me paso el puto día enganchada. ¿Cómo puedo ser tan romanticona y tan adolescente? Me encanta cuando me siento así de joven”, dijo una. “Quiero volver a ser una teenager. Quién pudiera volver a ser adolescente con lo que sabemos ahora”, reconoció otra. Finalmente, la última en subirse al carro no había sido inmune al fenómeno desde el camping en el que se alojaba con la familia: “Me pasé hasta las tres de la madrugada viendo la serie. Suerte que se me acabó la batería del móvil”.

“Quiero volver a ser una teenager. Quién pudiera volver a ser adolescente con lo que sabemos ahora”

Empezaron a aparecer los primeros gifs de Christopher Briney como Conrad y Gavin Casalegno como Jeremiah. Se habló de hasta qué punto el primero se había afianzado como sex-symbol después de una escena con melocotones. El chat era como entrar en Tiktok, en Threads o echar un vistazo a los stories de Instagram: el fenómeno televisivo, siempre defendido por Prime Video a nivel de audiencia, era palpable en el día a día entre conocidos, despertaba conversación, se convertía en un gag recurrente entre las amigas. ¿Cuánto hacía que esto no ocurría?

El verano en que me enamoré, estrenada en junio de 2022, a priori es una serie únicamente para adolescentes. Belly (Lola Tung) cambia físicamente al llegar a la adolescencia y, con el ajetreo hormonal, también llegan las miradas de Conrad (Christopher Briney) y Jeremiah Fisher (Gavin Casalegno), sus amigos de toda la vida, que dejan de verla solo como una amiga. Jenny Han, que escribió una trilogía romántica con Taylor Swift de fondo, es la responsable de adaptar la historia para televisión.

En la última temporada sube el listón: Belly, Conrad y Jeremiah ya han terminado o están terminando la universidad y, en un arrebato sentimental, se anuncia un compromiso. Si Belly acabará con el hermano Fisher correcto es el debate que despierta pasiones y que incluso ha llevado a Amazon a pedir respeto a los fans más corrosivos, que hacen la vida imposible a los actores por el comportamiento de los personajes.

Belly (Lola Tung) and Jeremiah (Gavin Casalegno) in THE SUMMER I TURNED PRETTY Photo: Erika Doss © AMAZON CONTENT SERVICES LLC
Belly (Lola Tung) and Jeremiah (Gavin Casalegno) in THE SUMMER I TURNED PRETTY Photo: Erika Doss © AMAZON CONTENT SERVICES LLCERIKA DOSS

En Estados Unidos hay bares que celebran la emisión de los capítulos como si fuera la Super Bowl femenina, con una expectación máxima por ver qué ocurre el 17 de septiembre cuando Prime Video emitirá el desenlace definitivo. Las playlists, que tienen desde Taylor Swift y Olivia Rodrigo a Red Hot Chili Peppers o Radiohead, arrasan en las plataformas de música. La popularidad de los actores está viviendo picos con Gavin Casalegno en cabeza con casi 7 millones de seguidores en Instagram.

Y, sobre todo, genera conversación más allá de los memes, algo posible gracias a la emisión semanal. Se puede discutir el eterno #TeamConrad o #TeamJere, si hubo cuernos, si el anillo de compromiso tenía un diamante demasiado diminuto... Hasta se puede reflexionar sobre la importancia de que Belly a menudo abrace a Jeremiah por detrás: lo que esto significa en relación a los personajes, cómo se desafían los cánones tradicionales de masculinidad y feminidad, o hasta qué punto nuestra interpretación denota unos prejuicios.

Como sucede con los fenómenos, sin embargo, no siempre es fácil entender por qué de forma tan repentina El verano en que me enamoré pasó de drama adolescente de éxito a torrente de conversación y visionados apasionados más allá del target adolescente. “Veo a estos chicos y pienso que son fantásticos, que viven una especie de cuento, conociéndose desde pequeños, en un sitio precioso”, me confiesan en el chat. Por lo tanto, está la idealización de la juventud y del amor.

“Tiene esa esencia que te recuerda un poco a tu propia juventud: el primer amor, las cosquillas que sentías en la barriga cuando veías al chico que te gustaba, los sentimientos que eso te despertaba”, defiende otra. A otra le recuerda que “la vida adulta es una mierda” en comparación y una está enamorada del vínculo que se puede crear a partir de una amistad: Laurel y Susannah eran mejores amigas y ese amor pasó y se transformó a la siguiente generación, a sus hijos. “Y está hecha como las series de nuestra adolescencia, tanto la estética como la música”, remata la que enganchó al resto.

Hay algo en esta última frase. El verano en que me enamoré tiene el sentido de la intimidad y del drama adolescente de Dawson crece, con esas conversaciones pausadas y el convencimiento de que la persona que tienes delante te conoce de verdad. Coloca hits como The OC, una serie con un sentido muy pasional y visceral del drama romántico. Y recuerda a One Tree Hill, otra serie de espíritu sosegado, donde el amor estaba tan presente en las relaciones como la toxicidad, al igual que le ocurre a Belly con Conrad y Jeremiah. Estos hermanos son los Dawson y Pacey de la nueva generación, y Belly es Joey.

Hay algo de 'Dawson crece' en 'El verano en que me enamoré'
Hay algo de 'Dawson crece' en 'El verano en que me enamoré'Terceros

Pero, más allá de la infinidad de disertaciones sobre el tema (como esta alrededor del factor nostalgia y cómo los escenarios recuerdan a Dawson crece y One Tree Hill), diría que el secreto de El verano en que me enamoré es el don de la oportunidad y la confianza en los personajes. Jenny Han no escribe desde el giro sensacionalista sino desde los personajes, a quienes se niega a encajar en estereotipos. Se toma el drama romántico con la misma seriedad con la que Taylor Swift siendo una adolescente escribió Love Story o Enchanted.

Esta seriedad es casi disruptiva en un streaming que tiene tendencia a la frivolidad y al piloto automático. ¿Cuántas películas románticas malas ha producido Netflix como Mi año en Oxford, que ni se toma la molestia de ser mínimamente buena, tener química, gracia o un romanticismo creíble? ¿Dirigida sin ningún propósito? ¿Y cuántas series hemos visto en la línea de Élite, Olympo o Éramos mentirosos, que colocan el giro por encima de los personajes y los sentimientos, como si estos fueran instrumentos y no el motor de la historia?

En comparación, El verano en que me enamoré ofrece intimidad sin olvidar la fantasía de la ficción: esa casa con piscina en Cousins, esos hermanos de anuncio de Tommy Hilfiger, esa fotografía pastelosa, como salpicada por la luz del final del verano. Es nostálgica para los adultos y aspiracional para los jóvenes. Y es, para disgusto de Miércoles Addams, la sensación de este verano.

Pere Solà Gimferrer

Pere Solà Gimferrer

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