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Vuelve Champix, el medicamento estrella para dejar la adicción al tabaco

Salud

En dos años, Sanidad ha financiado seis fármacos para deshabituación tabáquica

En estos momentos, los fumadores que quieran abandonar el tabaco disponen de seis fármacos

Mané Espinosa

Hace unos años era el más famoso entre los fumadores. Hablamos del Champix (vareniclina), el famoso medicamento de la farmacéutica Pfizer para dejar de fumar que durante un tiempo ostentó el título de fármaco milagro contra el tabaquismo. Pero en el 2021 fue retirado por contener impurezas de nitrosaminas (cancerígenos) en niveles superiores al límite establecido. Hace quince días volvió a las oficinas de farmacia, convirtiéndose así en el sexto medicamento financiado por el sistema sanitario para ayudar a los fumadores a abandonar esa adicción. Y, algo que demandan de manera clara los fumadores, reducir lo máximo posible el temido síndrome de abstinencia.

Champix se une así a Zyntibac (bupropion), otro medicamento que fue retirado por las mismas fechas por el Ministerio de Sanidad por la presencia de nitrosaminas y que también regresó a las oficinas de farmacia tras solucionar sus problemas. Y de nuevo, con financiación pública, eso sí, un tratamiento a anual (independientemente del fármaco).

La ausencia de estos dos fármacos dejó sin tratamiento farmacológico financiado a los fumadores que querían dejar el tabaco, pero no por mucho tiempo. De hecho, en dos años, el Ministerio de Sanidad ha financiado seis fármacos. En febrero del 2023, Sanidad financió Todacitan (su principio activo es la citisina) de la farmacéutica polaca Aflofarm. Su principal novedad es que mientras Champix y Zyntibac precisaban de largas semanas (el primero, 12 y el segundo, 9), el tratamiento con citisina, una sustancia de origen vegetal que reduce el síndrome de abstinencia y la sensación de placer que ofrece el tabaco, apenas 25 días. Los estudios revelaron además que tiene una eficacia similar a la de la vareniclina (Champix) y tiene pocos efectos secundarios.

La eficacia de la vareniclina ha sido muy estudiada y está respaldada por ensayos científicos

Según la ficha técnica de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), el fumador debe tomar seis comprimidos al día (uno cada dos horas) durante los tres primeros días de tratamiento y se puede fumar. Del cuarto al duodécimo, una pastilla cada 2,5 horas y ya se debe haber dejado el tabaco. A partir del decimotercer día, se va reduciendo la dosis diaria hasta el día 25.

En noviembre del 2023 llegó a las farmacias el segundo fármaco financiado por el sistema nacional de salud en aquel momento. Como en el primero, Recigarum, producido por la farmacéutica Adamed, también polaca, se basa en la citisiniclina, un alcaloide que se obtiene del extracto de las semillas de los árboles del género Cytisus laburnum . Fue descubierta en 1818 y sintetizada por primera vez en 1864. Soldados rusos y alemanes la consumieron en la Segunda Guerra Mundial como sustitutivo barato del tabaco, según un estudio de la Universidad de Stanford. Su efectividad radica en que simula los efectos de la nicotina en el cerebro. Como agonista parcial de los receptores nicotínicos, la cistina los estimula (reduce los síntomas del síndrome de abstinencia) y los bloquea (baja la necesidad de fumar). Como el Todacitan, el tratamiento es de 25 días.

En junio del 2024, la vareniclina regresó a las farmacias en formato genérico con dos opciones: la del Laboratorios Normon (Vareniclina Normon) y la de Teva Pharma (Cuitvar). Ambas están financiadas por el Ministerio de Sanidad.

En el 2023, Todacitan revolucionó el mercado farmacéutico con un tratamiento de 25 días

A diferencia de otros fármacos para dejar de fumar, la vareniclina no tiene nicotina. Su eficacia ha sido muy estudiada y está ampliamente respaldada por ensayos científicos.

El Champix tiene un mecanismo de acción dual que se basa en ser un antagonista y agonista parcial altamente selectivo de los receptores nicotínicos de acetilcolina en el cerebro. Estos receptores son responsables de la liberación de la dopamina asociada al consumo de nicotina, que genera los efectos de recompensa y refuerzo positivo. Al unirse a estos recep­tores, su principio activo actúa con un doble mecanismo: estimula de forma parcial la liberación de dopamina para mitigar los sínto­mas de abstinencia y, al mismo tiem­po, bloquea la unión de la nicoti­na cuando se fuma, reduciendo la sensación de placer derivada del ello. Este enfoque reduce tanto la dependencia física como el refuerzo psicológico del taba­quismo.

Durante los primeros días, la dosis aumenta progresivamente, siendo la duración estándar del tratamiento de 12 semanas.