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El creador de 'Mare of Easttown' regresa con 'Task', que promete ser muy HBO

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Mark Ruffalo, tras el decadente 'tour de force' de 'La innegable verdad', regresa a la plataforma con otra producción deprimente de calidad

Fabien Frankel, de 'La casa del dragón', forma parte del equipo especial de Mark Ruffalo.

Fabien Frankel, de 'La casa del dragón', forma parte del equipo especial de Mark Ruffalo.

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En los primeros minutos de Task, el espectador puede ver la presentación de personajes. Mark Ruffalo es un agente del FBI que se dedica a repartir folletos para reclutar nuevos agentes porque no se ve preparado para volver al terreno. Su hija le evita y, como pronto se entiende, hay problemas con su otro hijo. En otra casa, Tom Pelphrey trabaja de basurero. Su sobrina le ayuda a cuidar de sus hijos desde que su esposa lo abandonó hace casi un año. Se plantea apuntarse en una web de citas porque siente que le ha llegado el momento de volver a compartir la vida con alguien, a pesar de su realidad pobre y desestructurada.

Estas presentaciones son un movimiento interesante por el realismo y la humanidad de estas escenas mundanas, por las pinceladas que definen estos dos personajes perdidos. Desde un inicio, Task, que HBO Max estrena el próximo lunes, quiere ser vista como un drama, no como una serie policial.

Esta aproximación al género criminal no sorprende al ver quien está detrás de Task: Brad Ingelsby, el hombre que cautivó a la crítica en 2021 con Mare of Easttown con Kate Winslet. Aquí no repite la jugada. Hay secretos a resolver (cómo qué pasó con el hijo) pero no un misterio principal como en la anterior serie para HBO. Aquí casi todas las cartas están sobre la mesa.

Pelphrey, que tiene la ilusión y la tristeza en la mirada como en Ozark, se dedica a atracar a traficantes de droga con la intención de salir del agujero. Quizá no sería un movimiento del todo inmoral si una noche todo el plan no le saliera por la culata con violentas e impredecibles consecuencias. Y Ruffalo, como si no hubiera tenido suficiente con el decadente tour de force de La innegable verdad de Derek Cianfrance, tiene que liderar el grupo de trabajo que debe cazar a los atracadores.

La dimensión social de la situación, omnipresente en los escenarios, el vestuario y la fotografía, y la desazón y empatía, que se esfuerza en evocar Ingelsby desde el guion, permiten esperar un título muy HBO, en el mejor sentido posible.

Pere Solà Gimferrer

Pere Solà Gimferrer

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