El nuevo plan territorial para gestionar los residuos municipales de Catalunya –en el que se prevé el cierre de 13 de los 25 vertederos ahora en funcionamiento– tropieza con los grupos ecologistas. No les gusta; desconfían. Estas organizaciones temen que la nueva planificación ponga las bases de un modelo para manejar los desechos de manera muy centralizada, lo que puede acarrear mayor trasiego en este transporte y un relajación de los ayuntamientos a la hora de autoexigirse mayores tasas de reciclado.
El plan prevé, entre otras novedades, la mejora y ampliación de las 25 plantas donde se tratan los residuos de la fracción orgánica, la creación de dos nuevas instalaciones de este tipo (en Girona y en Barcelona), la construcción de siete plantas para reaprovechar los residuos varios de la fracción resto (contenedor gris, sin una separación en sentido estricto) y la posible ampliación de cuatro vertederos (Tremp, Mas de Barberans, Pedret i Marzà y Orís).
Las organizaciones ecologistas consideran que el objetivo de reciclado de desechos municipales –el 65% en el 2035: la meta que exige la directiva europea– es “irrealizable”.
“Es imposible materializarlo”, dicen. Y lo creen por dos razones: en primer lugar, por la situación de partida, pues habría que incrementar la tasa de reciclado en 25 puntos en 10 años. Y, además, estiman que no se ponen los medios suficientes para ello.
El plan prevé también que para el 2035 solo se debería llevar a vertedero el 10% de los residuos municipales y que la incineración (con valoración energética) aporte el otro 25%.
Rezero cree que la creación de centros de recuperación de recursos es una “buena iniciativa”
“El plan sugiere una mejora en la recuperación y reciclado de los residuos en los próximos diez años, pero esto es totalmente irreal, pues plantea pasar de un reciclado del 40% al 65%. Sin embargo, en los últimos 15 años, pese a que se ha efectuado un gran despliegue de la recogida de materia orgánica en casi todo el territorio, solo se ha conseguido subir en nueve puntos el porcentaje de recuperación”, dice Joan Pons, portavoz de Ecologistes en Acció.
El Govern quiere cerrar 13 de los 25 vertederos de residuos municipales (sobre todo, las instalaciones más pequeñas o con un final de vida útil más cercano), por lo que es esperable una gestión “fuertemente centralizada, y en la que se potenciarán las grandes instalaciones, muchas de ellas alejadas de los puntos de generación”, añade el portavoz de esta organización.
El temor expresado es que esa situación (unida a los centros de transferencia que se crearán) harán aumentar el movimiento de desechos. “Y se menosprecia la huella ecológica del transporte de residuos, que crecerá de manera muy importante con esta centralización del tratamiento”, añade Pons.
Para esta entidad, otra derivada es que el esquema de funcionamiento supondrá eliminar “la responsabilidad de cada territorio a la hora de hacerse cargo del tratamiento dentro de sus límites geográficos”.
Y de ahí deduce que “esto tendrá como consecuencia una menor exigencia de los entes municipales para favorecer la adopción de “métodos de recogida selectiva de alta eficiencia”.
Medidas insuficientes. alegan
Ecologistes en Acció tacha de “pobrísimas” las medidas propuestas para aumentar la recuperación de materiales y entre las que se incluyen también nuevos centros de recuperación de recursos (500), pensados para favorecer la reutilización de productos y darles una segunda vida, y la ampliación de la red de puntos limpios ( deixalleries).
Estas iniciativas ya se han probado en el pasado y “han tenido una incidencia muy reducida en el incremento de la recuperación y la reutilización de materiales”.
Rechazo a que se configure un modelo centralizado para manejar los residuos en grandes instalaciones
La Fundación Rezero opina que en este plan “se sigue sin hacer una apuesta firme por la reducción de residuos o su reutilización. Continuamos huérfanos de una estrategia que dé la vuelta a la situación actual”, dice esta entidad. En los últimos años sí se ha dado una ligera disminución de estos desechos.
“La prioridad absoluta de la política y planificación del Govern debería ser la reducción; y no solo de forma discursiva, sino con acciones específicas cuantificables”, dice Rosa García, directora de esta entidad.
Rezero opina que el anuncio de la creación de centros de recuperación de recursos es una “buena iniciativa” por cuanto ayudará a acercar la reutilización, la reparación y aprovechamiento de los recursos a la ciudadanía.
“Esta fórmula tiene un potencial pedagógico nada despreciable, pero necesitamos también infraestructuras de reutilización y preparación para la reutilización que ayuden a impulsar y consolidar una auténtica economía de la reutilización”, añade.
Sin embargo, añade García, “el anteproyecto pone el énfasis en la economía del reciclaje presentándola, de nuevo, como una solución casi mágica”. “Volvemos a poner todos los huevos en la cesta del reciclaje cuando se ha demostrado que es poco circular”, dice. El uso de materias recicladas es casi simbólico, en torno al 6,9%. En el caso del plástico, según la industria, solo el 8,8% de los plásticos fabricados en el 2024 proceden de fuentes recicladas.
