A veces las historias de amor no caben en un titular. O no tienen papeles, ni anillos, ni fotos oficiales. Pero eso no significa que no existan. Así lo defiende Sofía Vigiola, una joven mexicana que asegura haber sido el último amor de Carlos Marín, el barítono del grupo Il Divo. En una emotiva entrevista en el programa Y ahora Sonsoles, su relato —entre lágrimas, correos, audios y valses en Tulum— reabre la pregunta de quién acompañaba al artista más allá de los focos. “No teníamos etiquetas, pero lo nuestro fue real. Fue magia”, asegura.
Desde que Geraldine Larrosa —exmujer del artista— asumiera públicamente el papel de viuda tras su muerte, Sofía había permanecido en silencio. Hoy, con voz temblorosa pero segura, se posiciona: “Geraldine mintió con alevosía. Yo lo conocí cuando ya estaban divorciadísimos”.
Me cantó al teléfono ‘The Man You Love’. Así empezó todo”
La historia comienza en septiembre de 2015, durante una gala de belleza en México. Sofía, entonces con 19 años, había sido invitada como representante de Morelos. Carlos, artista invitado. “No tenía que estar allí. El destino conspiró”, recuerda ella. Después de la cena oficial, un paseo por las playas de Tulum dio paso al primer beso. Y después, al primer correo.
Carlos Marín y Sofía se conocieron en México en 2015. La joven tenía entonces 19 años y representaba a Morelos en un certamen de belleza
Apenas un mes después, Carlos Marín le envió un e-mail de 50 páginas titulado “Las razones por las que tenemos que estar juntos”. “Lo leímos juntos por videollamada. Lo imprimí todo. Yo no me lo creía”, relata. Fue el inicio de una relación a distancia que duró seis años, sostenida por videollamadas, mensajes y visitas puntuales cuando los calendarios lo permitían.
“Carlos era mi cómplice. Era esa luz implacable que transformaba cualquier momento. Jamás nadie me hizo sentir así”, dice. Y sí, asegura que hablaban de boda, aunque nunca hubo anillo. “Jugábamos con la idea, pero sabíamos que la distancia hacía difícil formalizar. Aun así, fue un gran amor”.
“No teníamos etiquetas, pero no por eso fue menos real”, insiste. Cuando se le pregunta si su relación era pública, Sofía responde que fue íntima, pero no secreta. “Conocí a su familia por videollamada. A su compañero Sebastián lo vi en persona en México. Pero nuestra relación no pasaba por los escenarios ni por las redes. Era nuestra”.
Sofía se describe como “una señora de 120 años, bruja y hippie atrapada en un cuerpo joven”. Confiesa que nunca se sintió de su edad. Tal vez por eso, dice, conectó con un hombre como Carlos, 24 años mayor que ella. “Él tenía alma vieja. Nos entendimos desde el primer instante”.
Geraldine no era su última pareja. Eso te lo firmo con sangre”
El punto más delicado llega cuando se menciona a Geraldine Larrosa, la exmujer de Carlos Marín que asumió públicamente su luto tras el fallecimiento. “Carlos la quiso muchísimo, siempre la respetó. Pero desde que yo lo conocí, ya no había nada entre ellos. Eran amigos. Y si estaban juntos, no se comportaban como tal. Él me contaba cosas muy concretas, incluso tengo un audio que no pienso publicar nunca, donde deja claro que no volvería con ella”, afirma tajante.
Asegura que nunca quiso tener contacto con Geraldine: “Mintió en la etiqueta que se puso. Se autoproclamó viuda, cuando llevaba años separada. Le sacó provecho a una situación con fines personales. No le guardo odio, pero no quiero tener relación con alguien así”.
Me enteré por Instagram. Se me doblaron las piernas”
Sofía no fue avisada por la familia ni por los amigos. Se enteró de la muerte de Carlos por un comunicado del grupo en Instagram. “Hablé con él cuando llegó a Manchester. Después, una amiga me envió noticias. Ya no contestaba. Me derrumbé. Me fui al suelo. No podía creerlo”, recuerda. Reconoce que no tenía por qué ser avisada oficialmente: “No era su esposa, no era la novia formal. Pero fue el hombre más importante de mi vida”.
Ante quienes cuestionan si su relación fue más platónica que real, Sofía responde sin reservas: “Fue mi gran amor. Platónico si quieres, porque no pudimos tenerlo todo. Pero fue lo más verdadero que he vivido. Y él me amó, eso lo sé. Me lo dijo. Me lo cantó. Y me lo escribió 50 páginas”.

