Carles Porta: “La realidad no tiene sensibilidad, pero nosotros sí la tenemos al contarla”

Entrevista

El periodista regresa a partir de este jueves a Movistar Plus+ con tres nuevos casos de ‘true crime’: 'Missing in Murcia', 'Muerte en el hotel' y 'Crimen por encargo'

Carles Porta

Carles Porta

EFE

Todo el mundo quiere trabajar con Carles Porta. A este referente clave del true crime en España le faltan horas para atender todos los proyectos que le proponen, pero sus seguidores saben que su nombre nunca tarda en regresar a la pequeña pantalla. A partir de este jueves 13 de noviembre lo hará con tres nuevos casos de su inconfundible universo criminal en Movistar Plus+: Missing in Murcia -que fue proyectada en primicia hace dos días en el Serielizados Fest de Barcelona-, Muerte en el hotel  y Crimen por encargo

El primer caso relata el asesinato de la voleibolista Ingrid Visser y su pareja en Murcia, en un caso ligado a deudas y negocios oscuros; Muerte en el hotel (20 de noviembre) aborda la muerte de José Rosado, un empresario estadounidense hallado sin vida en un lujoso hotel de Madrid tras una noche en Chueca; y Crimen por encargo (27 de noviembre) cuenta la historia de Yalenis, una joven cubana asesinada junto a un hombre desconocido tras intentar liberarse de una relación dominada por el poder y la obsesión. Porta desgrana para La Vanguardia las claves de estas nuevas historias y reflexiona sobre cómo combina el rigor periodístico con la sensibilidad humana que define su manera de contar el crimen.

¿Qué elementos o matices le hacen ver que una historia tiene potencial narrativo y puede conectar con el espectador?

Para nosotros, un caso es digno de ser contado en televisión cuando tiene giros narrativos, giros de guión que permiten mantener la tensión. Y los elementos o matices que le vemos en una historia tienen que ser detalles interesantes, sobre todo de la vida, no tanto del crimen. Y, desde luego, tenemos que tener tres grandes elementos. Uno, que haya estos giros narrativos,segundo que podamos encontrar mucho material documental y sobre todo de vídeo. Y tercero, que haya personajes directamente implicados en el caso, que nos lo cuenten en primera persona.

En sus producciones siempre hay una mezcla de rigor periodístico y sensibilidad humana. ¿Qué pesa más a la hora de decidir si una historia merece ser contada: la trama del crimen o el retrato de las personas implicadas?

Nosotros intentamos aproximar nuestros relatos a los relatos de ficción. Por lo tanto, intentamos construir personajes. A su pregunta le diría que igual pesa más la sensibilidad humana que no tanto el rigor periodístico, sino la noticia, porque no podemos abandonar nunca el rigor periodístico. Pero sí que si no podemos construir personajes, y eso depende de la sensibilidad y los detalles humanos, la historia no tiene fuerza, se convierte en intranscendente. Por eso es muy importante que haya grandes personajes bien construidos, y eso depende de la sensibilidad.

¿Qué le ha llevado a confiar en estos tres nuevos casos en particular?

Missing en Murcia tiene giros muy interesantes y una de las cosas que más nos interesó es tener a uno de los personajes clave de la historia. Además, visualmente es muy potente y lo que les pasó a Ingrid Wieser y a su marido fue una historia de mafia local y de dinero detrás de intereses raros y ocultos que nos parecía muy interesante de contar. Además, con una contraposición de que ella era una mujer muy alta, muy guapa y dices: ¿Cómo es posible que hayan hecho esa barbaridad?. Bueno, pues todo eso junto nos atrajo mucho.

'Missing in Murcia' se desarrolla en el mundo del voleibol

'Missing in Murcia' se desarrolla en el mundo del voleibol

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¿Y en Muerte en el hotelCrimen por encargo?

El primero es un caso en el que la submisión química, que es un elemento que se ha tratado mucho mediáticamente, pero poco en crímenes, nos pareció muy interesante. Además, sucedía en el Hotel Palace de Madrid, o sea, uno de los hoteles más lujosos de la capital. Y además, estaba el concepto de dolo eventual, que es la voluntad de matar en un acto como la sumisión química. Todo eso junto también nos atrajo muchísimo. Y en “Crimen por encargo”, tiene muchísima historia detrás de la ejecución de dos personas y tiene muchos giros y sobretodo, ahí tienes claro que, qué pasa cuando tienes clarísimo, la policía tiene muy claro quién es el culpable, pero no sabe cómo demostrarlo. Todo esto te genera una intriga muy interesante.

