Treinta mil euros en noviembre y otros treinta en enero. La polémica en torno a Elisa Mouliaá no solo se centra en su denuncia contra Íñigo Errejón, sino también en los contratos que firmó con dos productoras de televisión poco después. Mientras la investigación judicial sigue su curso, los acuerdos económicos que cerró han suscitado un interés que trasciende el ámbito jurídico. De hecho, el propio acusado aseguró que la acusación de Mouliaá era “una denuncia falsa” que buscaba “beneficio económico”.
Antes de que Informalia publicara los detalles de estos contratos, Mouliaá apareció en el programa de Telecinco ¡De Viernes! y aseguró públicamente que cualquier ingreso obtenido por su exposición mediática sería donado “íntegramente a una asociación para apoyar a las mujeres maltratadas, el próximo 8 de marzo ante notario”. La fecha no es casual: el Día Internacional de la Mujer, un gesto con el que buscó vincular su relato personal a una causa colectiva.
Elisa Mouliáa en '¡De viernes!'
Sin embargo, el anuncio de esta intención vino precedido por un contrato por 24.000 euros con Producciones Mandarina, compañía encargada del programa en el que hizo la declaración. Este acuerdo incluyó un pago adicional de 6.000 euros a la agencia que la representa, lo que avivó las dudas sobre sus motivaciones y el momento en que se formalizaron los contratos.
El primer acuerdo fue con Unicorn Content, la productora de Ana Rosa Quintana, por participar en programas de Mediaset a cambio de 30.000 euros. Este contrato se firmó el 18 de noviembre, poco después de la denuncia. Más tarde, el 17 de enero, selló su aparición en ¡De Viernes!.
Testimonios y pruebas
El avance del caso en los juzgados
En paralelo, la investigación judicial avanza. El juez Adolfo Carretero ha ordenado nuevas diligencias para esclarecer los hechos ocurridos en la fiesta donde, presuntamente, se produjo la agresión. Siete personas han sido citadas para declarar el próximo 7 de marzo, incluidas aquellas consideradas “testigos directos” y tres familiares de Mouliaá. La decisión de convocar a estos testigos busca arrojar luz sobre lo ocurrido y contrastar las versiones que han trascendido hasta ahora.
Iñigo Errejón en la salida de los juzgados
Además, el juez ha solicitado a Mouliaá que entregue la conversación “íntegra” de WhatsApp con una amiga a quien le relató lo sucedido al día siguiente. Según los mensajes mencionados, le confesó estar “decepcionadísima con Errejón” y detalló cómo el diputado le “entró a saco” y “siguió intentándolo” en su casa, pese a que ella le expresó su incomodidad al decirle que le estaba “invadiendo”. Estos intercambios serán fundamentales para reconstruir la secuencia de los hechos y determinar si hubo o no conducta delictiva.
Mientras la polémica continúa en los medios, la fecha del 8 de marzo cobra un significado especial por la promesa de donación anunciada por Mouliaá y su cumple su palabra. Queda por ver cómo evoluciona el caso en los tribunales y cómo se interpretará la relación entre las apariciones televisivas y la denuncia pública.
