Su marido tenía cámaras y micros por toda la casa para controlarla: “Si me maquillaba mucho, me insultaba”

Italia

El marido ha sido condenado a una pena de cinco años y seis meses de prisión, y una indemnización provisional de 8.000 euros

Una mujer que denunció a su expareja en Zaragoza consentía los golpes y quemaduras con cigarrillos

Su marido tenía cámaras y micros por toda la casa para controlarla:

Su marido tenía cámaras y micros por toda la casa para controlarla: “Si me maquillaba mucho, me insultaba”

Durante quince años, una mujer de unos cincuenta años vivió sometida a un control constante dentro de su propio hogar. Así lo relató ante los carabinieri italianos una vecina de Trecate (Italia), cuyo testimonio ha desembocado en la condena de su expareja por maltrato familiar y violencia sexual. El tribunal de Novara ha impuesto al acusado, identificado como G. A., de 55 años, una pena de cinco años y seis meses de prisión.

El tribunal de Novara emitió la sentencia favorable a la víctima

El tribunal de Novara emitió la sentencia favorable a la víctima

Vivía sometida tras ser maltratada física y psicológicamente por su marido

Según la sentencia, el hombre había instalado micrófonos y cámaras por toda la vivienda para vigilar cada movimiento de su pareja. “Fueron 15 años de tortura psicológica. Había puesto micrófonos y cámaras en todas partes: no era libre”, denunció la mujer ante las fuerzas de seguridad, tal y como recoge la documentación judicial del caso e informa La Stampa.

La víctima, que tiene reconocida una invalidez del 50% por problemas articulares, explicó en el juicio hasta qué punto el control afectaba a su vida diaria. “Tenía que tener cuidado incluso al maquillarme y al vestirme porque, si estaba demasiado provocativa, empezaba a insultarme”, declaró en la sala. “Tenía miedo de rebelarme”, añadió también durante su testimonio.

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Foto de archivo de unas esposas

La relación, que se prolongó entre 2003 y 2019, comenzó de forma muy distinta. “Al principio todo iba bien, yo era su princesa”, recordó la mujer. Sin embargo, con el paso del tiempo se instauró un clima de vigilancia permanente, insultos y amenazas. Entre las frases que, según su relato, le repetía su pareja estaba “tú eres mía”, una expresión que reflejaba el grado de posesión y control que ejercía sobre ella.

Además del maltrato psicológico, la víctima denunció episodios de violencia física. “Hubo agresiones; una vez me empujó violentamente contra una puerta y otra me agarró del pelo”, afirmó ante el tribunal. Tras poner fin a la relación, la mujer inició un proceso de apoyo psicológico para superar las secuelas de los abusos sufridos.

El tribunal ha reconocido su condición de parte civil y le ha concedido una indemnización provisional de 8.000 euros. 

El acusado lo ha negado todo

Por su parte, el acusado negó todos los cargos durante el juicio. “Nunca la obligué a hacer nada; nuestras relaciones eran consentidas”, aseguró. “Tengo la conciencia tranquila porque nunca la maltraté. No esperaba una denuncia”, sostuvo ante el juez, en unas declaraciones que no convencieron al tribunal.

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