Ingiere 12 paquetes con drogas para cruzar la aduana y casi muere

Tráfico de estupefacientes

La justicia británica ha determinado que eran para consumo personal, pero han quedado asombrados por el gran riesgo que tomó

El aeropuerto de Manchester, Inglaterra

El aeropuerto de Manchester, Reino Unido

@manairport

Un hombre ha tenido que ser inducido a un coma para salvar su vida después de que una de las 12 bolsas con cocaína que ingirió para pasar los controles de aduana explotara en su estómago. José Ribeiro, de 54 años, regresaba a Manchester, Reino Unido, después de unas cortas vacaciones en Lisboa, Portugal. Allí compró las drogas y quiso trasladarlas hasta su lugar de residencia.

El Tribunal de la Corona de Manchester ha considerado que Ribeiro tomó un “riesgo extraordinario” para su propia salud por un “ahorro relativamente modesto”. Y es que el juzgado constató que el valor de la cocaína es más bajo en Portugal que en Reino Unido, según ha publicado el medio Manchester Evening News.

El juez honorario, Nicholas Dean KC, ha dictaminado que no hay pruebas suficientes que indicaran que Ribero tenía intenciones de vender las drogas, sino que las adquirió para consumo personal. “Espero que haya aprendido la lección por lo ocurrido”, expresó Dean a Ribero durante la audiencia, donde condenó al hombre a ocho meses de cárcel con suspensión de la pena por un año más 60 horas de trabajo no remunerado.

Peligro

La ingesta de las bolsas pudo ocasionar lesiones cerebrales, invalidez o incluso la muerte del hombre

“Juro por Dios que no volveré a hacerlo”, aseguró Ribero, quien ya llevaba 86 días en prisión preventiva. La abogada defensora Keira Shaw argumentó que Ribeiro, residente de Whowell Fold, Bolton, estuvo “a punto de perder la vida como consecuencia de sus actos”, lo que para el juez Dean “es claramente una forma de castigo”.

“Acepto, por si sirve de algo, que trajiste la droga ingiriéndola para consumir cocaína para tu uso personal, no para venderla. Pagaste el precio de eso. Podrías haber muerto fácilmente. Tienes suerte de no haberlo hecho”, concluyó el juez. El fiscal Brian Berlyne fue quien reconstruyó cómo Ribeiro viajó a Lisboa desde el aeropuerto de Manchester en enero y regresó a los pocos días.

Tras quejarse por unas “palpitaciones en el pecho”, su pareja lo llevó en su coche al Hospital Royal Bolton, donde había oficiales de la policía local. Nervioso, Ribero expresó a su pareja que la política “iba por él”, por lo que se marchó de la sala de urgencias del hospital. Sin embargo, tuvo que regresar horas más tarde cuando los dolores se volvieron insoportables.

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Los médicos lo trasladaron a cuidados intensivos, donde fue inducido a un coma. Los familiares explicaron al personal de salud que Ribeiro había admitido tragarse los paquetes de cocaína que había comprado en Portugal durante su visita a su familia. Los sanitarios intervinieron quirúrgicamente al hombre de 54 años y extrajeron ocho paquetes de cocaína. Tiempo después, los cuatro paquetes restantes fueron expulsados naturalmente por Ribeiro.

La ingesta de las bolsas pudo ocasionar lesiones cerebrales, invalidez o incluso la muerte de Ribero. Cada bolsa pesaba 37,89 gramos, cantidad valorada en 5.300 dólares. Tras recibir el alta médica, Ribeiro fue interrogado por la policía y declaró que las drogas eran para su propio consumo. Fuel el fiscal Berlyne quien sostuvo que había pruebas para argumentar que las drogas valían menos en Portugal que en Reino Unido, pero se preguntó por qué el hombre tomó “semejante riesgo por un ahorro relativamente modesto”.

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