Revés judicial sin concesiones a las monjas cismáticas de Belorado. La jueza de Primera Instancia e Instrucción de Briviesca (Burgos) ha dado la razón a la Iglesia Católica en su demanda de desahucio contra las exmonjas de Belorado, y las condena a abandonar el monasterio.
La sentencia, comunicada ayer a las partes y hecha pública este viernes, estima en su totalidad la demanda de desahucio presentada el 16 de septiembre del año pasado por el Arzobispado. En consecuencia, el fallo recoge que “hay lugar al desahucio de la parte demandada de la referida finca, cuya posesión deberá entregar a la actora”. Asimismo, la Justicia condena “a la parte demandada a que desaloje, deje libre y expedita y a disposición de la parte actora la referida finca, con apercibimiento de lanzamiento si no lo hiciere voluntariamente” y también a afrontar las costas de todo el proceso.
En esta línea, la resolución afirma que “la parte demandada no ha demostrado, como así le competía, que reúna título alguno que justifique y legitime el uso del inmueble frente a su titular, lo que debe conducir a la estimación de la demanda en su integridad”.
La clave de la titularidad
La clave de este rocambolesco conflicto cismático está precisamente en este punto. Las ex religiosas defendieron durante el juicio celebrado este martes que, pese a desvincularse de la Iglesia motu propio y después ser excomulgadas, el monasterio debía continuar perteneciendo a quienes venían conformando la comunidad del Monasterio de Santa Clara de Belorado, por más que algunas de las religiosas que formaban parte de la comunidad no secundaron el cisma.
El Arzobispado, mientras, defendió que una separación de la Iglesia católica por parte de una entidad religiosa es cuestión del derecho canónico, y subrayó que, en el caso de Belorado, las ex monjas perdieron su condición de religiosas cuando se desvincularon de la Iglesia, en la primavera de 2024. En este sentido, según argumentó el abogado del Arzobispado, en ese momento dejaron también de pertenecer a la comunidad religiosa de Belorado, que sigue existiendo, conformada por las monjas de mayor edad, y cuyo representante legal es el arzobispo Mario Iceta, como comisario pontificio.
Más de un año de conflicto
Este conflicto entre las religiosas y la autoridad de Roma, representada por el Arzobispado de Burgos, saltó a la luz pública cuando en mayo del año pasado las religiosas hicieron público un manifiesto en el que arremetían contra la Iglesia y todos los papas posteriores a Pío XII.
Después se supo que el conflicto tenía un trasfondo económico e inmobiliario y también se conoció el alineamiento de las religiosas con corrientes críticas como la Pía Unión de San Pablo Apostol, una incalificable secta de la que ya se desvincularon.
Estas ex clarisas vienen protagonizando el primer cisma liderado por unas monjas en España y en los últimos meses han contado con la asistencia de un obispo sedevacantista (considera que la Santa Sede está “vacante”).
En este momento la mayor parte de las diez monjas excomulgadas viven en el monasterio burgalés de Belorado, mientras que las otras tres residen en el restaurante de clausura que han inaugurado en Arriondas (Asturias). Asimismo, en el monasterio burgalés también residen cinco monjas de mayor edad que no fueron excomulgadas, ya que no participaron en el cisma eclesiástico que las ex clarisas protagonizan desde mayo del año pasado.