Una mujer ha aceptado este jueves ante el Juzgado de lo Penal número 1 de Las Palmas de Gran Canaria una condena de 80 días de trabajos en beneficio de la comunidad y el pago de 5.000 euros por haber acosado a su exnovio con la intención de retomar la relación, tras la ruptura de ambos en 2022, después de cuatro años juntos. En un solo día, la mujer llegó a realizar más de 140 llamadas a su expareja, según la información publicada por Canarias7.
Acoso persistente mediante llamadas y mensajes
Reconocimiento de los hechos y prohibición de acercamiento
María Macarena Toledo Cruz, condenada por estos hechos, se declaró culpable de un delito de coacciones en su modalidad de acoso. Además, aceptó la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de su exnovio o comunicarse con él por cualquier medio durante cinco años. La víctima también recibirá una indemnización de 5.000 euros por daños morales. La acusación particular estuvo representada por la letrada Mónica Beaumont Cruz.
El conflicto se originó cuando, tras la ruptura en 2022, la condenada presentó una denuncia por un delito leve de injurias contra su expareja, que fue sancionado con la prohibición de aproximarse a ella durante seis meses. Durante este tiempo, María Macarena buscó continuamente la reconciliación, visitando su lugar de trabajo y su gimnasio, interfiriendo en su vida diaria.
Una vez concluida la prohibición, la mujer intensificó sus intentos de contacto mediante llamadas y mensajes de WhatsApp. El 17 de septiembre de 2022, realizó 147 llamadas, y el 22 del mismo mes, 111 más. El 27 de septiembre se presentó en el trabajo de la víctima, llegando a esconderse para esperarle, lo que requirió la intervención policial. Según la acusación, no fue un hecho aislado: acudió más de 30 veces a la empresa portando un collar con una fotografía de ambos en forma de corazón.
Durante este período, la víctima presentó cinco denuncias por los diferentes episodios de acoso, algunos de ellos mientras aún estaba vigente la prohibición de comunicación y acercamiento. La mujer llegó a enviar más de 800 mensajes en un fin de semana, superando en algunas semanas los 3.000 y llegando a más de 14.000 mensajes en determinados meses.
El hostigamiento tuvo un grave impacto en la vida de la víctima, limitando su asistencia a lugares de ocio y formación por miedo a encontrarse con su exnovia. Actualmente presenta síntomas de ansiedad y depresión, conductas de evitación y malestares físicos. Desde el 30 de julio de 2024, la acusada tiene prohibido acercarse al domicilio de la víctima y comunicarse con él mientras se tramitaba la causa.


