Richard L. Garwin, el científico que diseñó la primera bomba de hidrogeno de la historia, murió el pasado día 13, ha confirmado su familia, a los 97 años. El artefacto fue detonado en noviembre de 1952, bajo el nombre en lave Ivy Mike, y superó los 10 megatones de potencia.
Garwin, no obstante, no puede ser considerado el padre de la bomba de hidrógeno, ya que esta fue ideada y teorizada en el laboratorio de Los Álamos, durante la Segunda Guerra Mundial, por el físico de origen húngaro Edward Teller y el matemático polaco Stanislaw Ulam. Sí que fue el primero en diseñar y crear un arma de este tipo, lo que le valió el elogio de Enrico Fermi. “[Garwin] fue el único verdadero genio que he conocido”, dijo Fermi, ganador del Nobel de Física en 1938 por usar neutrones lentos para inducir reacciones nucleares, lo que facilitó la creación de nuevos elementos radiactivos.
Su autoría, en secreto
Durante gran parte de su carrera, las contribuciones de Garwin a la carrera nuclear permanecieron en secreto, dentro del Laboratorio Nacional de Los Álamos. No fue hasta 2001 cuando la relevancia de su trabajo se dio a conocer. No obstante, era un científico ya reputado, autor de 47 patentes y más de 500 papers científicos.
En sus últimos años de vida recibió reconocimiento por su contribución a la ciencia y “a la defensa e inteligencia de EE.UU.”, destacó el expresidentes estadounidense Barack Obama, que le impuso en 2016 la Medalla Presidencial de la Libertad. También fue galardonado con la Medalla Nacional de Ciencia en 2002.