En pleno debate en Bruselas por el temor a que Europa debilite su compromiso con la agenda verde, la UE ha anunciado este miércoles que va en el buen camino para alcanzar los objetivos climáticos del 2030. Según los últimos datos de la Comisión Europea, el bloque comunitario está a punto de alcanzar la meta de reducir el 55% en el 2030 respecto a los niveles de 1990. Los análisis comunitarios consideran que, si los Estados miembros continúan implementando las medidas nacionales y comunitarios para luchar contra la crisis climática, en el 2030 lograrán reducir en un 54% las emisiones de gases de efecto invernadero.
Se trata de un notable paso adelante, ya que en el 2023 la UE había reducido sus emisiones un 37% respecto a los niveles de 1990. El análisis apunta que los gobiernos europeos han apostado con decisión en los últimos dos años para frenar las emisiones. La Comisión habla de fuertes avances en el sector energético y aseguran que las energías renovables ya cubrían el 24% del consumo en el 2023.
“La agenda verde impulsa la inversión y la prosperidad”, defiende la vicepresidenta comunitaria Teresa Ribera
“Lo que demuestra, como podrán comprobar, es que la agenda verde impulsa la inversión y la prosperidad, y que podemos gestionar las vías de descarbonización junto con este impulso de la capacidad de crear riqueza”, ha asegurado la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión para Competencia y Transición Ecológica, Teresa Ribera.
En general, la Comisión está satisfecha con los progresos en el sector energético, pero todavía faltan esfuerzos en el transporte y en la agricultura, después de que Bruselas relajara algunas normativas ecológicas tras las fuertes protestas del año pasado de los agricultores contra el Pacto Verde.

La vicepresidenta para Competencia y Transición Ecológica, Teresa Ribera; el comisario europeo para el Clima, Wopke Hoekstra; y el comisario europeo para Energía, Dan Jorgensen, este miércoles
El mensaje de ánimo es importante. Sobre todo, porque llega cuando Bruselas se enfrenta a la reacción de algunas fuerzas políticas que piden que debilite su programa climático para impulsar la economía del bloque, en un momento en que las industrias acusan la falta de gas ruso barato y a la vez temen que la guerra arancelaria de la Casa Blanca les cree todavía más problemas.
Las organizaciones ecologistas están denunciado que los programas de la Comisión Europea para reducir la burocracia y aumentar la competitividad del bloque comunitario pueden comportar pasos atrás en la lucha contra el cambio climático. Pese a que el Ejecutivo comunitario ha subrayado que no renuncia a ningún objetivo, sí que ha habido señales como la reducción de las obligaciones medioambientales exigidas a las empresas o la mayor flexibilidad a la industria automovilística para retrasar los objetivos de emisiones de CO₂.
En esta situación, y poco después de que Donald Trump retirara a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el clima, la UE pronto deberá decidir qué pasos tomará tras el 2030 para alcanzar el ambicioso objetivo de la neutralidad climática prometida en el 2050.
Los Veintisiete, ahora gobernados por una clara mayoría de países conservadores, deben abordar ahora la etapa intermedia del 2040. Hace un año la Comisión sugirió que se podría fijar el objetivo del 90% en el 2040, algo considerado irrealista para algunos Estados miembros. Por ejemplo, Italia y Polonia piden que sean menos ambiciosos. Francia también ha mostrado su escepticismo.
El brazo ejecutivo de la UE ha avanzado que lanzará una propuesta antes de verano. De momento, este miércoles Ribera ha pedido “crear las condiciones necesarias” para reducir las emisiones al 90% en el 2040.
Apagón
Bruselas señala la falta de interconexiones en España
En los planes nacionales de energía y clima, la Comisión también aborda la eficiencia energética y avisa que un sistema eléctrico bien integrado en Europa es clave para la transición verde. Poco después de que España y Portugal pidieran a Bruselas que se pusiera las pilas para impulsar las interconexiones con Francia tras el apagón, ahora la Comisión recuerda que algunos países, como Epaña, Grecia, Italia o Francia, están lejos de alcanzar el objetivo de interconexiones del 15% en el 2030, algo que “pone de relieve la persistencia de una laguna en el desarrollo de las conexiones transfronterizas de los Estados miembros”. El informe destaca que estos datos revelan “la persistencia de una brecha en el desarrollo de las conexiones transfronterizas de los Estados miembro” y recuerda que, según la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía de la Unión Europea (ACER), quedan por cubrir 32 gigavatios (GW) de capacidad transfronteriza necesaria para 2030.