Diálogos La Vanguardia, con la colaboración de Turisme de Barcelona, celebró el pasado martes en la terraza el hotel Palace una sesión sobre la estrategia de Barcelona como ciudad global que contó con las intervenciones del “consultor de ciudades” Greg Clark y del “barcelonés por elección” John Carlin, escritor y columnista de este diario, tal como los definió en la presentación del acto el director general de Turisme de Barcelona, Mateu Hernández.
La conversación entre Clark y Carlin, moderada por el director adjunto de La Vanguardia Miquel Molina, se inició subrayando que Barcelona es sinónimo de creatividad. “Barcelona es una ciudad única por muchos motivos y tiene una gran marca y proyección, un enorme “soft power”, destacó Greg Clark, urbanista y asesor internacional experto en ciudades globales autor de una decena de libros y más de 100 informes sobre las dinámicas urbanas que ha trabajado con más de 300 metrópolis y cerca de 50 gobiernos e instituciones de todo el mundo.

El periodista y escritor John Carlin conversó con el asesor internacional experto en ciudades Greg Clark, moderados por el director adjunto de La Vanguardia Miquel Molina.
En alusión a las protestas ciudadanas contra los efectos del turismo masivo, como la manifestación que reunió a 600 personas en Barcelona la semana pasada, Clark considera que los retos que ha de afrontar la ciudad, entre ellos los relativos al transporte o a los alojamientos, son “consecuencia de su éxito”. “No fue una manifestación enorme pero los medios internacionales, especialmente The New York Times se hicieron eco”, recordó Molina. “Porque tienen celos”, bromeó Clark.
En tono distendido, el asesor internacional Greg Clark también constató que el espíritu de protesta está “en el ADN de Barcelona”. No obstante, advirtió que “el problema es que el éxito de Barcelona ha sido una sorpresa para muchos”. “La ciudad quizás no se ha preparado lo suficiente para el éxito y la llegada de nuevos barceloneses y catalanes en clave de oferta de vivienda y transporte metropolitano. Cuando los turistas llegaron, ya había un problema de congestión y de déficit de transporte porque no se planificó suficientemente”, lamentó. Clark reconoce también que “los problemas derivados del éxito son comunes en todas las ciudades exitosas del mundo y son los más difíciles de resolver”.
Barcelona se sitúa entre las ciudades intensivas en conocimiento
A pesar de que entiende que existe un “contexto” en el que están sobre la mesa debates que afectan a la ciudadanía, como el del transporte y el acceso a la vivienda, John Carlin, sin embargo, se muestra escéptico ante la denominada “turismofobia”. El escritor y periodista considera que “la indignación es un deporte nacional en España” que genera una “emoción” de quien se considera con “moral superior”. De origen británico, Carlin ha escogido Barcelona como su “ciudad favorita para vivir” tras pasar etapas de su vida en lugares tan diversos como Buenos Aires, Londres, Madrid o Johannesburgo. En concreto, explicó que actualmente vive en el Eixample barcelonés, muy cerca de algunos edificios emblemáticos, pero asegura que no le molesta la gran afluencia turística con la que se encuentra habitualmente al salir de casa.
El turismo, según la visión de Greg Clark, funciona como un “catalizador del futuro” porque implica “reciprocidad” y “superconectividad aérea” imprescindible para el desarrollo de otros sectores. Actualmente, reveló, “todas las ciudades globales están en el negocio del intercambio de conocimiento, donde fluyen el talento, las ideas y la creatividad”. Visitar la ciudad es un paso previo para activar ese círculo virtuoso debido a que “con el turismo, se prueba lo que luego se compra”.
La celebración de congresos en la ciudad, según Clark, es un claro ejemplo de este proceso catalizador que emana del descubrimiento de la ciudad. “El crecimiento del turismo de negocios, con encuentros tan importantes como puede ser el Mobile World Capital, es esencial para el “desarrollo de la nueva economía del conocimiento” en Barcelona.
El turismo es un catalizador de futuro para la sostenibilidad y el talento
“Las ciudades punteras están centradas en industrias emergentes. Esta economía es global, atrae talento y capital global”, prosigue Clark. Este tipo de lugares, recordó el experto en ciudades globales, requieren de “gran calidad de vida, excelente gastronomía, hubs aeroportuarios y universidades de primer nivel”. Esta es la “liga” en la que se sitúa Barcelona, junto a ciudades intensivas en “conocimiento y creatividad”, como “Berlín, Munich, Boston, Miami o Melbourne”, entre otras.
Desde esa visión de futuro para la ciudad, John Carlin rechaza hacer distinciones entre visitantes. “No me gusta hablar de buen y mal turismo porque resulta ofensivo”, apunta el escritor y periodista. “Los jóvenes turistas cuando vuelvan a Barcelona, por ejemplo, pueden venir después a crear una startup”, pone como ejemplo. Greg Clark agregó que, aunque “Barcelona está en el imaginario colectivo como ciudad creativa y cultural”, también persiste la imagen de lugar turístico de sol y playa por el que se caracteriza gran parte del turismo en España y Catalunya. Es por ello que la apuesta de Turismo de Barcelona por cambiar el ”visit Barcelona” por el “This is Barcelona” destacando su identidad, la cultura, los congresos es acertada y necesita tiempo e inversión.
Greg Clark insta a apostar por la colaboración en lugar de competir entre destinos turísticos. “En el largo plazo las ciudades españolas tendrán que jugar como un equipo en lugar de competir entre ellas. Juntas serán más fuertes”, recomendó, especialmente a Barcelona y Madrid. El periodista John Carlin, sin embargo, se muestra escéptico ante la posibilidad de esa colaboración entre Barcelona y Madrid para construir estrategias conjuntas como ciudades globales debido a la “creciente polarización política”. Carlin ve más factible la colaboración con otros destinos catalanes atractivas entre los que mencionó, por ejemplo, Sant Sadurní d’Anoia, el Priorat, Montblanc, Lleida o el Empordà. ”Los costes y consecuencias de que no exista cooperación entre destinos turísticos pueden ser altos”, alertó Greg Clark y el hecho de estar las dos metrópolis tan bien conectadas puede provocar que la colaboración no sea política y si económica y de especialización: Madrid como ciudad capital y Barcelona como ciudad creativa y emprendedora especializada en sectores emergentes globales.
Barcelona ofrece calidad de vida y dinamismo económico
“Pensar que competimos con Madrid es un síntoma de provincianismo”, constató John Carlin como una de las causas de la falta de colaboración entre las dos ciudades. El periodista afirmó que esa manera de enfocar el posicionamiento de Barcelona se ve “claramente” en el terreno futbolístico donde, a pesar de la “gran proyección internacional” del Futbol Club Barcelona, los aficionados del Barça identifican al Real Madrid como su principal competidor. “Es una metáfora del enorme contraste que existe entre la marca global y la percepción de la gente”, señaló. Carlin se muestra convencido de que Barcelona es la ciudad global que ofrece “más calidad de vida” en “equilibrio” con su “dinamismo económico”. “Es mi ciudad favorita para vivir; no puedo imaginar ningún lugar mejor, concluyó.