En una comparecencia relámpago, la cuestionada directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, explicó muy brevemente y sin aportar muchos detalles que ha presentado ante la Fiscalía una denuncia por “posibles irregularidades” en las contrataciones del centro. Además, subrayó la negativa del patronato a su presencia en la reunión que este órgano celebrará mañana y en la que se decidirá, entre otras cosas, su futuro como directora del CNIO, un cargo que ostenta desde el 2011.
En su intervención, Blasco denunció de nuevo que está siendo víctima de “una campaña de descrédito y acoso” hacía ella, que incluso ha recibido amenazas de muerte y reiteró que “nunca” ha acosado a nadie en su vida. Explicó que solo tiene constancia de una denuncia contra ella por acoso laboral y abuso de poder –hay informaciones que apuntan que existen más de diez denuncias internas- y que el centro determinó que “no hubo ni acoso laboral ni moral y no se pudo demostrar que hubiera abuso de poder”. Además -añadió-, “ni tan siquiera conocía a la persona que presentó la denuncia”.
Hay una campaña de descrédito y acoso contra mí"
Sin dar muchos detalles –y a pesar de que se le repreguntó al respecto-, relató que la denuncia presentada ante la Fiscalía pivota sobre presuntas irregularidades -cometidas, se entiende, por el gerente del centro, Juan Arroyo- en un conjunto de contrataciones menores que han recaído -aseguró- en el mismo grupo de empresas y suman adjudicaciones por un importe que ronda los 4 millones de euros.
Para empezar, expuso que conoció “por distintos trabajadores del CNIO” que durante el primer trimestre del 2024 se produjeron varios contratos menores por una cuantía que suman 1,5 millones de euros y que han recaído en el mismo grupo de empresas, lo que a su juicio “arroja sospechas en cuanto a la licitud de esta mecánica de contratación”.
Sospechas en la “mecánica de contratación”
Y no solo eso. Denunció también la contratación de este mismo grupo de empresas -que según aseveró comparten los mismos administradores- y mediante acuerdos marco por importes que suman 2,5 millones de euros también en el primer trimestre del 2024.
A su vez, expresó su disconformidad por no poder defender en persona en la reunión que el patronato del centro celebrará mañana el informe que les envió y que el órgano analizará, junto con el que también entregó el gerente del CNIO, Juan Arroyo, para tomar una decisión respecto al futuro de la dirección de la institución.
El CNIO atraviesa la mayor de sus crisis tanto económica como interna desde su fundación en 1998. La interna -que ha saltado a la esfera pública estas últimas semanas por las acusaciones contra Blasco de desvío de fondos y abuso de poder que le atribuye un grupo de 24 jefes científicos de la institución- la personalizan ella y Arroyo, una bicefalia que se ha demostrado incompatible y que ha hecho estallar el conflicto.
Blasco volvió a arremeter en su comparecencia de hoy contra esta bicefalia, afirmando que hasta en dos ocasiones se han intentado modificar los estatutos del CNIO para acabar con ella: “Ha habido dos intentos para cambiar al gerente, que lleva 20 años en el cargo”, expuso.
Presupuesto congelado
Esa tormenta perfecta se alimenta además de las estrecheces económicas que agobian al centro, pese a la importante contribución de las fundaciones que integran el patronato, las donaciones y la excelencia de sus investigadores.
El déficit actual asciende a 4,5 millones de euros. El presupuesto del CNIO -que ronda los 40 millones, la mitad aportados por el Estado- está congelado desde 2014. Esto no permite mejorar la competitividad de los salarios, sin subidas desde 2012, ni actualizar equipos técnicos o infraestructuras como correspondería a un centro de este nivel. Ni es posible reclutar a jefes de grupo experimentados. El compromiso de nuevos fichajes en el 2024 tampoco se materializó debido a la no aplicación de la tasa de reposición.