En Missing in Murcia hay una dimensión internacional y mediática muy fuerte. ¿Cómo se gestiona el equilibrio entre lo policial y lo humano cuando el caso conmociona a dos países?

Bueno, combinar el equilibrio entre lo policial y lo humano es, creo, una de las grandes cosas que nosotros dominamos. O sea, si no podemos combinar lo policial y lo humano, no tenemos un buen relato. En el caso de “Missing en Murcia”, lo humano está por todas partes y lo policial va entrando poco a poco. O sea, la trama policial es la que aguanta la narración, mientras tú estás pendiente también de elementos humanos, como que la jugadora tenía que ir a una clínica de fertilidad. ¿Y qué puede haber detrás de esa situación? Y los miedos de la gente, sobre todo los miedos de Rosa, de un personaje tremendamente clave en esta historia. Y el papel de Evedasto Elifante, un personaje tremendamente clave en esta historia también. Todo junto, se configura siempre un gran relato, pero tienes que combinar muy bien lo policial con lo humano.

Una imagen de 'Muerte en el hotel'

Una imagen de 'Muerte en el hotel'

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¿Supone un reto adicional trabajar con casos que tienen una dimensión internacional, cuando las víctimas o sus familias están fuera de España?

Sí. Tanto en este caso como el de 'Crimen por encargo”, el ser internacionales nos ha complicado un poco la vida porque no es tan fácil acceder a las personas, a las familias de las víctimas, cuando están lejos, en un caso en Italia y en el otro caso en Cuba. Eso nos complica un poquitín la vida. Y además, ellos no habían visto nuestros capítulos, con lo cual te esperan con miedo, con reparos. Pero no, al final todo ha funcionado muy bien y han estado muy contentos.

En Muerte en el hotel, el contexto social y la diversidad sexual también están presentes. ¿Hasta qué punto el enfoque de un true crime puede ayudar a cuestionar prejuicios o estereotipos?

En “Muerte en el hotel”, sí, sí, el contexto social y la diversidad sexual están muy presentes. Y evidentemente, el enfoque no solamente de un true crime, de un true crime, de una noticia y de cualquier cosa puede ayudar a cuestionar prejuicios y estereotipos. Nosotros, en este caso, nos dedicamos a relatar un hecho que, como te comentaba en respuestas anteriores, va alrededor de la sumisión química de quién utiliza elementos químicos para someter a su pareja en una relación o a una persona desconocida en una relación y luego robarla o, en este caso, matarla. Y esto, yo creo que lo que puede ayudar más, sobre todo, es hacer reflexionar a quienes tienen una gran gratuidad en las relaciones y en determinados ambientes. Hay una frase en un momento en el que dice: abandoné mi copa, perdí de vista mi copa. Claro, en ambientes de confianza esto no pasa nada, pero si no hay confianza en esa situación, pues igual hay que pensar antes de emborracharse o emborracharse pensando.

Crimen por encargo se estrena el 27 de noviembre

Crimen por encargo se estrena el 27 de noviembre

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Crimen por encargo es una historia marcada por la violencia machista y la dependencia emocional. ¿Cómo aborda usted ese tipo de relatos para evitar convertirlos en espectáculo y, al mismo tiempo, mostrar la crudeza de la realidad?

Nosotros siempre decimos que la realidad no tiene sensibilidad, pero nosotros sí tenemos sensibilidad y sobre todo a la hora de explicar la realidad, debemos tener muy en cuenta el no generar más daño del que ya se hizo en su día. En nuestros relatos, como en el de “crimen por encargo”, intentamos relatar lo que realmente pasó, pero protegiendo un poco, sobre todo a las víctimas, para que sus familias no se sientan aplastadas por el impacto mediático que puede tener volver a contar su caso. Eso requiere un ejercicio de ética y de editorialización constante para no mostrar imágenes que no son necesarias y para no utilizar palabras o declaraciones que tampoco son necesarias, que serían sensacionalistas, pero que no ayudan ni al relato ni a la tensión narrativa. Es lo de siempre. Rigor, respeto y ritmo narrativo. 

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