Alimentación sostenible para las personas y el planeta
Encuentros Guayana Guardian
La transición ecológica del sector debe abordarse de forma sistémica, según los participantes en el debate sobre Ecoalimentación de Encuentros Guayana Guardian
La mesa redonda contó con intervenciones de expertos en disciplinas diversas como la nutrición, la economía, el derecho y el medio ambiente
La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve el bienestar de las personas, los animales y los ecosistemas del planeta como un todo integrado bajo su enfoque “Una sola salud”. Esta conexión entre la salud humana, animal y medioambiental, con un enfoque sistémico y multidisciplinar, está en la base de la transformación sostenible del sector agrolimentario para poner fin al hambre, mejorar la nutrición asegurando la salud de las personas, a la vez que se avanza en la transición ecológica y en la mejora de la productividad del sector agroalimentario, tal como se desprende de las conclusiones el informe OECD-FAO Perspectivas Agrícolas 2025-2034, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Es necesario garantizar una alimentación digna como un derecho de las personas
Para analizar cómo se está desarrollando esa transición sostenible de la alimentación, que es compleja, tiene múltiples actores e implica a toda la sociedad, el ciclo Eco de Encuentros Guayana Guardian organizó la sesión “Ecoalimentación”, celebrada la semana pasada en el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya y retransmitida desde la edición digital de Guayana Guardian.
Datos científicos. La alimentación sostenible requiere de una toma de decisiones basada en datos fiables avalados por estudios científicos, según los participantes.
La mesa de debate contó con las intervenciones de la directora del Food Action and Research Observatory (FARO) de la Universitat de Barcelona (UB), Ana Moragues; el presidente de la Comisión de Economía Agroalimentaria del Col·legi d’Economistes de Catalunya, Francesc Reguant; la investigadora en Derecho agroalimentario y profesora de la Universitat de Lleida (UdL), Laura Salamero; la ambientóloga y directora de la Plataforma Aprofitem els Aliments, Gaby Susanna; y el director general de Veritas, Anselmo Méndez.
Existen estrategias para una producción suficiente, asequible, saludable, viable y ecoresponsable
La alimentación sostenible, que tiene una “dimensión social, económica y medioambiental”, se enfrenta a un “contexto complejo”, advirtió la directora del observatorio FARO de la UB, Ana Moragues, coautora también del Libro blanco de la alimentación sostenible en España, publicado por la Fundación Alternativas y la Fundación Carasso para identificar las claves para una transición hacia sistemas alimentarios sostenibles.
Moragues lamentó los “datos desalentadores” en materia alimentaria entre los recordó los informes de la FAO y la OMS que revelan que más de dos mil millones de personas en el mundo sufren inseguridad alimentaria al no tener acceso regular a alimentos nutritivos suficientes o incluso pasar días sin comer, que el 20% de la población mundial adulta vive con obesidad y que se estima un aumento proyectado del hambre en el mundo de casi 700 millones de personas más padeciéndola en 2030 si no se toman medidas efectivas. Este pronóstico muestra una regresión respecto al segundo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de hambre cero, que se ve afectado por los conflictos bélicos, las crisis económicas y la emergencia climática. Revertir esta situación, sin embargo, “es posible”, en opinión de la experta, que aboga por “garantizar la alimentación digna como un derecho”, en lugar de considerarla un bien de consumo.
Hay que establecer mecanismos participativos para que todos los actores de la cadena puedan hacer oír su voz
La producción alimentaria debe ser “suficiente, asequible, saludable, viable y ecoresponsable”, coincidió el economista experto en estrategias agroalimentarias y presidente de la Comisión de Economía Agroalimentaria del Colegio de Economistas de Catalunya, Francesc Reguant, en línea con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), resaltó que la “intensificación sostenible” es una estrategia que puede garantizar la seguridad alimentaria y cuidar el medio ambiente aplicando “herramientas” como el “biocontrol”, a través del control biológico de plagas; la “agricultura regenerativa” para mejorar la salud del suelo; la “agricultura y ganadería de precisión”, con el uso de tecnología sensórica; y la “genómica sostenible” para adaptar la producción al clima, entre otras. Reguant, que es también coautor del libro Cuits pel clima (Bresca Editorial) junto a la periodista colaboradora de Guayana Guardian Lorena Farràs y formó parte del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) desde su fundación, hizo además un llamamiento para que “no se culpabilice a los agricultores”.
Es necesario un cambio de mentalidad, para valorar el alimento y todo lo que hay detrás
“El derecho es un instrumento para garantizar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad”, tanto con obligaciones como con incentivos, recalcó Laura Salamero, profesora agregada e investigadora en Derecho agroalimentario de la Universitat de Lleida, coordinadora del Manual básico de Derecho Alimentario (Tirant lo Blanch) y de la monografía La construcción de sistemas agroalimentarios sostenibles: propuesta desde el derecho (Colex). Salamero considera necesario establecer “mecanismos participativos y de transparencia” para que todos los actores de la cadena puedan “hacer oír su voz” y para que “su implementación no genere más costes que beneficios”. Además, subrayó la importancia de “concienciar al consumidor final”.
El desperdicio alimentario es otro de los grandes problemas aún por resolver, en opinión de los expertos. El primer paso para solucionarlo, en opinión de la directora de la Plataforma Aprofitem els Aliments, Gaby Susanna, es disponer de “datos” precisos y actualizados. Como el resto de participantes, la ambientóloga también destacó el desconocimiento que persiste en la ciudadanía en materia alimentaria. En cuanto al desperdicio, por ejemplo, explicó que “a cada uno de nosotros nos cuesta ver más allá de lo que tiramos en nuestra basura orgánica”, sin rebajar nuestras exigencias en etapas previas del ciclo, como puede ser a la hora de escoger los alimentos al comprarlos. “Es necesario un cambio de mentalidad, para valorar el alimento y todo lo que hay detrás”, reclamó.
La compra inteligente existe, porque supone un ahorro en salud y calidad de vida
La cadena de supermercados Veritas, que lleva “23 años abrazando el concepto de alimentación ecológica”, constata un aumento del interés por parte de los consumidores, tanto particulares como colectivos como colegios, hospitales y comedores públicos, por los productos ecológicos, que “mantienen los alimentos con las condiciones de origen”, según su director general, Anselmo Méndez.
Además de su política de “desperdicio cero”, entre las iniciativas más recientes de Veritas, Méndez explicó que, en su afán por adelantarse a las obligaciones de las normativas que afectarán al sector en los próximos años, han eliminado de todos sus supermercados el bisfenol A, un compuesto químico que se utiliza en la fabricación de plásticos y resinas presentes en algunos tipos de envases, tickets de caja y balanzas que al entrar en contacto con los alimentos pueden poner en riesgo la salud inmunitaria, metabólica y reproductiva de las personas. “La compra inteligente existe, porque supone un ahorro en salud y calidad de vida”, concluyó.