Otro capítulo en la guerra a la ciencia en el gobierno de Estados Unidos. La administración Trump rescindió 22 contratos, por valor de 500 millones de dólares, destinados al desarrollo de vacunas ARNm, además de retirar inversiones adicionales en esta tecnología, anunció este martes el secretario de Sanidad de Estados Unidos, Robert F. Kennedy jr.
Numerosos científicos y expertos en enfermedades infecciosas denunciaron esta decisión como una andanada a un área de investigación que se considera particularmente prometedora después de su rápido desarrollo en las vacunas para paliar el impacto de la covid.
Vacunas ARNm
Los especialistas, consternados ante la retirada de los contratos al desarrollo
Los proyectos que han sido cercenados estaban financiados por la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA), un programa del Departamento de Sanidad que trabaja con la industria farmacéutica para el desarrollo de vacuna y otras contramedidas en casos de emergencias de salud pública.
Los especialistas acogieron el anuncio con consternación. “Esto no es solo sobre vacunas, esto en realidad afecta a si estaremos preparados cuando nos golpee la próxima crisis. Cortar el desarrollo de ARNm pone en grave riesgo a todos y cada uno de los estadounidenses”, señaló en la NBC Rick Bright, que dirigió el programa BARDA entre el 2016 y el 2020.
“La pandemia de la covid nos demostró de lo que la ciencia es capaz cuando se mueve con rapidez. Desmantelar todo esto ahora es como cerrar un departamento de bomberos porque se ha apagado un incendio”, insistió.
El inmunólogo Scott Hensley, de la Universidad de Pensilvania y uno de los especialistas que ha colaborado en el desarrollo de esta técnica, calificó en The New York Times esta medida como “un mal día para la ciencia”.
“Después de revisar el alcance científico y consultar con los más relevantes expertos del NIH (Instituto Nacional de Sanidad) y con la FDA (administración de medicamentos), he determinado que la tecnóloga ARNm plantea más riesgos que beneficios para esos virus respiratorios”, informó Kennedy con la distribución de un vídeo en la red X.
“Voy a ser muy claro, el NIH apoya vacunas seguras y efectivas para los estadounidenses que las quieren, por eso nos movemos más allá de las limitaciones de ARNm en casos de virus respiratorios e investigamos mejores soluciones”, insistió el responsable sanitario en el ejecutivo de Trump, gran impulsor de estas vacunas durante su primer mandato, en plena crisis pandémica, en las que invirtió miles de millones de dólares.
La medida reafirma la postura antivacunas del secretario de Salud de la Casa Blanca
Este movimiento no hace más que recalcar que Kennedy, abogado de formación y uno de los principales voceros en contra de las vacunas que se moderó para alcanzar el cargo que hoy ostenta, ha dejado de lado todas aquellas buenas palabras y se ha puesto como meta una agresiva agenda antivacunas. De esta manera ha eliminado a destacados miembros de los consejos asesores y ha recortado en más de 2.000 millones los programas que apoyan las vacunas para niños vulnerables.
Kennedy se refirió en su día a las vacunas de la covid como “las más mortíferas que se han fabricado nunca”. Que se sepa, esos paliativos salvaron millones de vidas sin que se hayan probado efectos importantes efectos secundarios.
Imagen de archivo de una segunda dosis de la vacuna contra la Covid-19 Janssen
En la narrativa de los antivacunas, la gran conspiración en el desarrollo del ARNm suponía en realidad un control de la mente humana, la inoculación de enfermedades y la experimentación con personas.
Los pioneros de esta tecnología, Katalin Karikó y Drew Weissman, recibieron el premio Nobel de Medicina en el 2023. El comité remarcó su contribución “a un ritmo sin precedentes de desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas para la salud humana en los tiempos modernos”.


