Animación ‘gay friendly’

La creadora de ‘Steven Universe’, Rebecca Sugar, considera que los niños deben entender la diversidad sexual desde pequeños

Una de los elementos más estudiados de la televisión americana es la representación de la sociedad. Cualquier minoría entiende la visibilidad en las series como una forma de normalizar su mera existencia, ofrecer un espejo para el colectivo y retar los prejuicios. Pero cuando abordamos la animación infantil rápidamente surgen los prejuicios, sobre todo cuando toca hablar de feminismo, sexualidad y los principios de diversidad y de igualdad. Suerte que hay una serie como Steven Universe en emisión (en España en Boing) con ganas de romper con las dinámicas conservadoras del género.

La creadora Rebecca Sugar trabajaba en Hora de aventuras cuando tuvo la oportunidad de producir su propia serie dentro de Cartoon Network. Conquistó a los directivos con la historia de Steven Universe, un niño hijo de un humano y una extraterrestre que vive aventuras con la ayuda de cuatro mentoras y amigas de su difunta madre, las gemas de cristal, que protegen el planeta. Pero lo más interesante es que estos aliens, que tienen voces femeninas y se identifican como tales, no solamente son las heroínas de la función y no tienen voces de actrices blancas sino que según revela serie sin demasiados subterfugios, dos de ellas, Ruby y Sapphire, son lesbianas y mantienen una relación amorosa.

“No puedes esperar a que los niños sean mayores para hacerles saber que las personas homosexuales existen”, había explicado Sugar durante una charla en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York donde había estu­diado. En su opinión hay niños ho­mosexuales que necesitan saber que sus sentimientos importan y esperar es una equivocación porque entonces se sienten excluidos. Necesitan re­ferentes al igual que el resto de los ­humanos. “La idea de que es algo que sólo debería ser discutido entre adultos es completamente errónea”, dijo Sugar.

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Steven Universe, un niño sin prejuicios, tiene a las gemas de cristal como mentoras

Su intención con la serie era exponer la mirada inocente de su hermano menor, al que había ayudado a interpretar el mundo, y también retar una industria de la animación demasiado propensa a focalizar sus productos a niños o niñas perpetuando los roles de género. Como ella misma disfrutaba de pequeña con series supuestamente para chicos, Sugar quiso diseñar una pensada para ambos sexos con la ayuda de su pareja, Ian Jones-Quartley, que ha trabajado como ­director, guionista, productor ejecutivo y en el departamento artístico durante las primeras temporadas.

En Steven Universe también opta por transmitir la belleza de todas las formas con unas protagonistas que se sienten cómodas en sus propios cuerpos: sus habilidades especiales les permiten adquirir la forma que quieran pero se gustan sean delgadas, robustas o masculinas. Y, en lugar de tratar los niños como seres incapaces de entender sentimientos profundos, en los tres años que lleva en antena se toma la molestia de hablar de la pérdida (Steven es huérfano de madre) y el estrés postraumático sin perder de vista que es una obra infantil cada vez más vista entre el público adulto.

Otra cosa es que desde Cartoon Network no tratan la situación con la misma normalidad. Controlan las preguntas que recibe la creadora en las entrevistas con medios, evitando alusiones al lesbianismo o bisexualidad como si siguieran la antigua doctrina del ejército americano del “don’t ask, don’t tell”. Y, mientras que Sugar tiene libertad creativa, en pleno siglo XXI se suavizó en Suecia el flirteo entre Ruby y Sapphire y en el Reino Unido se censuró una escena donde otro personaje femenino, ­Pearl, dejaba entrever que sentía algo más que amistad por su compañera.

Pero el equipo detrás de la serie no es tan reservado. Tanto Jones-Quartley como el guionista Joe Johnston han expresado en Twitter y podcasts que Ruby y Sapphire mantienen una “relación romántica” y la propia Sugar explicó este julio en la Comic-Con de San Diego que es bisexual y que basó gran parte de la serie en sus experiencias. Es todo un soplo de aire fresco encontrarse con una mujer ­como ella que sigue retando los prejuicios más conservadores con una estética y unos argumentos que alejan Steven Universe de la filosofía de las princesas desvalidas, blancas, delgadas y heterosexuales de los cuentos de antaño.

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