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El tenso enfrentamiento entre Montoya y Bayan en la primera hoguera mixta de 'La Isla de las Tentaciones'

Cara a cara

Durante el encontronazo, los concursantes no dudaron en sacar a relucir sus conflictos personales, abordando temas de infidelidad y lealtad

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Montoya y Bayan tuvieron una tensa discusión

Telecinco

La Isla de las Tentaciones no deja de reinventarse. Cada edición parece superar a la anterior en intensidad y giros sorprendentes. Esta vez, han dado un paso más con la introducción de la hoguera mixta, un formato que prometía llevar las emociones al límite. 

Al juntar a chicos y chicas en el mismo espacio, las reacciones fueron impredecibles y explosivas, creando momentos tan tensos como inolvidables. Montoya y Tadeo fueron los primeros en experimentar este nuevo formato junto a Alba y Bayan.

Fuego cruzado

Montoya y Bayan en pie de guerra

Sin preámbulos, Montoya y Bayan se lanzaron al barro. La llegada de Bayan, inseparable de Anita, pareja de Montoya, fue suficiente para detonar el ambiente. “Ya está aquí la meté merdé de la edición”, soltó el sevillano, incapaz de disimular su incomodidad. Bayan, lejos de achantarse, respondió con una sonrisa afilada. “Qué bien nos lo vamos a pasar hoy”, justo antes de pasar al ataque.

Las llamas reflejaban miradas cargadas de reproches. Montoya no perdonaba que Bayan se hubiera convertido en un catalizador de problemas en la isla. “Te estás encargando de meter mierda en toda la isla”, le espetó, mientras los demás asistentes apenas se atrevían a respirar. 

La conversación subió de tono cuando las infidelidades salieron a flote. Bayan, rápida de reflejos, respondió: “Cállate y no hables de mi novio, que es un infiel de mierda”. Y no se quedó ahí: “Y tú has hecho lo mismo que yo, así que te callas y tienes respeto”.

Montoya, sin perder el hilo, recordó un episodio que aún le escocía: la vez que Bayan le echó de la villa de las chicas tras su carrera por la playa. Bayan, con un tono inusualmente conciliador, admitió: “En ninguna imagen te he visto pasarlo mal, si ha sido así te pido perdón”.

Pero el perdón no era el plato del día. Montoya sacó su última carta: “Yo no he metido a una tía en mi habitación el primer día como ha hecho mi novia”. Bayan, por primera vez, se quedó sin respuesta. Y mientras las llamas seguían su curso, la discusión no encontró un final, prolongándose en un bucle de reproches que solo el final de la hoguera podría apagar.