Pablo Ojeda,43 años, nutricionista: “Era inevitable que llegaran medicamentos ante una pandemia mundial como es la obesidad, pero te estás jugando padecer una diabetes”
'La Roca'
El experto explica cómo estos fármacos se encargan “de decirle a nuestro cerebro que no tiene hambre”
Pablo Ojeda, en 'La Roca'.
Desde hace algunos años, los tratamientos para tratar la obesidad están cambiando. Hasta el momento, los recursos médicos para esta enfermedad eran limitados, por lo que los especialistas han adoptado el uso de nuevos medicamentos para los casos más graves.
Sin embargo, algunas de las terapias más efectivas son resultado de medicamentos que habitualmente se utilizan para tratar otro tipo de enfermedades, como la diabetes. Unos fármacos que ahora millones de personas utilizan para perder peso, sin pensar en sus consecuencias, después que algunas celebridades y usuarios en redes sociales difundiesen sus efectos, tras comprobar rápidas bajadas de peso.
Ozempic se trata de un fármaco para diabéticos que provoca una pérdida de hasta un 15% del peso corporal, debido a que actúa como supresor del apetito.
El nutricionista Pablo Ojeda fue invitado a La Roca de LaSexta para hablar del auge de los fármacos para adelgazar. Se trata de medicamentos normalmente inyectables, cuyo principio activo es semaglutida, un agonista del receptor GLP-1. Este tipo de fármacos están aprobados para el tratamiento de la diabetes tipo 2, porque aumenta la liberación de insulina cuando sube la glucosa, reduce el apetito y retrasa el vaciamiento gástrico.
El nutricionista lamenta que este tipo de fármacos se haya diversificado en el mercado más allá de su uso específico, pero no le sorprende en absoluto. “Al final estaba claro que tenía que llegar un medicamento ante una pandemia mundial que es la obesidad, que no deja de ser una enfermedad”, comentó en el programa de Nuria Roca.
Pablo Ojeda, en 'La Roca'.
El experto quiso dejar claro que cuando hablaba de “obesidad” lo hacía de la enfermedad, y “no hablo de un sobrepeso”. Ojefa alertó sobre el consumo de estos medicamentos. “Creo que se está distorsionando un poquito el mensaje. Estos fármacos se están popularizando demasiado y ninguno sabemos las consecuencias que pueden tener en 20 años”.
“Este tipo de medicamentos al final contienen la semaglutida que imita a una hormona del cuerpo que se llama GLP 1. ¿Qué hace? Es la que le dice a tu cerebro que no tienes hambre o que se vacíe de manera lenta para estar más saciado, y regula los niveles de azúcar”, explicó el especialista en nutrición. Aún así, quiso recalcar: “De todos mis pacientes, el 90% de los diagnósticos no es sobrepeso y obesidad, sino que es ansiedad, estrés o problemas familiares”.
Pablo Ojeda, en 'La Roca'.
No obstante, reconoce que si el medicamento está recetado y pautado por un médico siguiendo un tratamiento, es correcto, siempre y cuando sea para tratar “la obesidad, para un índice de masa corporal superior a treinta; no vale eso de cinco kilos”. Y lo más importante: “si hay un cambio conductual”. Además, Ojeda advierte las consecuencias de consumir este tipo de fármacos por capricho, para adelgazar unos kilos y no por una razón médica, “te estás jugando” padecer una diabetes.
“Están jugando con su insulina. Si tomas un medicamento que no necesitas y juegas a ser Dios, hay que tener ojo… Esto es como si dejas de tomar lactosa sin tener ningún tipo de problema. Esto provoca que dejas de emitir esa encima y te conviertes en intolerante a la lactosa”, sentencia.
Pablo Ojeda, en 'La Roca'.
Este tipo de medicamentos no son “malos”, siempre y cuando se utilice correctamente en diabetes tipo 2 y en obesidad bajo control médico. Sin embargo, los expertos sí advierten de posibles efectos adversos y contraindicaciones importantes que justifican su alerta y precaución. “No ha dado tiempo a estudiar este medicamento. Hay que tener mucha precaución porque nadie sabe lo que va a pasar de aquí a unos años”, ha insistido Ojeda.
Entre otros efectos, Marc Bessler, Jefe de Cirugía Bariátrica de Acceso Mínimo/Cirugía Bariátrica del Hospital de Columbia, advierte de las consecuencias graves a nivel cardiovascular y gastrointestinal tras un uso prolongado de este tipo de medicamentos. “Causan reflujo. También causan náuseas. También causan calambres abdominales. Un porcentaje muy pequeño de pacientes tiene pancreatitis, que es uno de los principales efectos secundarios. Náuseas, retraso en el vaciamiento gástrico. El estreñimiento también es común.”
El coste de estos fármacos supera los 1.000 euros al mes, siendo una barrera financiera para muchos pacientes
El estudio SUSTAIN-6 (NEJM, 2016) también concluyó que, pese a beneficios cardiovasculares, hubo aumento de complicaciones de retinopatía (se asignó a 3297 pacientes semaglutida una vez por semana (0,5 mg o 1,0 mg) o placebo durante 104 semanas); los autores y guías derivadas recomiendan vigilar y ser cautelosos con semaglutida en pacientes con retinopatía diabética existente. Otros estudios observacionales como JAMA Ophthalmology (2024), muestran asociación entre semaglutida y NAION (condición que puede causar pérdida súbita de visión).
Además, organismos reguladores han avisado sobre uso fuera de indicación (off-label) y sobre productos no autorizados/ilegales que se venden en internet (peligro de productos falsos).