La pareja de la mujer de Nou Barris envolvió el cadáver con papel film y cinta americana y selló la habitación

Barcelona

El cuerpo presentaba golpes en la cabeza y el hombre ha ingresado en prisión por un presunto delito de homicidio | Los vecinos de Leonor sospechaban que llevaba 7 meses muerta

ALDEANUEVA DEL CAMINO (CÁCERES), 27 /05/2025.- Vecinos de la localidad de Aldeanueva del Camino (Cáceres) guardan un minuto de silencio por el asesinato machista de su vecina María Varela, de 38 años, este martes ante el edificio consistorial. EFE/Eduardo Palomo

Los vecinos de Maria Varela guardaron el martes un minuto de silencio por la víctima

EFE

Leonor hubiera cumplido los 57 años este sábado 31 de mayo. Su cadáver, envuelto con varias capas de papel film transparente a las que habían superpuesto otras de cinta americana, fue descubierto el pasado domingo en el piso que la mujer compartía desde el 2021 con su pareja en el distrito de Nou Barris de Barcelona. El hombre, Rafael Nieto Barenys, fue detenido y un juzgado de violencia sobre la mujer ha decretado este miércoles prisión provisional sin fianza por un presunto delito de homicidio. 

El grupo de homicidios de los Mossos está a la espera de que en los próximos días la policía científica identifique a la mujer, tras la regeneración de las huellas dactilares. Los forenses, que tienen trabajo por delante para determinar cuánto tiempo llevaba muerta, sí han encontrado evidencias de que fue asesinada. El cuerpo presentaba varios golpes en la cabeza. 

Nadie echó de menos a Leonor. La mujer se hizo invisible. Tampoco debía resultar fácil acercarse a la pareja. No tanto por ella, sino por él. Ayer, frente a los parterres en flor del número 4 de la calle Piedrafita­, en Ciutat Meridiana, los vecinos aseguraban que a ella la dejaron de ver en octubre, tras varios meses de declive en los que la mujer pasó a ser “un esqueleto andante”. Esa misma testigo del deterioro, que como el resto no quiere identificarse por temor a Rafael, contaban que Leonor “vivía atemorizada y amenazada”. Y que fueron “muchísimas” las veces que llamaron al 112 y se acercaron tanto los Mossos como la Guardia Urbana. La Vanguardia ha preguntado a ambos organismos para conocer si es cierto que acudían con frecuencia a esa vivienda. Al tratarse de una investigación por homicidio, ambas organizaciones guardan cautela, pero aseguran, unos y otros, que no constan llamadas al 112 relacionadas con el domicilio escenario del crimen y en el que vivía la pareja.

A Leonor, que tenía tres hijos, la recuerdan como una mujer “dominada, sometida y atemorizada”

Dos vecinas se atrevieron a denunciar al hombre, que apenas trabajó y que pasó de vivir de los padres a hacerlo de la pensión de su madre y la que ahora él recibía, aseguran sus conocidos. Politoxicómano, actuaba con violencia, especialmente con las mujeres que le plantaban cara. Una de esas vecinas que le acabó llevando a juicio, solo le pidió un día que tuviera cuidado con el aceite que perdía la moto que estacionaba sobre la acera porque después los perros acababan perdidos. “¡Qué le dije!”, recuerda. Acabó encerrada en casa atemorizada, con un mediador, y evitando cruzarse al vecino por pánico: “Si me veía estacionar mi automovil, era capaz de salir de casa y encaramarse al techo y al capó para aporrearme el coche, grabarme y amenazarme”.

A Leonor la recuerdan como una mujer “dominada, sometida y atemorizada”. Un día, dice otra vecina, la escuchó gritar pidiendo ayuda. “Bajé corriendo y me la encontré desnuda. Me pedía que llamara a una ambulancia”. Pero enseguida apareció Rafael y la obligó a marcharse de allí.

La víctima tenía tres hijos y, de hecho, al menos uno la ayudó la última vez que, como otras anteriores, Rafael la echó de casa y metió sus cosas en bolsas de basura de color negro. Aún una vecina fotografió la triste escena desde el balcón de su casa. Leonor no tardó en regresar con el hombre.

El domingo, Rafael telefoneó a su hermano para advertir de que se iba a suicidar: “Leonor ya lo ha hecho”. Corrió hasta el piso, trató de abrir con sus llaves y alertó a los mossos, que derribaron la puerta.

Lo que se encontraron fue atroz. Un desorden cronificado y caótico, con suciedad y restos de consumo abundante de todo tipo de drogas. Lo peor estaba tras una de las puertas de una habitación sellada con cinta americana y pintura plastificada. Sobre un somier de madera y un colchón estaba el cuerpo en descomposición.

En octubre, en el grupo de vecinos, Rafael advirtió de que tapó la máquina del aire acondicionado “porque viene un olor chungo”. Seguramente era una coartada.

El hombre si declaró ante la magistrada de violencia machista que le recibió el miércoles en su despacho. Y habló. Aseguró que Leonor se suicidó a finales de septiembre y que él “preservó el cuerpo” para demostrar a la policía que no había sido un asesinato. Cuando la magistrada le preguntó por los golpes que presentaba el cuerpo de la mujer, Rafael contó que el cadáver se le cayó varias veces mientras lo envolvía en el film de plástico.

Una historia delirante, increíble, a la que la titular del juzgado 3 de violencia sobre la mujer, Gabriela Sagrado, no da ninguna credibilidad. De hecho, el abogado del hombre había solicitado un ingreso psiquiátrico del detenido, admitiendo también la incoherencia de su relato.

El propio auto de prisión relata como el 25 de mayo, Rafael envió unos audios a su hermano en los que se refiere a algo que ha hecho y que podría conllevar la necesidad de tener un abogado e incluso confesar. “Los mossos van a venir a por mi”, le dice.

El nombre de Leonor no figurará en la lista de las víctimas de
violencia machista hasta que no se confirme su identidad. Sí lo
está María Varela, de 38 años, la mujer asesinada en la localidad
cacereña de Aldeanueva del Camino (Cáceres). Ni María ni Leonor denunciaron.

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