Los pasajeros del avión de Air Corsica que cubría la ruta París-Ajaccio (Córcega) han sido testigos de un suceso insólito: el avión estuvo dando vueltas en el aire durante casi una hora antes de poder aterrizar, según informa el diario La Dépêche.
La razón resulta tan sorprendente como preocupante: el único controlador aéreo de guardia en la torre del aeropuerto Napoleón-Bonaparte se había quedado dormido, dejando así al avión a su suerte.

El controlador aéreo estaba solo en la guardia nocturna
Las luces de la pista estaban apagadas y la tripulación no obtuvo respuesta de la torre de control
El incidente tuvo lugar la noche del lunes 15 de septiembre. El vuelo, que ya había partido con retraso desde París-Orly a las 22:45h, se aproximaba a su destino cuando la tripulación notó la ausencia total de respuesta desde la torre de control. Para empeorar la situación, las luces de la pista estaban apagadas, lo que hacía imposible el aterrizaje.
Ante la falta de comunicación, el capitán del Airbus A320neo pidió ayuda a los bomberos del aeropuerto, quienes a su vez alertaron a la policía. Mientras tanto, el avión sobrevolaba el Golfo de Ajaccio con la opción de desviarse al aeropuerto de Bastia si el problema continuaba. Los pasajeros fueron informados de esta posibilidad, aunque finalmente no fue necesario.
Casi una hora después, las luces de la pista se encendieron y la comunicación fue restablecida: el controlador, que estaba solo de servicio en ese turno nocturno, se había quedado dormido. El avión aterrizó sin incidentes a las 00:35, según los registros de Flightradar24.
Este incidente ha dejado sin palabras a los presentes, incluido el propio capitán, que reconoció que en décadas de experiencia jamás había vivido algo parecido. Finalmente, la policía ha descartado consumo de alcohol o drogas por parte del controlador, pero el episodio ha encendido las alarmas sobre las condiciones laborales y los protocolos de seguridad durante los turnos nocturnos.