Cerca del Papa

Ya hace días que todos los medios de comunicación del mundo abren noticias con la enfermedad del papa Francisco, ingresado en el Gemelli de Roma, y los católicos especialmente, pero también tanta otra gente que ama a la persona del papa Bergoglio, ruega por su recuperación y le envía mensajes de amistad. Se ha hecho querer y el mundo lo reconoce y se lo demuestra de tantas maneras. Su actitud ante la enfermedad y la vejez muestra el camino de la entrega generosa hasta el final. Rogamos y esperamos que pueda superar la prueba de esta enfermedad, a pesar de su avanzada edad.

También el día 25 el Papa ha hablado con un mensaje para la Cuaresma que el miércoles que viene iniciamos, con el lema  Caminemos juntos en la esperanza. Recuerda como el tiempo de Cuaresma no deja de ser un peregrinaje anual en la fe y la esperanza, porque preparamos los corazones y nos abrimos a la gracia de Dios, para poder celebrar la Pascua, centro de la fe cristiana. No podemos quedarnos en una espera pasiva de la Pascua, sino esperar activamente hacia el bien y la mejora de nuestras vidas; eso es la conversión.

Rogamos y esperamos que el Santo Padre supere la prueba de esta enfermedad

Esta es la Cuaresma del Año Jubilar de la esperanza. ¿Qué significa caminar juntos en la esperanza? El término caminar evoca el largo y difícil éxodo del pueblo de Israel desde la esclavitud hasta la libertad. Todos somos peregrinos en este mundo, “peregrinos de esperanza”. El Papa anima a preguntarnos si realmente estamos en camino o nos encontramos paralizados, con miedos y sin esperanza. Y anima a hacer un ejercicio cuaresmal: confrontarnos con alguna realidad concreta de algún migrante o persona sufriente, dejando que nos interpele.

En segundo lugar, el Papa propone que andemos “juntos”. No podemos ser viajeros solitarios sino que Dios tiene que impulsarnos a salir de nosotros mismos e ir hacia Él los hermanos. El término “juntos” habla de comunión, de trabajar por la unidad, sin que nadie quede excluido. Anima a andar en la misma dirección, la misma meta, escuchándonos unos a otros con amor y paciencia. El Papa pide que en esta Cuaresma nos preguntemos si en nuestra vida concreta (trabajo, familia, comunidad...) somos capaces de caminar juntos, de escucharnos, de vencer la tentación de cerrarnos y preocuparnos solo de nuestras necesidades, si tenemos una actitud de acogida... El Papa lo llama conversión a la sinodalidad.

En tercer lugar el mensaje propone “la esperanza de que no puede defraudar” ( cf. Rm 5,5), mensaje central del Jubileo. Ella tiene que ser el horizonte del camino cuaresmal: la victoria pascual. Es el tercer llamamiento a la conversión: la esperanza, la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna. El Papa nos pregunta si tenemos la convicción de que Dios puede perdonar los pecados o nos comportamos como si nos pudiéramos salvar solos. ¿Vivimos la esperanza que ayuda a leer los hechos de la historia e impulsa al compromiso para la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común? La esperanza es el ancla del alma, segura y firme.

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