Las medidas que se adoptan para luchar contra el cambio climático aportan enormes beneficios para la salud. Tanto es así que esos beneficios serían suficientes para compensar el coste de la lucha contra el calentamiento del planeta. Incluso podrían salir gratis si se adopta una adecuada perspectiva de salud pública. Así lo asegura el doctor Jonathan A. Patz, director del laboratorio Climate Solutions for Health, una autoridad mundial en la investigación sobre salud ambiental, que fue el invitado en la nueva edición del ciclo SOS-tenibilidad que recientemente se emitió en streaming a través de la web de La Vanguardia.
Jonathan A. Patz, doctor en medicina y profesor en la Universidad de Wisconsin-Madison, ha dedicado su carrera a entender y explicar cómo la crisis climática afecta la salud de los seres humanos. En su trabajo realizado durante los últimos diez años ha evolucionado desde la medición de los riesgos del cambio climático a analizar las oportunidades que ofrecen las soluciones climáticas para mejorar la salud pública. En una extensa entrevista con Enric Sierra,vicedirector de La Vanguardia, el doctor explicó que las evidencias científicas demuestran que las medidas que se adoptan contra el cambio climático contribuyen a reducir las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, a evitar infecciones, a prevenir pandemias y a mejorar la seguridad alimentaria y del agua. En este sentido afirma que cada tonelada de carbono que se deja de emitir puede traducirse en vidas salvadas.
El doctor Jonathan A. Patz, protagonista de la nueva edición del ciclo SOS-tenibilidad que organiza La Vanguardia, es un experto mundial en el impacto de las soluciones climáticas en la salud pública.
El doctor Patz es Fundador del Global Health Institute, elegido miembro de la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos y formó parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2007. Su trabajo ha sido publicado en revistas de referencia como The Lancet, JAMA y Environmental Research & Public Health. Ha liderado proyectos pioneros sobre los beneficios para la salud de políticas climáticas ambiciosas y, en este sentido, ha sido promotor de ciencia aplicada a políticas públicas para transformar realidades locales y globales.
Salvar millones de vidas
El cambio climático afecta a nuestra salud directamente por olas de calor urbanas, contaminación atmosférica, enfermedades infecciosas, escasez de recursos hídricos y de alimentos, trastornos de salud mental y migraciones forzosas de población. Que se convierten en refugiados ambientales. El calentamiento, las precipitaciones, inundaciones, sequías y tormentas, entre otros impactos climáticos, afectan la salud humana y agravan muchas enfermedades. “Se han descubierto –explica el doctor- más de mil vías o maneras de que los fenómenos meteorológicos extremos agraven la acción de patógenos humanos, principalmente, enfermedades infecciosas”.
La Academia de Medicina de Estados Unidos apuesta por cero emisiones y más salud
Grandes esperanzas
El doctor hace gala de un moderado optimismo. “Cuánto mayor es la crisis, mayor es la oportunidad”, afirma. Al respecto destaca la llamada iniciativa Pathfinder, un proyecto patrocinado por Welcome Trust y dirigido por la London School of Hygiene and Tropical Medicine-. Tras tras analizar diversos sectores implicados en el cambio climático, dicha investigación demuestra que la transición hacia una economía baja en carbono y la reducción del consumo de combustibles fósiles pueden mejorar la calidad del aire, nuestra alimentación y forma física, y reducir enfermedades.
El doctor, a preguntas de Enric Sierra, expone varios ejemplos. Según explica más de ocho millones de personas mueren prematuramente cada año por la contaminación atmosférica y, según una investigación reciente, más del 60% de esas muertes se atribuyen directamente a la quema de carbón, petróleo y gas.
Más de ocho millones de personas mueren al año por la contaminación atmosférica
También señala el doctor Patz, en otro ejemplo, los riesgos de comer excesiva carne roja. “Si el mundo siguiera la dieta saludable universal de referencia, básicamente la dieta mediterránea, con muchos más alimentos de origen vegetal, muy poca carne roja y más pescado, se podrían evitar once millones de muertes prematuras al año”.
Por último el doctor apunta al transporte. “Si abandonáramos los vehículos a motor privados y dispusiéramos de medios de transporte alternativos seguros, más transporte público y fuéramos más a pie y en bicicleta, se salvarían otros pocos millones de vidas cada año”.
Cada tonelada de carbono que se deja de emitir se traduce en vidas salvadas
No hay excusas para no actuar
Vistos todos estos datos, el doctor Patz alienta a intervenir a dos niveles: educar e informar a la opinión pública y a los responsables políticos y, en segundo lugar, crear un movimiento por la justicia climática que incite a actuar.
“No hay excusas –afirma categóricamente- para no hacer la transición que permita prescindir de los combustibles fósiles. Ir en bicicleta al trabajo en vez de en coche, por ejemplo, mejoraría la salud y aumentaría la actividad física. Hay que impulsar esta idea y hacerla posible, tanto a nivel individual como de las administraciones”.
