Las pruebas de acceso a la universidad del curso 2024-25 en Catalunya pasarán a la historia por ser las primeras en las que se ha preguntado por una pensadora en el examen de filosofía. Hasta ahora nunca una mujer había entrado en el temario y nunca había podido ser preguntada. Este curso se incorporó a Martha Nussbaum y ha aparecido en el examen de hoy. Habrá quien pensará que este hecho no es relevante, habrá quien no sabrá por qué es importante... Pero esta ausencia es una anomalía que no debería haber ocurrido nunca y que tiene muchas y graves implicaciones.
En clase he tenido estudiantes que no han dudado en decir que las mujeres nunca habían elaborado ningún pensamiento que mereciera ser estudiado. Y lo decían porque nunca habían estudiado a ninguna mujer. Nussbaum es una pensadora contemporánea, viva, pero podemos encontrar pensadoras interesantes en cualquier época de nuestra historia. Estas mujeres, en algunas épocas especialmente, se tuvieron que enfrentar al patriarcado para que sus voces fueran escuchadas. No podemos continuar invisibilizándolas hoy.
La filósofa estadounidense, Martha Nussbaum
Incorporar a Nussbaum, después de tantos años de reclamar ante la ausencia de mujeres, no es poca cosa. Pero conviene pensar que se ha incorporado como una mujer entre un listado de hombres. Una flor no hace verano, tampoco una golondrina hace verano. Incorporar a Nussbaum no es suficiente, debemos incorporar la perspectiva de género.
Necesitamos estudiar como el pensamiento de los hombres que sí entran en el temario han construido el patriarcado y han contribuido a la opresión y discriminación de las mujeres. Hay que estudiar a Nussbaum, también, desde sus valiosas aportaciones al pensamiento de las violencias contra las mujeres.
La filosofía pasa por ser una herramienta útil para invitar a pensar, a cuestionar, a analizar, a imaginar. Pero la filosofía que se limita a reproducir las dominaciones, presiones o discriminaciones de su época, invisibilizando el pensamiento que nos ayuda a crecer, no es útil. La filosofía tiene que ser una constante invitación a pensar más allá de nuestras ideas, dialogando, cuestionando, creando.