Los premios Fronteras del Conocimiento reivindican el saber frente a los ataques a la ciencia

Reconocimientos

La Fundación BBVA galardona a los expertos en biometría, inteligencia artificial y los avances farmacológicos  contra la diabetes y la obesidad

Varios de los premiados se quejan en sus intervenciones de las incertidumbres que sufre la investigación en Estados Unidos

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El presidente del Banco BBVA, Carlos Torres Vila (centro), y el lehendakari, Imanol Pradales, junto a los premiados y autoridades en la XVII edición de los premios Fronteras del Conocimiento

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La entrega de los premios Fronteras del Conocimiento ha sido toda una reivindicación de la verdad de la ciencia, la racionalidad y la cultura de la ética en unos tiempos en los que en la mentira gana terreno, los avances médicos son cuestionados y las fake news desprecian el sentido del bien público. La necesidad de prestigiar el saber común como valor universal para orientar el progreso de la sociedad ha estado muy presente en los discursos de estos galardones que cada año concede la Fundación BBVA en Bilbao. El acto se celebró en el Palacio Euskalduna con presencia de unos 1.000 invitados y clausura a cargo del Lehendakari, Imanol Pradales, quien denunció los intentos de algunos sectores de “boicotear el conocimiento”.

Los premios han reconocido las aportaciones sociales, muy relevantes, en el campo de la biomedicina, donde los descubrimientos de los galardonados han proporcionado un arsenal terapéutico contra la diabetes y la obesidad. El agradecimiento es para Svetlana Mojsov (Universidad Rockefeller, Nueva York, EEUU) y sus colegas Daniel Drucker (Hospital Monte Sinaí, Toronto, Canadá), Joel Habener (Universidad de Harvard, EE. UU.) y Jens Juul Holst (Universidad de Copenhague, Dinamarca).

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 Carlos Torres Vila, y la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Eloísa del Pino Matute, junto a los premiados, Daniel Joshua Drucker, Svetlana Mojsov y Jens Juul Holst

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Reconocimiento a la revolución farmacológica contra la diabetes y la obesidad

Sus investigaciones pioneras revelaron la función biológica de la hormona conocida como GLP-1, producida en el intestino delgado tras la ingestión de alimentos, que tiene un papel fundamental tanto en el mantenimiento de los niveles de glucosa como en la regulación de la sensación de apetito. 

Ese hallazgo ha servido de base para desarrollar medicamentos “primeramente para reducir la glucosa en el tratamiento de pacientes con diabetes de tipo 2, y en segundo lugar para generar una pérdida de peso sin precedentes en personas con obesidad”.

Alejandro Piris, jefe del área de coordinación científica del Vall d´Hebron Instituto de Oncología; Elena Garralda, directora del grupo de desarrollo clínico de fármacos en fases iniciales del Vall d´Hebron; Francesc Posas, director del IRB; Carlos Torres Vila, presidente de la Fundación BBVA; Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA; Joaquín Arribas, director del hospital del Mar Research Institute Barcelona (HMRIB) / Vall d´Hebron Instituto de Oncología; Alena Gros, investigadora principal del grupo de inmunoterapia e inmunología de tumores del Vall d´Hebron Instituto de Oncología; y Silvia Martín-Lluesma, responsable del programa de terapias avanzadas del Vall d´Hebron

Alejandro Piris, jefe del área de coordinación científica del Vall d´Hebron Instituto de Oncología (VHIO); Elena Garralda, directora del grupo de desarrollo clínico de fármacos en fases iniciales del VHIO; Francesc Posas, director del IRB; Carlos Torres Vila, presidente de la Fundación BBVA; Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA; Joaquín Arribas, director del hospital del Mar Research Institute Barcelona (HMRIB) / VHIO; Alena Gros, investigadora principal del grupo de inmunoterapia e inmunología de tumores del VHIO; y Silvia Martín-Lluesma, responsable del programa de terapias avanzadas del VHIO 

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En menos de dos décadas, este descubrimiento de las funciones del GLP-1 llevaron a la aprobación en 2005 del primer medicamento para el tratamiento de la diabetes de tipo 2, y en 2014, al primer tratamiento para la obesidad basado en estos mismos hallazgos.

Esa sorprendente ciencia que usa los rasgos físicos o de conducta propios de cada individuo para confirmar su identidad

Otro reconocimiento es para las aportaciones de la biometría, esa sorprendente ciencia que usa los rasgos físicos o de conducta propios de cada individuo para confirmar su identidad. Los recogieron Michael I. Jordan (Universidad de California Berkeley, EE. UU.) y Anil Jain (Universidad de Michigan State, EE. UU.).

