“No quería dejar a mi perra con él porque la iba a matar. El programa de acogimiento nos salvó”

Violencia machista

Acopet está destinado a mujeres víctimas de violencia machista ofrece una acogida temporal a sus animales de compañía para permitir que estas ellas puedan acceder a recursos habitacionales de emergencia

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Muchas víctimas retrasan su salida de la casa que comparten con el maltratador porque no saben qué hacer con sus mascotas

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“No quería dejar a mi perra con él porque la iba a matar. El programa de acogimiento de animales nos salvó a ambas, porque yo pude recibir una atención urgente en un lugar donde no podía estar Freya, sabiendo que mi perra estaba bien”.

Quien así habla es una víctima de violencia de género que pudo huir de la casa donde vivía con su maltratador, con su animal de compañía, un animal al que está fuertemente unida, dejándola en un punto de acogida temporal de animales gracias a Acopet.

Este es un programa destinado a mujeres víctimas de violencia machista que ofrece una acogida temporal a sus animales de compañía para permitir que estas ellas puedan acceder a recursos habitacionales de emergencia. Desarrollado bajo el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, su objetivo es gestionar a través de los servicios sociales de base el traslado de los animales a casas de acogida voluntarias, asegurando la protección tanto de las mujeres como de sus animales.

Este programa está financiado por la Dirección General de Derechos de los Animales e impulsado junto a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que aporta todas aquellas protectoras (la gran mayoría se han adherido al programa). De hecho, en menos de una semana podemos encontrar un lugar para ese animal, ha señalado Luis Martínez-Sicluna, secretario general de la FEMP. “Muchas víctimas retrasan su salida de la casa que comparten con el maltratador porque no saben qué hacer con sus mascotas y este recurso les da el impulso que precisan”, indica.

Rosa Martínez, secretaria de Estado de Derechos Sociales, insiste en que “muchas de estas víctimas manifiestan su preocupación por sus animales de compañía a lo largo de este proceso, y necesitan asegurar que van a estar en buenas condiciones”, y recuerda un estudio de la asociación Alberta SPCA, que advierte de que casi el 60% de estas mujeres retrasan el momento de dejar a su maltratador por temor a posibles represalias contra sus animales de compañía. “Acopet da certezas sobre la seguridad y el cuidado de estos animales, y esto facilita para muchas víctimas el poder tomar una decisión”, ha subrayado la secretaria de Estado, lamentando que “los maltratadores utilizan cualquier medio para infringir sufrimiento a sus víctimas, incluyendo hacer daño a otras personas o animales”.

El vínculo de las víctimas con sus animales es algo que pocos discuten, como tampoco que muchos maltratadores también lo son de los animales de la casa. Según datos facilitados por María Gavilán, magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Arganda del Rey (Madrid), diversos estudios han puesto de manifiesto que una buena parte de esos machistas violentos maltratan a sus animales: el 36% reconoce haber maltratado en su infancia, el 86% reconoce hacerlos daño a lo largo de su vida y el 52% haber matado un animal durante un conflicto. Además, el 86% de las mujeres víctimas de violencia de género y el 63% de los menores refieren que el maltratador también ha agredido a sus mascotas.

Este programa se dirige a mujeres que se encuentran en recursos habitacionales del Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VIOGEN) y también a aquellas que estén a la espera de acceder a estos recursos. Una vez que estas mujeres solicitan que sus animales de compañía sean acogidos, los servicios sociales se ponen en contacto con la entidad que gestiona el programa Acopet en cada territorio para buscar una casa de acogida a los animales. 

Se tratan de espacios de acogida gestionados por asociaciones y profesionales con experiencia en el bienestar y la protección de los animales, y que son quienes se encargan de organizar el transporte de los animales y de gestionar los servicios veterinarios necesarios para los mismos. 

Además, tienen la obligación de transmitir periódicamente información sobre el estado y situación de los animales a la entidad que gestiona el servicio, quien a su vez informa puntualmente a cada mujer de las novedades respecto a sus animales.

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