Voluntarias que acompañan a víctimas de violencia machista: “Alguien debe estar a su lado”
Programa de apoyo
La asociación feminista Hèlia promueve 'Veïnes per veïnes', una red de voluntariado que brinda acompañamiento y apoyo a mujeres víctimas de violencias machistas
Cinta, una voluntaria y Liliana, la fundadora del proyecto “Veïnes per veïnes”.
La asociación Hèlia está formada, desde 2008, por un equipo de profesionales y voluntarias que han logrado consolidarla como referente en el acompañamiento integral a mujeres víctimas de la violencia machista en la provincia de Barcelona. Esta red de solidaridad es esencial para la reconstrucción y el empoderamiento de muchas de las agredidas.
El primer objetivo es no dejarlas solas: hay un seguimiento individualizado de cada caso. El segundo, clave, procurar que las afectadas recuperen su autonomía personal y la autoestima. Es la red de la sororidad.
En 2024
Más de 300 acompañamientos y 215 mujeres asistidas
Esta entidad atiende, sin excepciones, a mujeres en todo tipo de situaciones. Hasta 233 voluntarias se registraron el año pasado. Entre ellas hay mujeres con empleo que buscan aportar su tiempo y su esfuerzo en esta ayuda desinteresada, pero también participan jubiladas que, tras toda una vida trabajando, sienten la motivación de colaborar.
En total, hicieron 346 acompañamientos y asistieron a 215 mujeres para todo tipo de trámites, desde judiciales a administrativos o sanitarios. “Es un proyecto comunitario que promovemos para que las mujeres estén acompañadas de forma horizontal”, explica Liliana Aragón, coordinadora de la iniciativa.
Acompañamiento, en sede judicial o en un hospital
Su labor va más allá de la escucha y el apoyo emocional. También ofrecen acompañamiento en espacios como sedes judiciales y centros sanitarios. “Es una red grande que se coordina con las profesionales –trabajadoras sociales, abogadas y psicólogas– para garantizar un acompañamiento integral”, destaca.
Diez trabajadoras contratadas se encargan de la coordinación de este centro, gestionando tanto su funcionamiento interno como la red de voluntarias. La Generalitat de Catalunya y el Ajuntament de Barcelona financian el proyecto.
Trabajadoras de la asociación feminista Hèlia.
Tras jubilarse, Cinta Ballesté sintió la necesidad de invertir su tiempo en ayudas a mujeres en situaciones de fragilidad. Después de realizar varios voluntariados, aterrizó en Hèlia. “Alguien debe estar a su lado”, dice. Su motivación para sumarse a esta entidad surgió al ver que “muchas de ellas son inmigrantes sin red de apoyo que tienen que pasar solas por circunstancias muy duras”. “Pensé que podría servirles de algo”, razona sincera.
Cinta Ballesté hace el acompañamiento que las víctimas precisen, sea en sede judicial o en un hospital. Esta mujer se indigna cuando expresa la injusticia de que tantas veces sean las agredidas las que tienen que abandonar el techo que las cobija después del maltrato. “Ahora se están empezando a ver las orejas al lobo. Con fuerza y solidaridad, avanzamos”, asegura Cinta en relación con algunas decisiones de la justicia que se han demostrado que revictimizan a las agredidas.
Aquellas mujeres que quieran contactar con Hèlia solo tienen que acceder a su página web, desde donde se ofrece cómo contactar con la asociación. También cuantas personas quieran hacerse voluntarias pueden registrarse en la web. Tras el registro, pasan por un proceso de selección y luego deben realizar una formación inicial obligatoria de cuatro horas.
“Yo no podría haber ido al juzgado a testificar si no me hubieran dicho que habría alguien que me podría dar apoyo”, destaca una de las víctimas que acudió a Hèlia. “Era posible que me encontrara con el agresor y no me podía acompañar nadie de la casa de acogida donde estaba”. Su inseguridad e indecisión por acudir al juzgado a testificar desaparecieron gracias a esa mano amiga. “Ahora, cada vez que debo enfrentarme a otro trámite difícil, pido a la voluntaria que me ayudó que me vuelva a acompañar. Así me siento segura”.