Sus contribuciones han servido para lograr que los ordenadores sean capaces de identificar patrones y realizar predicciones a partir de conjuntos de datos de gran dimensión

Jain logró que mediante aprendizaje automático una máquina sea capaz de detectar la coincidencia entre dos huellas dactilares de manera 100 veces más rápida de lo que era posible hasta entonces. Su grupo se convirtió en referencia mundial del reconocimiento de huellas dactilares. 

Las ideas de Jain “han dado lugar a la tecnología que utilizan miles de millones de personas cada día con múltiples fines, que van desde desbloquear el teléfono móvil hasta realizar pagos con seguridad o viajar de forma segura y fácil”, dijo su colega Jordan.

Éste, por su parte, ha desarrollado técnicas matemáticas y computacionales que están detrás de multitud de aplicaciones de la inteligencia artificial, desde los sistemas de recomendación de restaurantes hasta los modelos de lenguaje generativo como ChatGPT.

La mujer que seguía la migración de las especies hacia las zonas septentrionales

“Las especies salvajes no tienen en cuenta las fronteras políticas”, proclamó por su parte Camille Parmesan (Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia), galardonada en la categoría de Cambio Climático y Ciencias del Medio Ambiente por demostrar el impacto del calentamiento global sobre el desplazamiento geográfico de las especies en todo el planeta.

“Abordar los problemas que han surgido a causa del cambio climático provocado por el ser humano requiere que la investigación, la planificación y la acción sean transfronterizas. Los ataques a la ciencia, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, llegan en un momento de emergencia climática en el que la cooperación internacional es imprescindible”, proclamó.

Un lugar para la química verde

Otro galardón va para los investigadores que ha trabajado en el campo de la catálisis y que han hecho posible una química más eficiente y respetuosa ambientalmente: John Hartwig (Universidad de California, Berkeley, EE. UU.), Avelino Corma (Instituto de Tecnología Química, Universitat Politècnica de València-CSIC) y Helmut Schwarz (Universidad Técnica de Berlín, Alemania).

Hartwig ha desarrollado catalizadores basados en metales que han resultado fundamentales en la fabricación de medicamentos contra numerosas enfermedades, desde la leucemia hasta el VIH o la depresión.

En su parlamento se refirió a la situación de la ciencia en su país y lamentó que tal vez en el futuro no podrá mantener a su equipo, una incertidumbre “que le sucede a otros colegas de otros centros”. “Y no se debe a ninguna duda sobre la calidad de nuestra investigación científica, sino a las medidas adoptadas por un gobierno federal”, remachó.

Y Corma ha liderado la concepción y síntesis de ciertos catalizadores sólidos y ha promovido más de un centenar de patentes que ya se utilizan para mejorar la eficiencia y sostenibilidad en la producción de combustibles, plásticos, cosméticos y alimentos.

“A los tres nos motiva que la química, como ciencia central, toque tantos aspectos de nuestra vida”, ha apuntado Hartwig en su discurso. “Nuestros equipos trabajan para paliar enfermedades humanas crónicas, abordar problemas medioambientales globales, e incluso empezar a predecir la reactividad química mediante el aprendizaje automático, temas todos ellos presentes en los premios de este año. Estas conexiones —ha concluido— son la razón por la que la catálisis tiene un impacto tan grande en la economía y el bienestar mundiales”.

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Los premiados, Avelino Corma (derecha), John F. Hartwig (centro) y Helmut Scharz (izquierda

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El valor de la psicología social

Dolores Albarracín (Universidad de Pennsylvania)ha reivindicado el valor de la psicología social y ha lanzado un alegato contra el desprestigio que sufren las ciencias sociales en algunos contextos políticos: “Este premio nos recuerda que la investigación significativa debe persistir, incluso cuando se enfrenta a ataques”, ha afirmado.

La investigadora habló en nombre de sus colegas Icek Ajzen (Universidad de Massachusetts Amherst), Mahzarin Banaji (Universidad de Harvard), Anthony Greenwald (Universidad de Washington) y Richard Petty (Universidad Estatal de Ohio).

“En menos de un siglo, los psicólogos sociales han descubierto cómo medir las actitudes, cómo cambiarlas y cómo estas predicen el comportamiento”, ha afirmado.

