El hospital Vall d'Hebron ficha a cinco 'dogtoras'

Terapia con animales

Un buque insignia de la sanidad pública apuesta por los perros en el servicio de psiquiatría infantil y juvenil

Sanitarias, guías caninos y dos de las perritas

Sanitarias y las guías de Perruneando, con dos de las perritas 

Ana Jiménez

Algunas personas ven ridículo que haya semejantes que paseen a perros enfermos o de avanzada edad en carritos. Esas personas deben ignorar que nuestros ancestros del neolítico ya querían ser enterrados junto a sus perros. Aunque la alianza entre humanos y perros es tan antigua como el mundo, todavía quedan muchos capítulos por escribir, como ha quedado de manifiesto esta mañana en el hospital Vall d’Hebron.

Este buque insignia de la sanidad pública catalana ha seguido el camino que inició hace ya muchos años en un ambulatorio de Lleida Maylos Rodrigo, especialista en medicina familiar y comunitaria, además de una excelente adiestradora canina e integrante de la asociación Ilerkan, una de cuyas últimas iniciativas también es pionera en Catalunya: el acompañamiento con perros a los menores que deben comparecer o declarar en los juzgados.

El hospital Vall d’Hebron es otro viajero en el tren de las terapias asistidas. Cinco perritas ya se han incorporado a su equipo de psiquiatría infantil y juvenil: dos golden retriever, India y Musa, y tres jack russell, Opala, Xata y Odette (estamos convencidos de que la añorada comunicadora y radiofonista Odette Pinto, gran amante de los animales y en especial de los perros, estaría encantada de compartir nombre con una de estas criaturas).

Es un proyecto de la planta de psiquiatría infantojuvenil y de la cátedra animales y sociedad de la universidad Rey Juan Carlos,  a las que ponen rostro, respectivamente el doctor Marc Ferrer y la profesora Nuria Máximo. Su cátedra, que impulsa estudios e iniciativas altruistas, ha publicado trabajos de expertos como David Dorado, policía y criminólogo, o Juan Luis de Castellví, perito judicial en etología canina y especialista en emergencias.

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También rema en este barco la fundación Dingonatura, que ha financiado el proyecto porque esta comprometida con el bienestar animal y porque defiende a ultranza los beneficios que aportan los perros a la salud emocional. Su director, Paco Camarasa, sostiene que el vínculo entre personas y animales es mucho más que compañía: “Es una herramienta terapéutica real”. Lo mismo opina Perruneando, la cuarta pata de la silla.

Esta entidad especializada en intervenciones asistidas con animales ha hecho un trabajo excelente con India, Musa, Opala, Xata y Odette, que acuden al hospital con las guías Andrea Galofré y Laia Portolés. Los jack russell suelen ser, pese a su reducido tamaño, temperamentales y activos. Los golden, mucho más grandes, pueden ser muy dulces en buenas manos. Ahora los cinco ejemplares son nubes de algodón de azúcar.

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Unos visitantes muy especiales 

LV

Depresión, ansiedad, trastornos... Los menores ingresados en la planta de psiquiatría de Vall d’Hebron, que se inauguró hace dos años, llegan con muchos nudos. Las perritas ayudan a desatarlos y les infunden confianza. Aproximadamente siete de cada diez casos están relacionados con conductas autolesivas y tentativas de suicidio. “Es una tendencia creciente que debería preocuparnos como sociedad”, subraya el doctor Ferrer.

Los beneficios que se obtienen con la terapia asistida con animales no son una cuestión mágica, sino que “están respaldados por la evidencia científica”, como explica la profesora Máximo. Su cátedra y el hospital Vall d’Hebron han inciado un estudio sobre este caso concreto, del que ya se han beneficiado “entre 35 y 40 jóvenes, aunque esperamos que sean muchos más”, sostiene la psicóloga clínica Bàrbara Citoler.

Un joven paciente, durante una de las sesiones

Un joven paciente, durante una de las sesiones 

VH

Merche Rodríguez, supervisora de enfermería del servicio de psiquiatría, explica que muchos miércoles los menores ingresados por un trastorno mental ya preguntan “si el viernes vendrán”. Y, sí, cada viernes vienen dos de las perritas del equipo con las guías de Perruneando. David Ordóñez, de esta organización, explica que puede parecer curioso que para humanizar un hospital se apele a animales, “pero en realidad los perros nos acompañan desde hace miles de años”.

Pasado y futuro. Todos los profesionales que han participado en la presentación del proyecto, cuyo nombre es Inspiragos, insisten en el dato apuntado por la enfermera Rodríguez. Muchos pacientes (la hospitalización es siempre el último recurso y se procura reducir los ingresos al máximo para que puedan seguir el tratamiento en su entorno) experimentaron un  bloqueo emocional en el que no querían saber nada del mañana. Y ahora están expectantes ante la llegada del viernes.

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