China busca entrar en los quirófanos
Tecnología sanitaria
El hospital de Bellvitge prueba el sistema robótico Toumai, réplica al Da Vinci de Estados Unidos
Ensayos con la plataforma robótica quirúrgica Toumai en el hospital de Bellvitge
No solo los usuarios de teléfonos móviles o los conductores de coches y motos están siendo tentados por los productos chinos, que encienden debates sobre su competitividad frente a las manufacturas occidentales. La tentación llega a los quirófanos. Cirujanos del hospital de Bellvitge han estado probando hasta esta semana el sistema robótico Toumai, la réplica china al icono estadounidense Da Vinci, que, como ocurre con los móviles, los vehículos y un sinfín de productos, debe tener su principal atractivo en el precio.
Aunque dispone de la autorización de la UE desde el pasado año, todavía no existe ningún Toumai en Europa. Sin embargo, Marruecos entró el pasado verano en la era de la cirugía robótica con uno de los equipos chinos. “No han pretendido hacer nada diferente. Para ellos el éxito es que digamos que es exactamente igual al Da Vinci, entre otras cosas porque ya existe una infraestructura de cirujanos acreditados para manejar este sistema y no se requerirían nuevos aprendizajes”, argumenta Jordi Ponce, jefe de Ginecología de Bellvitge.
Los cirujanos creen que el posible bajo precio de la plataforma asiática puede democratizar la cirugía robótica
Los profesionales catalanes han tomado muchas notas para sugerir a los ingenieros chinos posibles mejoras para introducir su producto en Europa. “Por ejemplo, un tema de ergonomía. La consola es pequeña y no tiene suficiente espacio para nuestra nariz, que suele ser mayor que la de los cirujanos orientales”.
El Toumai mejora al Da Vinci en un par de cosas, como la conectividad (tiene aprobación para telecirugía, de manera que un profesional puede tutorizar una intervención o tomar los mandos desde cualquier lugar para realizar un paso complicado) o la rapidez de movimiento. “Han conseguido un decalaje inferior a 200 milisegundos entre el movimiento del cirujano y la reacción en el cuerpo del paciente”, apunta Ponce.
¿Con cuál se quedaría? “La máquina como tal es competitiva. No es un Iphone, pero un Samsung o un Xiaomi también funcionan y no tienes que renunciar a tener un smartphone”. Efectivamente, aunque los comercializadores todavía no han fijado los precios, en principio deben resultar bastante más asequibles que los Da Vinci (alrededor de 2 millones de euros y varias decenas de miles en consumibles al año).
Esto, en principio, debería contribuir a democratizar la robótica quirúrgica, de manera que los hospitales comarcales también pudieran acceder a esta tecnología. Por otra parte, centros como Bellvitge, líder en España (con tres Da Vinci y un Versius), podrían ampliar su parque con mayor facilidad.
Un cirujano operando en la consola de Toumai, en segundo plano
Después de haber manejado las tres plataformas mencionadas, la jefa de Cirugía Torácica de Bellvitge, Amaia Ojanguren, apunta como mejor virtud de Toumai la conectividad 5G para intervenir a distancia. “La principal desventaja es que no incluye endograpadoras, los dispositivos de sutura mecánica que utilizamos para grapar los tejidos, con lo que tendríamos que utilizar endograpadoras no robóticas”.
En su opinión, interesa seguir evaluando el potencial del robot chino, pero... “Si me dieran a elegir, de momento elegiría Da Vinci porque llevamos desde el 2019 y estamos muy habituados, tenemos un servicio de mantenimiento fiable, tenemos a los delegados disponibles, y esto no tiene precio. En toda tecnología es importante disponer de una persona que responda cuando falla”.
Aunque dispone de la autorización de la UE desde el año pasado, todavía no funciona ninguno en Europa
En cualquier caso, la sensación de los cirujanos al operar con made in China es similar a la de hacerlo con made in USA . “La tecnología es una herramienta, lo que marca la diferencia es el equipo humano”, afirma Ojanguren.