“Ibon está curado, el tumor se fundió”

Nueva terapia

Vall d’Hebron y el ICO implantan la braquiterapia pediátrica, un tratamiento más preciso

Ibon Martín, en el estadio de San Mamés, en Bilbao

Ibon Martín disfruta de su afición al fútbol en el estadio de San Mamés, en Bilbao

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Tienes que ponerlo en tu artículo!”, remarca Alazne, la madre de Ibon Martín (12 años). “Nos atendió un equipo médico increíble a nivel humano, nos dieron un apoyo emocional impresionante tanto al niño como a la familia. Sentimos una gratitud enorme. Tienes que poner los nombres de estas personas”, reitera. Entre las personas a mencionar figuran las doctoras Gabriela Guillén y Cristina Gutiérrez, artífices de la implantación en el país de la braquiterapia pediátrica, un tratamiento más preciso y menos invasivo para determinados tipos de cáncer infantil.

Hasta hace poco tiempo, Ibon habría sido enviado a París, donde los hospitales Bicêtre y Gustave Roussy desarrollaron a principios de este siglo la mejor de las técnicas para tratar, sobre todo, los sarcomas de partes blandas. Cada año se diagnostican entre 65 y 70 casos en España, de los que la mitad son rabdiosarcomas. Entre estos, más de un tercio se localizan en la vejiga urinaria, la vagina o el útero. Las opciones de tratamiento, cirugías altamente mutilantes o radioterapia, comprometían la calidad de vida de los pacientes por la sensibilidad de los tejidos afectados. Los niños en la situación de Ibon o eran tratados en París o se arriesgaban a tener secuelas de por vida.

Hasta hace poco los pacientes iban a París; ahora los casos de toda España pueden tratarse en Barcelona

“Para tratar tienes que hacer un control local: quirúrgico, radioterápico o una combinación de ambos”, explica Gabriela Guillén, del servicio de cirugía pediátrica del Vall d’Hebron. “Pero si a un niño o niña le quitas la vejiga, el útero o la vagina con 3 años es una mutilación brutal, y hasta hace poco era el tratamiento indicado. La otra alternativa era la radioterapia externa, pero con ella estás irradiando gran parte del tejido sano circundante”, precisa.

El paradigma ha cambiado. Barcelona se ha unido ahora a los centros de París, Londres y Utrecht (Países Bajos), los únicos en el mundo capaces de aplicar la braquiterapia pediátrica. Estimulado por un caso concreto, un equipo de profesionales del hospital Vall d’Hebron liderado por la doctora Guillén se desplazó a la capital francesa para formarse. La técnica consiste en la implantación quirúrgica de cánulas muy finas dentro del tumor, a través de las cuales se administra la radiación de manera localizada, con lo que se reduce al mínimo el daño a los tejidos sanos. Además, permite aplicar una dosis localizada más alta y se reduce el riesgo de aparición de tumores malignos secundarios inducidos por la radiación.

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Instruirse en la braquiterapia pediátrica fue solo un primer paso para los especialistas, que han tardado dos años en organizar un circuito para que pudiera aplicarse en Barcelona. Por un lado interviene la experiencia del Vall d’Hebron en oncología y cirugía pediátricas. Por otro, la trayectoria del Institut Català d’Oncologia (ICO) en braquiterapia para adultos. El protocolo es un modelo de referencia para todo el país: cuando un hospital español detecta un candidato susceptible del tratamiento, un comité multidisciplinario evalúa el caso conjuntamente con los especialistas del centro de origen. Si se confirma como la mejor opción, el paciente es enviado a Barcelona.

Ibon, uno de los primeros, fue derivado desde el hospital de Cruces (Barakaldo) en noviembre del 2023. “Íbamos totalmente a ciegas, pero los médicos nos dijeron que esto es lo mejor que hay a nivel europeo y que había que hacerlo”, rememora su madre. Los padres del niño pudieron instalarse en un piso médico en las inmediaciones del hospital y estuvieron presentes durante el proceso.

En la primera fase (Vall d’Hebron) se opera el tumor y en el mismo acto Cristina Gutiérrez, oncóloga pediátrica del ICO, implanta las cánulas por las que se administrará la radiación de forma controlada y precisa. A continuación, durante unos cinco días, el niño es trasladado desde el Vall d’Hebron al ICO, donde se administra la radioterapia en dos sesiones diarias separadas por seis horas. Durante todo este tiempo el niño debe permanecer inmóvil y en posición horizontal. Finalizado este proceso se retiran las cánulas. “ Ibon está curado. El tumor se fundió. Era bastante grande pero estaba muy localizado”, celebra su madre. El chico hace vida normal: ha vuelto al instituto, al equipo de fútbol sala y a San Mamés a ver los partidos de su Athletic.

El porcentaje de éxito (eliminar el tumor y conservar la vejiga) ronda el 90% y los equipos calculan que tratarán unos cuatro casos al año. Según Gabriela Guillén, la braquiterapia pediátrica puede ir ampliándose a otras localizaciones en tumores que puedan ocasionar muchas secuelas.

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