Una sustancial mejora en el diagnóstico de las patologías pulmonares, más precisión y menos efectos secundarios en las cirugías y facilidades para llevar a cabo el tan reivindicado por los especialistas cribado de cáncer de pulmón. Esto es lo que ofrece el revolucionario primer robot endoscópico pulmonar que se ha puesto en marcha en España, uno de los primeros de Europa, en el hospital Germans Trias i Pujol, en Badalona.
La broncoscopia es el procedimiento diagnóstico utilizado para examinar los pulmones y vías aéreas y diagnosticar la enfermedad. Presenta limitaciones a la hora de identificar lesiones pequeñas o en localizaciones difíciles y, hasta ahora, las guías clínicas recomiendan intervenir o tratar con radioterapia las lesiones sospechosas –sin diagnóstico de cáncer confirmadas-, con lo que entre un 10 y un 15% de los pacientes son tratados con procedimientos muy agresivos por lesiones benignas.

El sistema ya ha sido utilizado con cuatro pacientes
Es como si pasáramos de labrar con bueyes a tener un tractor"
La nueva tecnología permite diagnosticar y eventualmente tratar, con estabilidad, precisión y seguridad, nódulos pulmonares muy pequeños donde hasta ahora era imposible llegar con una cirugía abierta. “Representa un cambio de paradigma”, asegura Antoni Rosell, director clínico del área de tórax del Trias i Pujol: “Estamos añadiendo potencia a una herramienta como la broncoscopia manual que había llegado a su límite”.
La broncoscopia asistida por robot integra la imagen de un tac portátil al instante, va recolocando las coordenadas y dirige al robot hacia el nódulo. El médico tiene una visión 3D de la lesión. Por otra parte, los movimientos de las articulaciones robóticas son múltiples, están mecanizados y el aparato tiene memorizado su destino. “Es como si pasáramos de labrar con bueyes a tener un tractor”, compara el doctor Rosell.

Equipo del área del tórax del Germans Trias i Pujol
El hospital badalonés ha realizado cuatro intervenciones con el nuevo sistema, financiado por la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu –con un coste de 1 millón de euros- y ha pactado con el CatSalut cien intervenciones en el primer año. “Es una exploración novedosa, disruptiva en algún sentido, y hay que afinar sobre todas sus indicaciones, sobre todo en un sistema público de salud”, apunta el doctor. “Hemos de utilizarlo para llegar allí donde no podía llegarse, no allí donde ya se llegaba”, añade.
La Fundación supeditó la aportación a que sean tratados pacientes de toda Catalunya, no solo del ámbito del hospital. Los costes son elevados, pero los beneficios apuntan a la extensión de esta tecnología a corto plazo, según los expertos. En este sentido, la robótica puede evitar tratamientos agresivos, con grandes efectos secundarios, lo que implica altos costes sanitarios, a la mitad de los pacientes sometidos a cirugías o radioterapia por nódulos benignos.
El sistema, valorado en un millón de euros, ha sido donado por la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu
“Permite conseguir un rendimiento diagnóstico que por primera vez supera el 90%”, afirma Rosell. “Como neumólogo intervencionista, superar las incertidumbre de las técnicas broncoscópicas convencionales para llegar a los nódulos pulmonares da una seguridad incomparable”.
Uno de las aplicaciones de la broncoscopia robótica integrada con tomografía computada de tórax es el cribado del cáncer de pulmón. El 80% de los tumores de pulmón se diagnostican en fases avanzadas, cuando los porcentajes de éxito del tratamiento son extraordinariamente bajos. Según distintos estudios, el cribado podría reducir la mortalidad atribuible al cáncer de pulmón entre un 20 y un 39%.
“Cuando hacemos un TAC de tórax de baja radiación a pacientes de cierta edad y cierta historia de tabaquismo en el 20% de los casos encontramos nódulos, pero la mayoría son benignos. ¿Cómo lo sabemos? Actualmente, observando un TAC a través del tiempo para ver si el tumor crece o no”. Según, Rosell, la broncoscopia robótica permitirá afinar en la malignidad o no del tumor en más de una cuarta parte de los casos.
Esto favorecería los programas de cribado y la adherencia de los pacientes, en el sentido que, en los países que han implantado programas de detección, la localización de una sospecha implica una sucesión de controles periódicos que muchos dejan a medio camino.