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El 'Silencio' que rodea el VIH según Eduardo Casanova

Entrevista

El autor estrena una serie en Movistar Plus+ que reflexiona sobre el virus desde el vampirismo y la comedia

Eduardo Casanova, de actor de comedia a cineasta incómodo y autoral.

Eduardo Casanova, de actor de comedia a cineasta incómodo y autoral.

Mane Espinosa

Quedamos con Eduardo Casanova en la terraza de un hotel del Eixample de Barcelona para hablar de Silencio, la serie que ha creado para Movistar Plus+. Es una reflexión sobre cómo es convivir con el estigma del VIH y se estrena hoy, el día mundial del sida. El fotógrafo le indica en qué rincones puede posar pero, por defecto de profesión, el autor de películas como Pieles o La piedad toma las riendas de la sesión.

Empieza a colocar sillas y más sillas porque le interesan las formas que crean y después se estira en ellas. Es una demostración simple de una mente estética que esta vez intenta hacer algo más comercial: “He tenido el privilegio de hacer cosas más autorales pero Silencio es una comedia con una historia de amor: no hay nada más mainstream que una historia de amor con un beso final”.

“No puede ser que haya enfermedades que te conviertan en un héroe y otras que te conviertan en un apestado”

Esto no quiere decir que Silencio sea una obra convencional en ninguna de sus acepciones. La organización sin ánimo de lucro Apoyo Positivo, que ayuda a las personas con VIH, le contactó para hacer algo juntos: “Siempre me ha parecido muy interesante su trabajo pero temía hacer algo panfletario, así que le dimos una vuelta y decidí hablar del virus a través del vampirismo y de la comedia, evitando las narrativas que ya se habían hecho”.

No quería un Filadelfia o un 120 pulsaciones por minuto, obras escritas “siempre desde un lugar homosexual, de memoria, de lo que se sufría antes y no del problema real actual, que es el silencio”.

A Casanova le gusta que el espectador se pregunte... ¿quién hay detrás de cada maquillaje?
A Casanova le gusta que el espectador se pregunte... ¿quién hay detrás de cada maquillaje?Movistar Plus+

Como indica Casanova, la medicación permite vivir con una carga viral indetectable, intransmisible y sin efectos secundarios, pero muchos afectados prefieren no contar a sus seres queridos que tienen VIH: “Este silencio es un lugar muy incómodo en el que vivir y muy injusto: no puede ser que haya enfermedades que te conviertan en un héroe y otras que te conviertan en un apestado”.

En Silencio, que solo tiene tres episodios de apenas veinte minutos, tres hermanas vampiras y su madre se enfrentan a la escasez de “sangre humana limpia” debido a la Peste Negra. Viven recluidas con miedo a ser descubiertas y asesinadas. Siglos después, una de sus descendientes vive en España, subsistiendo a base de sangre sintética, enamorada de una mujer con sida. Las dos amantes tienen algo en común: conviven con el miedo y la ignorancia de la sociedad que las rodea.

El maquillaje prostético, pensado por Óscar del Monte, es extraordinario. “No había un referente de una vampira como la que queríamos construir, siempre habían sido muy sexualizadas, y fue muy inteligente”. Actrices como Lucía Díez, Leticia Dolera, Mariola Fuentes, Carolina Rubio y Ana Polvorosa están irreconocibles, en un reparto en el que también aparecen Omar Ayuso y María León como la humana contemporánea que recibe el diagnóstico.

“En el primer día de rodaje, Mariola llevaba lentillas, litros de silicona en la cara y dientes: no podía ver, oír, hablar o comer bien. La parafernalia es impactante pero esa sensación de opresión que han vivido las actrices las ha ayudado a entender lo que significa vivir encorsetado, en silencio, en el armario, ya sea el del vampirismo o el de una mujer seropositiva en la actualidad”, reflexiona.

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