La mejora de la salud es un argumento definitivo para reforzar la lucha climática
“Por tanto –añade- la pregunta es obvia: ¿no sería ya hora de diseñar ciudades para las personas en lugar de para los coches? Estamos logrando grandes avances con las bicicletas eléctricas: ya se está reduciendo la demanda de petróleo y mejoran la forma física y la calidad del aire. Pero debe avanzarse con seguridad, sin que coches y autobuses supongan un peligro para los ciclistas”.
Considera el doctor Patz que es esencial explicar mucho mejor el cambio climático, los problemas de salud que provoca y cómo pueden evitarse. “Son necesarios –dice-. mensajes sencillos repetidos a menudo por mensajeros de confianza, entre ellos especialmente los médicos y enfermeras”.
Médicos y enfermeras
“El cambio climático es real –añade el doctor-. Está ocurriendo ya. Lo estamos provocando nosotros porque quemamos combustibles fósiles. El 99% de los científicos climáticos que estudian este problema coinciden. Conocemos el riesgo, y es malo, pero hay esperanza” .
La Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos, explica el doctor Patz, está priorizando ya el gran desafío que representa el cambio climático para la salud humana y ha trazado una hoja de ruta de cómo transformarse para alcanzar la salud para todos mediante cero emisiones netas. “Es decir –añade- resolver la crisis climática y mejorar la salud a la vez.
El discurso sobre los beneficios para la salud está empezando a llegar a los responsables de políticas y a la opinión pública, pero hace falta explicar más y mostrar por qué resolver el cambio climático es una oportunidad de oro para nuestra salud”
La salud facilita el consenso
“En muchos casos –dijo el doctor en respuesta a las preguntas de Enric Sierra- hay división respecto a las medidas medioambientales. Pero cuando hablamos de la salud de nuestros hijos y nietos, y de la propia, creo que hay mucho más terreno común. Los responsables políticos pueden ponerse de acuerdo más fácilmente si se trata de la salud. Creo que hay más consenso que, por ejemplo, por salvar a los osos polares, y es más fácil llegar a acuerdos sobre salud. Creo que eso ayuda, igual que el mensaje positivo”.
A juicio del doctor Patz, la idea de que el cambio climático es una crisis y es grave, incluso tan grave que ya no hay esperanza, paraliza a la gente. “En cambio yo creo –añade- que es fundamental mostrar que hay soluciones y dar esperanzas de que cada uno puede contribuir y de q ue se pueden hacer cosas para resolver los problemas. Está en juego nuestra salud, y cuanto mejor se entienda la estrecha relación entre cambio climático y salud humana, mejores serán las decisiones que se tomen, tanto a nivel personal como público”.
El doctor Patz alerta que es indispensable intervenir para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, con políticas de energía, de transporte y políticas agrícolas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta. Lo ideal, a su juicio, es descarbonizar el sistema eléctrico para que, cuando se encienda una calefacción o un aire acondicionado -o mejor aún, una bomba de calor, que es más eficiente-, eso no implique quemar más combustibles fósiles”.
Ciudadanos y gobiernos
“Cada persona puede hacer mucho –concluye el doctor Patz- El ecologista Bill McKibben dice que lo primero que podemos hacer es ser menos individualistas. Unir nuestra voz a la de otros. Tendrás más influencia y más poder si te unes a otros, como han hecho los jóvenes con los Fridays For The Future, por ejemplo, y el Sunrise Movement. Pero hay otros movimientos, como el Consorcio de Sociedades Médicas sobre el Clima y la Salud. Así que únete a un grupo para que tu voz se oiga más fuerte, eso es lo primero. Lo segundo, a nivel individual, es predicar con el ejemplo, tal y como he mostrado con los ejemplos de la electricidad, la alimentación y el transporte. Puedes ir andando o en bicicleta al trabajo, usar el transporte público, modificar tus hábitos alimentarios con un menor consumo de carne roja y, asimismo, exigir a la compañía eléctrica que nos suministre electricidad procedente de energías renovables”.
“Pero no se puede pretender –advierte el doctor Patz- que toda la responsabilidad recaiga sobre los ciudadanos mientras los gobiernos mantienen sus subvenciones millonarias a la industria de los combustibles fósiles. No se puede seguir quemando más petróleo y más carbón mientras se exige a los ciudadanos que sean más ecológicos, se les dice que la culpa es suya y que deberían actuar con más responsabilidad. Por tanto, hay que explicar a las administraciones públicas que estamos dispuestos a hacer lo que nos toca pero que se necesitan unas políticas municipales, regionales y nacionales a favor de la sostenibilidad, que sean buenas para el planeta y para nuestra salud. Actuemos como individuos, pero exijamos también responsabilidad y rendición de cuentas a los niveles superiores”.
