Un padre estadounidense y su hijo adolescente perdieron la vida tras sufrir el ataque de un enjambre de avispas gigantes mientras participaban en una excursión de tirolesa en un parque de aventuras del norte de Laos.
El trágico suceso ocurrió el 15 de octubre cerca de Luang Prabang, una ciudad turística situada al norte de la frontera con Tailandia. Las víctimas, Daniel Owen, de 47 años y su hijo Cooper, de 15, se encontraban de visita en el país desde Haiphong (Vietnam), donde Owen trabajaba como director de la escuela internacional QSI International School, y su hijo cursaba estudios.
'Vespa mandarinia'
Según cuenta The New York Times, ambos fueron trasladados de urgencia a una pequeña clínica ubicada a unos 20 kilómetros del lugar del ataque.
Phanomsay Phakan, doctor que los atendió detalló que “los pacientes estuvieron poco tiempo en nuestra clínica porque nuestras instalaciones médicas son limitadas. El estado del padre y del hijo era muy grave, así que fueron trasladados rápidamente a un hospital provincial cercano para recibir más tratamiento”. Sin embargo, los esfuerzos médicos resultaron insuficientes, ya que ambos fallecieron al poco tiempo.
Avispón asiático gigante (Vespa mandarinia)
Las autoridades sanitarias sospechan que el ataque fue causado por avispones gigantes asiáticos (Vespa mandarinia), también conocidos como “avispones asesinos”, una especie cuyo veneno contiene potentes neurotoxinas y enzimas capaces de destruir tejido humano.
Si una persona sufre múltiples picaduras, la reacción puede llegar a ser mortífera. Sin embargo, la causa exacta de la muerte de Daniel y Cooper Owen aún no ha sido determinada oficialmente, y ni el Hospital Provincial de Luang Prabang ni el Ministerio de Salud de Laos han emitido declaraciones al respecto.
El avispón asiático gigante (Vespa mandarinia) es la avispa más grande del mundo y puede medir 5cm
El parque Green Jungle Park, donde tuvo lugar el ataque, emitió un comunicado expresando sus condolencias y anunciando una revisión de sus protocolos de seguridad. “Este suceso no tiene precedentes en nuestra experiencia y, según entendemos, tampoco en Luang Prabang. Fue un acontecimiento natural imprevisible y extraordinario”, señaló la dirección del complejo.
La organización Quality Schools International (QSI), con sede en Estados Unidos, lamentó su pérdida: “Era profundamente querido en toda nuestra comunidad y será enormemente echado de menos”, expresó la escuela en un comunicado publicado en redes sociales.
Owen, con más de 18 años de experiencia en QSI y destinado en cinco países distintos, era descrito por antiguos alumnos como un profesor ejemplar y un hombre con suma amabilidad.

