Buenafuente, ‘huevos fuertes’

Andreu Buenafuente, desde el sofá de Futuro (im)Perfecto (La 1, jueves noche), despide su función pero antes se toma un segundo para dirigirse a los que llenan el auditorio del teatro LaFact de Terrassa y decirles: “Esta noche me lo he pasado muy bien. Hoy he sabido por qué hago televisión: ¡por noches como esta!”. Yo he aplaudido: yo también lo he pasado bomba viendo a Buenafuente en esta hora de un artista sobre un escenario logrando que sesenta minutos parezcan uno solo. Eso es estar en estado de gracia. El programa Futuro (im)Perfecto consiste en una hora sobre un escenario, de pie y micrófono en mano. Es lo más parecido a un suicidio escénico. Pero es Buenafuente, o sea, huevos fuertes (“huevos fuertes” le llama la niña de Schreck , el mítico, sublime, felizmente incorrecto e indescriptible personaje de Sílvia Abril, su esposa en la vida real), y los huevos son fuertes por curtidos en miles de horas de platós, escenarios, micrófonos, cámaras: Buenafuente es el comediante más bregado de España, viene del siglo XX. Y por eso Andreu Buenafuente puede servirnos y nos sirve el magno espectáculo de Futuro (im)Perfecto : vemos a un cómico madurado en años de comedia sin pausa y en pleno dominio de sus dones y facultades, vemos al artista desplegar sus talentos e ingenio para movernos eficazmente a la risa y a la reflexión y al asombro. Vi un jueves irrumpir en escena a la niña de Schreck en carrera loca alrededor de “huevos fuertes”, y este jueves he visto a Rosalía (parodia) entrar en escena con la sinfónica pegada a la chepa, que la pobre ya no puede hacer nada sin que se le cruce un trombón de varas ni ir al retrete sin trompetista. Buenafuente y su equipo destilan la actualidad y refinan la broma hasta la excelencia. (Rosalía ha captado que la juventud, amputada de trascendencia, experimenta un vacío que puede llenar la espiritualidad de videoclip). Buenafuente despliega todo el saber acumulado durante treinta años de televisión, lo que incluye los juegos de réplicas con el (presunto) director del programa (como aquel remoto follonero ) o su nariz para detectar talentos como hoy Petite Lorena, una humorista de La Palma que está muy bien: “¡Soy heterosexual, una discapacidad, una limitación!”. Y ya no hablo de Raúl Cimas, hoy el mejor cómplice de Buenafuente: juntos en el sofá, el termómetro del humor se desborda. – @amelanovela

El artista demuestra en ‘Futuro (im)Perfecto’ un pleno dominio de sus dones madurados en treinta años de televisión

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