Pelota al suelo. Las adicciones del comportamiento se han estabilizados. Son aquellas que no van unidas a la ingesta de sustancias: los juegos de azar, los videojuegos, el uso problemático de internet y otros trastornos adictivos, como la pornografía. Es decir que no hay en este momento más personas enganchadas al juego o a las redes sociales, por ejemplo, que en el 2019, pese a la idea extendida entre la ciudadanía que “todo el mundo”, sobre todo los jóvenes, no pueden vivir sin el móvil.
Así lo indica el Informe sobre adicciones comportamentales y otros trastornos adictivos 2024, del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, del Plan Nacional sobre Drogas, con datos de la encuesta Edades 2024 en población general de 15 a 64 años, y de la Estudes 2023, limitada a alumnos de 14 a 18 años.
Las apuestas deportivas, de caballos, máquinas de azar y juegos de cartas son los más adictivos
El informe sí advierte de “adicciones emergentes”. En concreto, del juego con criptomonedas y en la bolsa de valores. Este bloque se ha incluido por primera vez en este análisis como respuesta al creciente interés por parte de responsables de políticas públicas e investigadores. Se ha querido conocer el impacto que pueden tener las tecnologías financieras, que están en continua evolución, en los hábitos de consumo y salud mental de la población, explica Joan Villalbí, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
Según este trabajo, cogiendo los datos de la encuesta Edades, en 2024 el 0,4% de la población española de 15 a 64 años reconoce haber jugado con criptomonedas en los últimos doce meses. Este hábito es más común entre los hombres que entre las mujeres, y es más prevalente entre los menores de 35 años en comparación con los mayores de esa edad. Esto supone casi 140.000 personas, a las que hay que sumar un número similar de ciudadanos que juegan a la bolsa de valores, aunque en este caso son más los que ya han superado los 35 años.
El primer juego de azar online e los adolescentes son los videojuegos, donde más de la mitad juega con dinero
Según la encuesta Estudes 2023, realizada a alumnos de 14 a 18 , el primer juego de azar online en los adolescentes son los videojuegos, donde más de la mitad (51,5 %) admite haber jugado dinero, seguidos de las apuestas deportivas (35,2 %) y las criptomonedas o trading, que irrumpen por primera vez en este estudio con un 26,8 %.
“Son porcentajes residuales, al menos, por el momento, pero es preciso tenerlo en el foco como una adicción emergente”, señaló el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla. Expertos en adicciones apuntan a la posibilidad de un incremento del juego con criptomoneda entre los más jóvenes con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. “Ha llegado con las criptomonedas por bandera y eso tendrá su repercusión, sobre todo, entre los más jóvenes”, indicó Padilla.
Se ha reducido tres puntos porcentuales la prevalencia de adolescentes con un uso compulsivo de internet, hasta el 20,5%
La principal adicción comportamental es la del juego, tanto en línea como presencial. Se ha producido una caída de más de 10 puntos porcentuales de la población que ha jugado en el último año y, aunque ha habido un ligero repunte de un 1% en los adolescentes de 14 a 18 años, la cifra es un 4% inferior a la de 2019.
El documento advierte que las personas que participan en apuestas deportivas, de caballos, máquinas de azar ( slots , tragaperras), juegos de cartas (póquer, blackjack, punto y banca) presentan una probabilidad de desarrollar adicción cinco veces superior a quienes juegan loterías, quinielas de fútbol y quinigol o concursos (televisión, radio, prensa...) con apuestas económicas.
¿Y sobre internet? Se ha reducido tres puntos porcentuales la prevalencia de los chavales con uso compulsivo hasta el 20,5%, pero en este caso es mayor en chicas (25,9%) que en chicos (15,3%). Cifras que se salen, según Padilla, de los “discursos catastróficos” que rodean el uso de internet por parte de los menores. “De la misma manera que no cerramos parques porque durante un tiempo había gente consumiendo heroína en algunos de ellos, no tiene sentido hacer una enmienda a la totalidad al consumo de internet porque haya prácticas que puedan tener una repercusión en la salud de nuestra población”, explicó Padilla.
La pornografía, un acto solitario a través del móvil
Dos tercios de los estudiantes de 14 a 18 años admiten haber consumido pornografía al menos una vez en su vida y el 44,5% lo ha hecho en el último mes, práctica que suelen hacer en solitario y la inmensa mayoría de las veces usando el teléfono móvil (el ordenador y la tableta están a mucha distancia). La frecuencia de visionado aumenta con la edad, pasando del 37,1% a los 14 años al 47,2% a los 16 y al 49,8% a los 18. El consumo de pornografía es fundamentalmente masculino (un 68,4% de los chicos frente al 19,3% de las chicas). El estudio alerta de que los adolescentes se inician en esta práctica a edades muy tempranas y el consumo va aumentando en función de la conocida como teoría Triple A: la accesibilidad que da internet, su asequibilidad por su bajo o nulo coste y el anonimato. “La normalización de este tipo de contenidos ha promovido nuevas prácticas sexuales, especialmente entre los adolescentes”, de alto riesgo”.