La familia de un vecino de Granada que llevaba más de 30 años en paradero desconocido ha podido saber que el hombre se encontraba vivo durante todos estos años, pero falleció en València durante las fuertes riadas provocadas por la DANA. Tras conocer la verdadera historia, vecinos de la localidad de Ribarroja han dado más detalles sobre este hombre. Así se desprende de la información publicada por el Diario de Pontevedra.
Miguel Morales, que desapareció en su localidad granadina de Dúrcal en 1994, llevaba tanto tiempo presuntamente desaparecido, que un juzgado lo declaró oficialmente fallecido 20 años después de su desaparición en 1994. Sin embargo, la realidad es que llevaba años viviendo como indigente en Ribarroja del Turia, en València, donde construyó una chabola bajo un puente que no resistió la fuerza del agua durante las riadas.
El desaparecido
Vecinos han explicado que era un indigente que vivía en una chabola y que parecía sentir culpa por algo que había hecho en el pasado
Vecinos de esta localidad valenciana han aportado nuevos detalles sobre cómo era la vida de este hombre durante los años en los que se le daba por muerto. Según han relatado en El programa de Ana Rosa, era un hombre cariñoso que ganaba algo de dinero ayudando en un bar local, recogiendo ramas y encendiendo el fuego. “Lo conocemos desde hace bastantes años. Lo vimos un día paseando por donde vivía y a partir de ahí empezó a trabajar en el bar”, explica una vecina que tenía trato con él habitualmente.
“Tocaba a la puerta y nos decía buenos días, familia. Entonces salíamos, le poníamos un café con tostadas o magdalenas y un bocadillo para que pudiese comer. Todos le teníamos mucho cariño”, han relatado algunas vecinas. Aunque reconocen no conocer gran parte de su historia personal, ya que “no hablaba” de ello, han contado que Miguel les había explicado que “había vivido en Andalucía y se había tenido que ir”. “Daba la sensación que estaba pagando por una pena del pasado”, añadieron.
“Era muy educado, siempre con buenas palabras. A veces se le veía un poco desorientado, pero nunca dio problemas”, ha comentado otro vecino que conocía al hombre.
El hombre, que había sido declarado muerto, fue encontrado sin vida 30 años después de su desaparición a más de 550 kilómetros de su hogar original
Este caso ha dejado en shock a la familia del hombre, pues había pasado tres décadas viviendo al margen del sistema. No existen registros médicos, cuenta bancaria, prestaciones sociales ni ningún tipo de huella administrativa de Miguel Morales.
Sara Morales, una de sus hijas, explicó que recibieron la notificación del hallazgo del cuerpo de su padre el pasado noviembre. “Pensamos que era una equivocación. Como había tanto revuelo por la fatídica situación de la DANA, creímos que se trataba de un cruce de datos”, relató la hija del hombre. Pero las huellas dactilares tomadas por la Guardia Civil confirmaron su identidad.
Cuando Miguel desapareció de Dúrcal, dejó atrás a dos hijas pequeñas. Su hija Sara no tenía ni un año de edad. Según los testimonios familiares, el hombre tenía antecedentes de problemas psiquiátricos y no era la primera vez que abandonaba temporalmente el hogar, pero, hasta entonces, siempre había regresado. A pesar del trágico final, la noticia ha supuesto cierto “alivio” para la familia de Miguel, que, aunque ya “pasó página” tras su desaparición, siempre les acompañaba la duda de si podría estar vivo.
La exmujer de Miguel también habló sobre el caso en El programa de Ana Rosa, donde detalló la dureza de su matrimonio. “Yo no quería saber nada de él. Era una paliza detrás de otra”, expresó la mujer durante la entrevista, que añadió que, para ella, “él ya estaba muerto de antes”.

