El proyecto se puso en marcha en el 2016, quedó interrumpido por la covid, pero los investigadores perseveraron y se ha convertido en un logro científico: más de 500 pacientes con cáncer hematológico han sido tratados con las revolucionarias terapias CAR-T del Clínic-Idibaps después de haber fracasado los tratamientos habituales. En cerca del 50% de los casos la enfermedad ha remitido completamente.
El hospital de Barcelona es el único centro de Europa que ha desarrollado íntegramente dos terapias CAR-T académicas que han sido aprobadas por una agencia reguladora. Se trata de un tipo de inmunoterapia avanzada que utiliza las células propias de cada paciente para tratar diversos tipos de cáncer.
El Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) del hospital Clínic ha logrado desarrollar y producir dos tratamientos de inmunoterapia aprobados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) como medicamentos de terapia avanzada de fabricación no industrial.
El objetivo es que nuestros tratamientos estén disponibles en cualquier punto del territorio"
La primera, el ARI-0001, indicada para pacientes con leucemia linfoblástica aguda sin otras opciones terapéuticas, en mayores de 25 años, se convirtió el 10 de febrero del 2021 en el primer CAR-T desarrollado íntegramente en Europa autorizado por una reguladora.
La segunda, ARI-0002h, contra el mieloma múltiple en pacientes que no han respondido a los tres tratamientos convencionales previos, recibió el visto bueno de la Aemps el pasado mes de julio.
“Es una opción terapéutica personalizada, que de momento está aplicada al cáncer pero la aplicabilidad de este tipo de terapias va mucho más allá del cáncer”, ha explicado Manel Juan, jefe del servicio de inmunología del Clínic, respecto a las grandes perspectivas de futuro de esta tecnología.
Por el momento, su eficacia está fuera de discusión: casi la mitad de los 502 pacientes tratados han conseguido una remisión completa de su enfermedad, si bien se producen recaídas. “Conseguimos rescatar una tercera parte de enfermos que estaban prácticamente sin esperanza de vida”, resume Álvaro Urbano-Ispizua, coordinador del programa CAR-T del Clínic Idibaps.
La remisión completa aparente es del 90% en los casos de leucemia linfoblástica, del 60% en los de mieloma y del 50% en los de linfoma. Al cabo de cuatro años, uno de cada tres pacientes de leucemia tratados permanece curado. Pero el cáncer se reproduce en pacientes que aparentemente los habían eliminado. Urbano-Ispizua apunta varios motivos: la falta de diana en la célula tumoral impide la efectividad del CAR-T, que el CAR-T pierda su funcionalidad y que el sistema inmunológico rechace los linfocitos T modificados.
La primera infusión de un tratamiento CAR-T en el Clínic tuvo lugar en mayo del 2017 y desde entonces la cifra de procedimientos ha ido en aumento hasta superar el centenar en los últimos tres años. El 70% de los 502 pacientes tratados –en su inmensa mayoría por leucemia linfoblástica aguda, mieloma múltiple y linfoma no-Hodking- procedía de otros hospitales españoles.
“Nuestro objetivo es que estos tratamientos estén disponibles para aquellas personas que los requieran en cualquier punto del territorio”, ha afirmado Josep M. Campistol, director general del Clínic. En este sentido, el centro lidera un modelo descentralizado para la administración de los CAR-T ARI en toda España. Además, se ha descentralizado la producción, que se efectúa también en el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y en la Clínica Universitaria de Navarra.
CAR-T
La técnica consiste en modificar los linfocitos de la sangre del paciente para que ataquen las células tumorales
La técnica consiste en modificar, mediante aféresis (separación de los componentes de la sangre), los linfocitos T del paciente para que tengan la capacidad de atacar las células tumorales. Una vez reprogramados genéticamente, estos linfocitos se reinfunden al paciente. El circuito extracción-modificación-infusión dura cuatro semanas, pero puede recudirse a dos en caso de urgencia.
“La producción de cada tratamiento requiere un esfuerzo conjunto de más de 30 profesionales especializados en la producción de terapias avanzadas y el trabajo en salas blancas”, indican fuentes del hospital Clínic. “Globalmente, un solo tratamiento supone diez días de trabajo continuo por parte de dos facultativos y tres técnicos”, prosiguen. El coste no supera los 90.000 euros, en tanto los últimos tratamientos de CAR-T comerciales aprobados por la Agencia Europea pueden costar cuatro veces más.

Sílvia Rovira, una paciente curada, con los impulsores del programa ARI
Para poner en contexto la cifra de 502 pacientes que se han beneficiado de los CAR-T desarrollados por el Clínic en el marco del sistema de salud público solo hay que ver que en todo el mundo se han llevado a cabo 38.000 tratamientos mediante esta tecnología. Solo 34 países tienen aprobado el uso de CAR-T comerciales y, según la consultora McKinsey, la accesibilidad de estas terapias a nivel global es de solo un 4%.
“Me duele, porque significa que hasta que no lleguemos al 100% será un fracaso, significa que mucha gente no tiene acceso”, lamenta el doctor Juan. Subraya que el CAR-T académico del Clínic con tratamientos financiados por el sistema nacional de salud representa un modelo único en el mundo, por lo que el centro ha recibido más de 60 peticiones de colaboración académica de hospitales y universidades del extranjero.
El proyecto ARI, impulsado inicialmente por los familiares de una joven paciente, Ariana Benedé, fallecida en el 2016, cuenta con el apoyo de la Fundación La Caixa, con una aportación de 8,5 millones de euros, del Instituto de Salud Carlos III, de la Fundació Bosch i Aymerich y de la Asociación Española contra el Cáncer, así como de donativos de empresas y particulares.

Representación de una célula cancerígena atacada por linfocitos T
La investigación del Clínic prosigue con el objetivo de desarrollar nuevos CAR-T para otras enfermedades hematológicas y también para diferentes tipos de tumores sólidos, un terreno en el que esta terapia no se ha mostrado tan eficaz. Por otra parte, se centra en mejorar al funcionalidad de los CAR-T en cuanto llegan al tumor. En breve comenzará un ensayo clínico de la terapia aplicada al cáncer de mama metastásico HER2 positivo, el tipo más agresivo.
“Es una puerta que se está abriendo, la punta del Iceberg”, describe Sílvia Rovira. Sufrió un cáncer en la sangre durante diez años y después de fracasar en cuatro líneas de tratamiento, incluido un trasplante de médula, fue enviada al Clínic como último recurso.
“Debo expresar mi agradecimiento a Ari y a su Madre, Àngela Jover (impulsoras del proyecto ARI en el 2016)”, ha manifestado. “Vosotras habéis hecho un milagro social y un milagro sanitario y a gente como yo, que no teníamos salida, nos habéis dado una esperanza de vida larga”.