La alianza estratégica que desde hace años mantienen Francia y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) se ha reforzado con el anuncio de una gigantesca inversión, de entre 30.000 y 50.000 millones de euros, que el país del Golfo realizará en un campus en territorio francés dedicado al desarrollo de la inteligencia artificial (IA). El proyecto se dio a conocer con motivo de una cena de trabajo en el Elíseo, el jueves por la noche, entre el presidente Emmanuel Macron y su homólogo emiratí, el jeque Mohamed bin Zayed. La iniciativa incluye la construcción de un centro de datos con capacidad de un gigavatio, equivalente a la potencia de un reactor nuclear estándar.
Además de poseer conocimientos tecnológicos de vanguardia y empresas punteras en el sector, como Mistral AI, uno de los atractivos más interesantes de Francia es la energía abundante y barata que producen sus centrales atómicas.
Los Emiratos Árabes Unidos, que ya compraron cazabombarderos Rafale, dedicarán hasta 50.000 millones de euros en el proyecto tecnológico en Francia
Los EAU diversifican sus inversiones tecnológicas dentro de un ambicioso programa para preparar un futuro con mucho menor peso de los hidrocarburos, y también para consolidar su influencia política dentro y fuera de Oriente Medio. A través del fondo MGX, protagonista de las inversiones en Francia, los emiratíes han puesto ya mucho dinero en proyectos de data centers en Estados Unidos.
París y Abu Dabi tienen también vínculos militares muy estrechos. Los emiratíes firmaron en el 2021 un contrato para adquirir 80 cazabombarderos Rafale por un volumen de 17.000 millones de euros. La fluidez de relaciones sirvió asimismo para una mediación conjunta que desembocó en un alto el fuego entre Israel y Hezbolá en Líbano.
El acuerdo con los EAU es una excelente noticia para Macron en vísperas de la cumbre sobre inteligencia artificial que se celebra el lunes y el martes de la próxima semana en el Grand Palais de París. Esta conferencia internacional, en la que el primer ministro indio Narenda Modi ejerce como copresidente, es un intento de Francia y Europa de dar un empuje a la IA y mostrar que no será un monopolio de estadounidenses y chinos.
La cumbre está precedida de jornadas científicas y eventos culturales. Participan universidades como la Sorbona, oenegés inquietas por los efectos políticos de la IA, como Amnistía Internacional, y decenas de empresas. Por parte española asisten a la reunión el ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, y el embajador ante la ONU, Héctor Gómez, que desempeña un papel en la organización para diseñar la gobernanza global de la IA.