Donald Trump o una presidencia de reality show

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La obsesión del presidente con la televisión le lleva a planificar todo como un programa y a interferir con las cadenas

A television broadcasts US President Donald Trump on the floor at the New York Stock Exchange (NYSE) in New York, US, on Monday, Aug. 11, 2025. Wall Street traders bracing for key inflation data leftstockshovering near all-time highs, withbondsand thedollaredging up. Photographer: Michael Nagle/Bloomberg

Trump no tiene problemas en entrometerse en el mundo de la televisión

Michael Nagle / Bloomberg L.P. Limited Partnership

Amenudo da la impresión de que la Casa Blanca es un escenario de ficción, uno más de El show de Truman , esa película sobre una realidad simulada que ocurre dentro de un espectáculo de televisión.

En el show de Trump, todo parece guionizado para ser proyectado en la pantalla. Esa es la impresión que dio la alfombra roja tendida a Vladimir Putin.

Y el presidente desempeña todos los papeles, igual ejerce de protagonista que productor del espectáculo. Actúa como un verdadero animal de televisión.

Hace diez días acudió al Kennedy Center, el gran centro cultural de Washington, para anunciar los próximo premiados con el reconocimiento que concede esta institución. Las cosas han cambiado. Trump también se ha nombrado presidente de ese centro y él mismo decidió a quien distinguía.

No solo eso, incluso sugirió la idea, inspirada por otros que lo animan, de ser en otra ocasión el conductor de la ceremonia. Lo descartó, pero se echó flores. “Pienso que sería un éxito. Era el presentador de la gala final de The Apprentice y nos iba muy bien”. Insistió en que tenía más audiencia que la entrega de los Oscar, organización que desprecia, y solo le superaba la Super Bowl, el programa más visto en EE.UU. The Apprentice es el reality show donde pronunciaba su “estás despedido”, que le convirtió en empresario exitoso en la América rural.

Trump pide que echen a gente de cadenas, pero en la Fox pesca a los miembros de su gobierno

En esa declaración está Trump en estado puro. Se considera alguien con un toque mágico y se ve como un experto en todo lo que rodea a las cámaras y su programación.

El caso más célebre de intromisión todavía colea. La CBS comunicó este verano a Stephen Colbert, el protagonista del late show de más apreciado en EE.UU., que su programa será cancelado la próxima primavera, al final de la temporada. Nadie vio una coincidencia que ese anuncio se produjera en paralelo a la aprobación por la administración Trump de la adquisición de Paramount, propietaria de la CBS, por Skydance Media, fundada y dirigida por David Ellison.

Su padre, Larry Ellison, el multimillonario creador de Oracle, es uno de los trumpistas más destacados entre los dirigentes tecnológicos.

Ese proceso de negociación también supuso que la cadena pagase 16 millones al gobierno para no ir a los tribunales por una entrevista a la entonces candidata Kamala Harris en el programa 60 Minutes . Trump alegó que se manipuló la entrevista, pero los periodistas hicieron lo de siempre. La CBS prefirió pagar y perder a varios de los reporteros de ese programa.

Los seguidores de Stephen Colbert se quejaron de la cancelación del programa

Los seguidores de Stephen Colbert se quejaron de la cancelación del programa

GETTY IMAGES

Trump dijo que él no tenía nada que ver en el despido de Colbert, pero no hizo más que añadir elementos para avivar las quejas. “La razón por la que ha sido despedido es la falta total de talento y el hecho de que esto costaba 50 millones anuales de pérdidas a la CBS”.

Su arrebato no se quedó ahí. Su ventilador incluyó a la competencia de Colbert. Calificó de todavía menos talentosos a Jimmy Kimmel (ABC) y Jimmy Fallon (NBC). “Serán los próximos en caer”, indicó en su red social.

La televisión de un elemento definitorio de la presidencia de Trump. Buena parte de sus colaboradores los ha pescado precisamente de la cadena Fox. En la lista figuran, entre otros, desde el secretario de Defensa, Pete Hegseth, a la fiscal jefe del distrito de Columbia, Jeanine Pirro, que cultivaron el aprecio de Trump con sus halagos.

Luego está el otro extremo. Esta misma semana ha arremetido contra la MSNBC, al anunciarse el cambio de nombre a MS Now, por su separación del grupo de la NBC. Y tuvo un nombre concreto, Nicole Wallace, ex asesora de prensa del presidente George W. Bush y voz significada en la oposición al show de Trump.

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