La vida universitaria estadounidense se suele describir como una orgía sexual regada de alcohol. En The Sex Lives of College Girls, un programa de televisión creado por la comediante Mindy Kaling que acaba de concluir su tercera temporada, las aventuras sexuales son tan comunes como los litros de cerveza. En realidad, la vida sexual de los universitarios estadounidenses es sorprendentemente moderada. En 2024, uno de cada cinco estudiantes de último año de Harvard reveló al Crimson, un periódico estudiantil, que nunca había tenido relaciones sexuales.
No es algo inusual. La actividad sexual entre los estadounidenses en edad universitaria se ha reducido casi a la mitad en los últimos 20 años, en un reflejo de un descenso más generalizado de la actividad sexual que algunos periodistas han calificado de “recesión sexual” (véase el gráfico).

¿Cuantos más mejor?
Estados Unidos, adultos heterosexuales de entre 25 y 35 años
Porcentaje de quienes no han tenido relaciones sexuales
30
En los últimos tres meses
20
En el último año
10
Nunca
0
1982
90
2000
10
23
Frecuencia sexual media en el último mes, 2002-2023*
Por nivel educativo
4,5
5,0
5,5
6,0
6,5
Inferior a secundaria
Hombres
Mujeres
Secundaria
Algunos cursos universitarios
Grado
universitario
Título
de posgrado
* Antes de 2002 solo se entrevistó a mujeres
Fuentes: Centres for Disease Control and Prevention; The Economistt

¿Cuantos más mejor?
Estados Unidos, adultos heterosexuales de entre 25 y 35 años
Porcentaje de quienes no han tenido relaciones sexuales
30
En los últimos tres meses
20
En el último año
10
Nunca
0
1982
90
2000
10
23
Frecuencia sexual media en el último mes, 2002-2023*
Por nivel educativo
4,5
5,0
5,5
6,0
6,5
Inferior a secundaria
Hombres
Mujeres
Secundaria
Algunos cursos
universitarios
Grado universitario
Título de posgrado
* Antes de 2002 solo se entrevistó a mujeres
Fuentes: Centres for Disease Control and Prevention; The Economist

¿Cuantos más mejor?
Estados Unidos, adultos heterosexuales de entre 25 y 35 años
Porcentaje de quienes no han tenido relaciones sexuales
Frecuencia sexual media en el último mes, 2002-2023*
30
Por nivel educativo
4,5
5,0
5,5
6,0
6,5
En los últimos tres meses
Inferior a secundaria
20
Hombres
Mujeres
Secundaria
En el último año
Algunos cursos
universitarios
10
Nunca
Grado universitario
0
Título de posgrado
1982
90
2000
10
23
* Antes de 2002 solo se entrevistó a mujeres
Fuentes: Centres for Disease Control and Prevention; The Economist

Un análisis de The Economist apunta a que esa reducción de la actividad sexual no solo afecta a los estudiantes universitarios, sino también a los graduados. Eso está creando una “brecha de titulación” en el dormitorio. Entre 2002 y 2023, los licenciados de entre 25 y 35 años mantuvieron un 11% menos relaciones sexuales que el adulto medio; los poseedores de un título de posgrado tuvieron un 13% menos (véase el gráfico). Un análisis de la regresión de los datos de la Encuesta Nacional de Crecimiento Familiar (una encuesta realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades a casi 10.000 estadounidenses) indica que, incluso después de tener en cuenta la edad, los hábitos de consumo de alcohol, el empleo, la salud y el estado civil, un título universitario se asocia de media con un 7-8% menos de relaciones sexuales.
El efecto es mayor entre las parejas casadas. Sin embargo, incluso entre las personas solteras, los titulados universitarios son seis puntos porcentuales menos propensos a decir que han tenido relaciones sexuales en el último año. La tendencia también se da en Gran Bretaña, pero no en Irlanda, un país más dado a los escarceos amorosos entre la población con más estudios.
Se han realizado pocas investigaciones para responder de manera concluyente a la pregunta de por qué los estadounidenses con estudios se divierten menos en el dormitorio. Las teorías más extendidas sobre la disminución de las relaciones sexuales en general (desde las distracciones tecnológicas hasta el hecho de que los adultos jóvenes retrasen la salida de casa de sus padres) no explican la inactividad entre los graduados universitarios en particular. Los jóvenes se casan más tarde y con menos frecuencia, y no cabe duda de que eso lleva a un menor número de relaciones sexuales (las parejas casadas las mantienen aproximadamente el doble de veces que las personas solteras). Ahora bien, quienes tienen títulos se casan en mayor proporción que quienes no los tienen; y sus también matrimonios duran más.
El tiempo de pantalla se asocia con tasas de sexo más bajas. De todos modos, los graduados no ven streaming ni juegan a videojuegos con más frecuencia que el resto de la población; en realidad, lo hacen con menos frecuencia. Es posible que los estadounidenses estén declarando tasas más altas de depresión y ansiedad que en décadas anteriores, y eso puede conducir a una disminución de la libido; pero la educación superior se asocia con una mejor salud mental, no con una peor.
Las teorías para explicar el fenómeno no son concluyentes; posiblemente una de las más convincentes sea que los titulados superiores tienen, en general, menos tiempo libre
Entonces, ¿qué puede estar pasando? Quizás la teoría más evidente sea que, de media, las personas con un buen nivel educativo trabajan más y, por lo tanto, tienen menos tiempo libre. “No cabe duda de que un porcentaje de las personas con títulos universitarios parece estar más ocupado en las actividades profesionales que con el sexo”, afirma Nicholas Wolfinger, sociólogo de la Universidad de Utah. Y, de media, ese grupo de titulados también pasa más tiempo cuidando de los niños. Si a eso le sumamos las plataformas de streaming (“más Netflix, menos relax”, como dice Lyman Stone, investigador del Instituto de Estudios de la Familia), a los profesionales con estudios les queda muy poco tiempo para el romance.
Según otra teoría, las mujeres con mejor educación se enfrentan a un grupo más reducido de pretendientes, lo que puede dificultarles encontrar pareja (y mantener una regularidad en la relación). “Nos encontramos en una situación en la que las mujeres tienen mejores resultados académicos y, en algunos entornos, mejores trabajos y más dinero, lo que conduce a una escasez de hombres adecuados, y eso dificulta la compenetración entre las personas”, afirma Peter Ueda, del Instituto Karolinska, una institución universitaria médica sueca. Magdalene Taylor, escritora especializada en sexo y cultura, sostiene que los graduados universitarios, que se casan más tarde, quizás sean también más capaces de retrasar el momento de la gratificación, lo cual podría influir en su comportamiento sexual.
Según otros expertos, algunos rasgos que contribuyen a un excelente rendimiento académico en las aulas pueden conducir a un peor rendimiento en el dormitorio (empollones, lo sentimos). “No hay duda de que los adultos jóvenes que están más centrados en la educación, la carrera y el éxito a largo plazo son más reacios al riesgo, más cuidadosos, y eso parece expresarse en que tienen menos relaciones sexuales”, dice Brad Wilcox, sociólogo de la Universidad de Virginia. Los expertos en manejarse entre hojas de cálculo quizás tengan todavía que aprender a manejarse entre las sábanas.
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Traducción: Juan Gabriel López Guix