Mahzarin Banaji y Anthony Greenwald desarrollaron el test que permite detectar prejuicios raciales o de género que escapan a la conciencia de quien los alberga.

Icek Ajzen aportó modelos que permiten evaluar creencias, normas percibidas y el grado en que una persona cree tener control sobre sus actos.

 Y en el ámbito del cambio actitudinal, Richard Petty resolvió una antigua contradicción sobre la persuasión, al demostrar que las personas se dejan convencer por la solidez de los argumentos solo cuando tienen tiempo e interés; pues si están distraídas o desmotivadas, influye más el atractivo de la persona emisora.

Los nuevos keynesianos

Michael Woodford (Universidad de Columbia) ha intervenido en nombre de los galardonados con el Premio en Economía, Finanzas y Gestión —junto a él, Olivier Blanchard (Paris School of Economics y MIT) y Jordi Galí (Centre de Recerca en Economia Internacional y Universitat Pompeu Fabra)—, representantes de la nueva economía keynesiana.

“Las expectativas del sector privado son cruciales para los resultados macroeconómicos”, ha defendido Woodford, lo cual sitúa en un lugar central a la estrategia de la comunicación.

“Las ciencias y las humanidades deben complementarse mutuamente”, dice el filósofo Phlip Kitcher

En su discurso, el filósofo Philip Kitcher (Universidad de Columbia), premio de las Humaidades, proclamó que las ciencias y las humanidades deben colaborar como ámbitos complementarios en un proyecto común orientado al progreso humano. “Las ciencias y las humanidades deben complementarse mutuamente. A lo largo de mi carrera he reflexionado en ocasiones sobre cuestiones científicas desde la perspectiva de la filosofía, la historia, la literatura y las artes. En otras ocasiones, he recurrido a las ciencias para abordar preguntas de humanidades”, ha añadido.

Mauro Bucarelli, Coordinador artístico de la Academia Nacional de Santa Cecilia (Italia) y Jurado de los Premios Fronteras de Música, Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, Víctor García de Gomar, Directo Artístico, Teatre Liceu, Carlos Torres Vila, presidente de la Fundación BBVA, Takeo Hosokawa, compositor, Premio Fronteras del Conocimiento en Música, Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA, Raquel García Tomás, Beca Leonardo en Música, Fabián Panisello, Beca Leonardo en Música, Santiago Serrate, Beca Leonardo en Música

Mauro Bucarelli, Coordinador artístico de la Academia Nacional de Santa Cecilia (Italia) y Jurado de los Premios Fronteras de Música, Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, Víctor García de Gomar, Director Artístico, Teatre del Liceu, Carlos Torres Vila, presidente de la Fundación BBVA, Takeo Hosokawa, compositor, Premio Fronteras del Conocimiento en Música, Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA, Raquel García Tomás, Beca Leonardo en Música, Fabián Panisello, Beca Leonardo en Música, Santiago Serrate, Beca Leonardo en Música

Fundación BBVA

Kitcher fue invitado en los años 90 por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos a redactar un informe sobre las consecuencias éticas del Proyecto del Genoma Humano. “Escribir ese informe cambió mi forma de pensar. Empecé a entender la búsqueda del conocimiento como algo imbricado en la sociedad, con la intención de promover el bien común”, ha relatado. El filósofo ha explorado el progreso moral de los humanos para abordar problemas acuciantes como el cambio climático o la educación de los jóvenes en sociedades occidentales. Sin embargo, ha expresado su preocupación ante el estado actual de estas cuestiones: “Las sociedades parecen aferrarse a medidas simplificadas de bienestar, derivadas de una imagen burda de la humanidad. Cualquier compromiso con la ética en la política, expresado en la elaboración de medidas para promover el bien común, parece haberse erosionado”.

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Aurresku de honor ante autoridades, premiados y jurado durante la XVII edición de los Premios Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA

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Carlos Torres Vila

“Una oportunidad excepcional para poner en valor lo que realmente nos une y enriquece”

“Esta ceremonia representa una oportunidad excepcional para poner en valor lo que realmente nos une y enriquece como especie: la capacidad de generar nuevo conocimiento para interpretar la realidad física, biológica y social”, ha destacado el presidente de la Fundación BBVA y del Banco BBVA, Carlos Torres Vila, haciendo alusión a la necesidad de abrir “perspectivas conceptuales innovadoras basadas en la evidencia y de proyectar soluciones racionales y sostenibles a los grandes retos y expectativas de nuestro tiempo”.

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