Nacho Duato es uno de los artistas mejor valorados de la cultura española en los últimos 40 años. Formado como bailarín en la Rambert School de Londres, la Mudra School de Maurice Béjart en Bruselas y en la American Dance Centre de Alvin Ailey en Nueva York, expandió sus habilidades en los escenarios más importantes del mundo. Durante 17 años, también fue director artístico de la Compañía Nacional de Danza en Madrid.
Actualmente, el valenciano dirige su propia compañía artística, la Compañía Nacho Duato, que aterrizará en Barcelona con su último proyecto: un nuevo espectáculo de danza, Cantus, y tres de sus coreografías más destacadas, Duende, Gnawa y Liberté Paso a dos. A la espera de sus actuaciones en el teatro Tívoli, del 30 de abril al 4 de mayo, el responsable ha concedido una entrevista en el programa Tot es mou de TV3, presentado por Helena Garcia Melero.
Además de recordar las extensas entrevistas de Joaquín Soler Serrano, con personalidades de la talla de Josep Pla o Salvador Dalí, Duato se abrió sobre su primera actuación en la ciudad condal bajo el paraguas de su propia compañía. Además de reflexionar sobre las dificultades de poner en marcha la Compañía Nacho Duato, también reflexionó sobre su actividad y rendimiento a su edad, después de haber cumplido 68 años el 8 de enero.
“Es que lo importante de la edad no es la edad. Mira, mi abuelo me decía: ‘lo importante en la vida es tener la llama siempre con la misma fuerza, porque tú tienes ahora esto de cera y yo tengo esto, pero nuestras llamas pueden brillar de la misma forma. Y yo lo que trato es que mi llama no se apague, aunque tenga medio centímetro de cera, porque hay jóvenes con mucha cera y están como tontos. Que no se nos apague la llama.
Un proyecto profundo
Con respecto a Cantus, se trata de la coreografía número 116 en la trayectoria del valenciano, quien pudo dar los detalles en profundidad en el programa betevé directe. “No muchos creadores han hecho tantas coreografías, he tenido la suerte de dirigir siempre a un grupo de bailarines y desde los 23 años he podido hacer entre dos tres ballets al año”, comentaba, remarcando que no es un aficionado a la improvisación en el baile.
La obra trata sobre los horrores de la guerra vistos desde la mirada de la juventud, pensada específicamente para la joven compañía de Duato. “No se puede traspasar al escenario la atrocidad de una bomba o un conflicto, lo debes hacer de una forma distante y poética, intentando que el espectador reflexione sobre la guerra durante la media hora que dura la pieza”, añadió.