Ver al amor de tu vida atravesar una situación médica grave obliga a encontrar fuerzas donde apenas quedan. Quien acompaña a esa persona experimenta la fragilidad de cada avance y la incertidumbre de cada diagnóstico, sintiendo cómo el miedo a perder al compañero con el que se han compartido décadas se confunde con la necesidad de mantenerse firme y no venirse abajo. Esa mezcla de angustia y resistencia se convierte en la gasolina que permite seguir adelante día tras día.
Lydia Lozano ha tenido que soportar esa carga emocional durante las semanas en que su marido Charly ha permanecido ingresado y sometido a varias intervenciones de extrema gravedad. Con ese el ánimo justo, la periodista volvió a la televisión para contar cómo sigue la recuperación.
Sustitución de válvula
Una intervención de espalda abre una cadena de complicaciones médicas graves
El proceso comenzó con una operación de espalda que se complicó poco después. Charly tuvo que regresar al quirófano cuando los médicos detectaron la presencia de una bacteria que afectaba su evolución. Según relató Lydia, el diagnóstico cambió por completo el rumbo de los tratamientos. “Ha sido duro, pasas por una fuerte operación de espalda y al doctor le dije que pasaba algo y, gracias a Dios, vio que había un líquido amarillo”, explicó durante su paso por ¡De Viernes!.
Esa observación permitió descubrir la causa que estaba impidiendo su mejora y que más tarde derivaría en un nuevo ingreso hospitalario. La infección acabó afectando al corazón y obligó a una segunda cirugía para sustituir una válvula dañada. “El pasado viernes le operaron del corazón porque la bacteria se comió una válvula”, señaló al explicar lo ocurrido.
Durante esas semanas, Lydia ha estado volcada en su marido. Se ha mantenido cerca de él, aunque reconoce que su propia salud le impide dormir en el hospital. “Estoy allí todo el rato y algunos amigos me mandan bajar. No duermo allí porque tengo problemas de espalda”, contó sobre los días que pasa acompañándolo
Aun así, sigue cada paso del tratamiento y asume las oscilaciones del ánimo de Charly. “Hay veces que no quiere visitas y que no quiere que lo vean así, lo entiendo, hay ratos que no está en condiciones”, añadió. Entre analíticas, visitas médicas y turnos de enfermería, la colaboradora se ha acostumbrado a vivir pendiente de su recuperación y a contener las lágrimas cuando la incertidumbre se hace demasiado grande.
Su regreso a Telecinco coincidió con su cumpleaños, una fecha que la encontró entre la emoción y el cansancio. En el plató de ¡De Viernes! Explicó que su marido ya está mejor y que espera poder tenerlo en casa por Navidad. “Va, que no es poco. Quiero que vuelva como el turrón, a casa por Navidad”, dijo al recibir el apoyo de sus compañeros. Esa especie de alivio define el momento que atraviesa, marcado por la esperanza de que la recuperación de Charly avance con la misma constancia con la que ella ha permanecido a su lado.

